Cuando una persona es invitada a la Lectura de la Tora se denomina a esta invitación A/iá - ascensión. Se emiten dos bendiciones: la primera antes de que el lector lea el versículo y la segunda después de que finaliza la lectura.
La oración principal y obligatoria para los judíos es el Shemá. Es su confesión de fe y los rabinos le otorgaron una posición central en el culto diario de
« El Shemá resuene en e! mundo, Israel cumplirá con su misión; la idolatría será combatida, la armonía de la creación se restablecerá, y Dios
La Oración
La oración es la forma mas enaltecida y en sus niveles más sinceros se denomina «servicio del corazón». La tradición de los tres servicios cotidianos se atribuye a las prácticas de los Patriarcas. La plegaria matutina se atribuye a Abraham, la del mediodía a Isaac y la vespertina a Jacob.
El núcleo de cada servicio de oraciones es la Amida, también se le conoce como Shemoné Esré, porque originariamente su forma cotidiana consistía en dieciocho bendiciones. Esta oración constituye la esencia de los servicios matutinos, del mediodía y los vespertinos, así como del Shabat y las festividades.
La Amida se recita en voz baja, de pie y con el rostro en dirección a la tierra de Israel. La oración pública no puede realizarse sin la presencia de al menos diez varones judíos adultos. Una mujer, un niño de trece años o un no- judío no cuentan porque no tienen la misma obligación religiosa de acuerdo con la ley. El quórum de diez personas requerido se denomina minian, término que significa «un numero» o « unos pocos».
Las siguientes partes del servicio nunca se recitan si no hay minian:
K a d i s h:
Santificación del nombre de Dios
K e d u s h á :Oración de la Amida, las dieciocho bendiciones
"Por. Rab Iehuda Levi Mishná 1"Moshé recibió la Torá en Sinai y la transmitió a Iehoshúa, e Iehoshúa a los ancianos, y los ancianos a los profetas, y los profetas la transmitieron a los hombres de la Gran Asamblea. Ellos dijeron tres cosas: no sean apresurados en el juicio, formen muchos alumnos y hagan un cerco a la Torá". "Moshé recibió la Torá en Sinai y la transmitió a Iehoshúa, e Iehoshúa a los ancianos, y los ancianos a los profetas, y los profetas la transmitieron a los hombres de la Gran Asamblea". Con estas simples palabras la Mishná nos quiere enseñar el secreto de la veracidad de la Torá. No hay un origen oculto para la verdad. Los fundadores de otras religiones recibieron la profecía - según ellos - en oculto, y después ellos fueron y le dijeron a la gente que tenían una misión en el mundo. Sin embargo, la gente nunca pudo comprobar si esa revelación de la cual aquellos "profetas" hablaban, era cierta o no, pues el hecho de que alguien pueda hacer milagros no significa nada. Hay personas que recibieron poderes especiales y los usan en contra de la voluntad de D'os, que es precisamente quien les dio aquellos poderes. Pero no ocurrió así con nuestro pueblo. Todo el pueblo de Israel vivenció aquel acontecimiento en el Monte Sinai. Todos vieron cómo Moshé era el intermediario entre D'os y el pueblo en los momentos anteriores y posteriores a la Revelación Divina. Todos escucharon con sus propios oídos los dos primeros mandamientos directamente del Creador, como explican Nuestros Sabios.También, después de la entrega de la Torá, Moshé se encargó de transmitirla y enseñarla a todo el pueblo, y principalmente al futuro conductor del pueblo: Iehoshúa, fiel discípulo de Moshé. Con el transcurso del tiempo no se perdió nada de la tradición. De maestro a alumno las enseñanzas eran transmitidas y además se iban acrecentando.Si prestáramos atención notaríamos que hasta la época del Segundo Templo de Jerusalem no hemos encontrado escrito en ninguna fuente que los Sabios estuvieron dudosos sobre alguna enseñanza.Sólo en la última mitad de la época del Segundo Templo de Jerusalem - 1200 años aprox. después de la entrega de la Torá - encontramos en la Mishná que hubieron diferencias de opinión entre algunos sabios sobre alguno que otro tema, y a partir de ese momento el olvido se fue incrementando hasta que Rabí Iehudá Hanasí vio la necesidad de compilar toda la tradición oral en el libro llamado la Mishná - aproximadamente en el año 200 de la era común.Es maravilloso ver cómo nuestra tradición se mantuvo casi intacta con el correr del tiempo. Esto es algo que no ocurrió con ninguna otra cultura que no haya escrito todas sus enseñanzas.Y este es el secreto de nuestra Sagrada Torá. El amor con el que los judíos estudiaron la Torá a pesar de las persecuciones, del hambre y de las guerras, fue el que conservó nuestra rica cultura a través de las generaciones, y es por eso que no debemos dejar nuestra fuente de vida. Abandonar la Torá significa lisa y llanamente abandonar el motivo de nuestra subsistencia.(Escrito por el Rav Iehuda Levi)"
Barju: exhortación a bendecir a Dios
Barju: exhortación a bendecir a Dios
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Su comentario es importante. Gracias