Después de haber sido pionera en tener una gobernante mujer, la legendaria Golda Meir, Israel podría estar por incorporarse a una nueva tendencia mundial que pone a las mujeres a la vanguardia del liderazo mundial, con candidatas como Tzipi Livni y Yuli Tamir. Israel es un país complejo. Pequeño, compacto, pero muy difícil de manejar. Es casi un Fiat 600. En su corta historia se destacaron en él varios líderes importantes que llevaron este casi milagroso proyecto adelante, a pesar de las dificultades y vicisitudes, y que incluso por sus cualidades, sobresalieron a nivel mundial. Pero de un tiempo hacia acá, el tema del liderazgo político israelí, pasa por una crisis sin parangón. En una suerte de vorágine continuada, se cambian los líderes, se cambian los gobernantes, se cambian las ideas, pero no se vislumbra en el horizonte una solución estable y satisfactoria a esta dura crisis. En los últimos tiempos, no nos bastó con que los principales líderes y personalidades políticas del país (desde el primer ministro hasta ministros y altos funcionarios), estuvieran acusados o fueran sospechosos de escándalos de corrupción varios, sino que últimamente, el procurador general del país presentó formalmente la carta de acusación contra el presidente del estado, Moshé Katzav, por delitos de acoso sexual y sobornos. Si bien todas estas acusaciones tienen algo en común -involucran a altas personalidades de la esfera política- y manchan el buen nombre de las instituciones israelíes, hay otro factor común que pocos han notado y resaltado: entre los acusados hay escasos representantes del sexo femenino. ¿Esto querrá decir que las mujeres son menos corruptibles que los hombres? Según una encuesta de opinión realizada entre los votantes del partido de gobierno Kadima recientemente publicada, en caso de tener que elegir un nuevo líder del partido, la actual ministra de Relaciones Exteriores, Tzipi Livni, lleva la delantera en las preferencias de los votantes por un amplio margen. Del otro lado del puente, dentro del otro partido de gobierno Avodá (Laborismo) con la paupérrima perfomance de sus lideres y altos funcionarios (empezando por el jefe del partido y ministro de Defensa de Israel, Armand Peretz y siguiendo con el resto de sus correligionarios) en donde la gran mayoría no salen muy bien parados en los sondeos de opinión, la única que se destaca positivamente es la actual Ministra de Educación, la profesora Yuli Tamir. La carrera al trono Es sabido que en Israel el refrán "¡El rey ha muerto, que viva el rey!" no tiene mucho asidero, y antes que "muriera el rey" (o sea, esperar la renuncia o destitución del actual presidente), ya empezó la carrera por el "trono" de los posibles candidatos al reinado. Entre estos se encuentran el nunca bien ponderado y sempiterno Shimón Peres, candidato por Kadima y que perdió en la anterior contienda frente al actual Moshé Katzav, pero que esta vez -¿no como otras?- se estima que tiene buenas posibilidades; Rubén Rivlin, candidato por el Likud y anterior presidente de la Knesset; el rabino Israel Lau, actual rabino principal de Tel Aviv y anterior rabino principal asquenazí de Israel, apoyado por los partidos religiosos y una mujer (¿quizá la primera Presidenta del Estado?) la diputada Colette Avital, del Partido Laborista y anterior ministra del gobierno, aunque actualmente sin posibilidades reales de éxito. En la corta historia de nuestro país, hubo una sola oportunidad en que la jefatura del gobierno estuvo ocupada por una mujer: fue en ocasión de la súbita muerte de Levi Eshkol y el adelantamiento de las elecciones, en las que Golda Meir (primera embajadora de Israel ante la URSS y ex ministra de RR.EE.) fue elegida para el cargo de Primer Ministro entre los años 1969-1974. No sin algo de sorna, se comentaba en ese entonces que Golda, era la mujer con los "pantalones mejor puestos" de todo el gobierno.
Golda Meir fue una de las primeras Primer Ministro del mundo (después de la reconocida y trágica Indira Ghandi en la India) y la primera gobernante femenina del Medio Oriente junto a la notables (aunque bastante mas tardías) excepciones de Tansu Ciller en Turquía y Benazir Bhutto en Pakistán a fines de los 80's y principios de los 90's. Israel es un país que se creó sobre una fuerte base ideológica y cuyas concepciones político–culturales son modernas y liberales: es un país con una fuerte y arraigada tradición democrática, progresista en sus realizaciones, con una sociedad multicultural, igualitarista y pluralista, lo que lo ubica en el lugar de un selecto grupo de países del mundo en donde una mujer tiene posibilidades reales de dirigir sus destinos. Y no crea el lector que esto es una característica exclusiva de países "occidentales y civilizados".
Hoy en día son mujeres las que gobiernan en países tan disímiles como: Filipinas, Mozambique, Sri Lanka, Santo Tome y Príncipe, Liberia, Letonia y Bangladesh. Ángela Merkel, canciller de Alemania; Helen Clark, primera ministra de Nueva Zelanda; Tarja Halonen presidenta de Finlandia; Michelle Bachelet de Chile o Mary McAleese de la República de Irlanda, se destacan entre otras tantas mujeres que ocupan altos cargos políticos en distintas partes del orbe, y sumado a estas, la gran influencia que irradian en la actualidad las dos brillantes candidatas presidenciales que ya están en carrera al poder: Hillary Clinton en EE.UU. y Sególene Royal en Francia, nos permiten cierto margen de especulación, ya que sabemos que muchos de estos procesos político–sociales en esta era de globalizaciones, se dan en cadena o se contagian el uno del otro. Mujeres con visión A mi modesto entender, una de las fallas más graves de la dirigencia política contemporánea en Israel, es su falta de visión, de planificación estratégica, de concepción de mundo. Se actúa en función de decisiones tácticas, puntuales, de reacción inmediata, sin ver ni pensar en la consecuencias a largo plazo de los actos de hoy. Tanto Livni como Tamir dieron muestras suficientes, en su relativamente corto pasado político, de tener una cosmovisión un poco más amplia de horizontes que sus correligionarios masculinos: Tzipi Livni destacó ya hace unos años cuando ejerció el cargo de Ministra de Justicia, cuando revolucionó, como lo hace ahora en el de RR.EE., la vieja y anquilosada estructura del ministerio a su cargo, con propuestas de cambio ambiciosas y serias, y junto a ello, sus posturas y declaraciones políticas racionales y bien fundadas respecto a muchos temas de la realidad nacional. Por su parte, Yuli Tamir que siempre fue considerada una persona lúcida y coherente en los aspectos de su vida publica (habrá que ver cómo hará para despegarse de su actual e incondicional adhesión a Amir Peretz en los ), propuso hace poco volver a trazar la antigua Línea Verde (línea de armisticio y separación de fuerzas entre Israel y Jordania tras la Guerra del '48)libros de texto escolares, bajo la hipótesis de que éstas son las fronteras reconocidas de Israel y no se puede enseñar geografía a los alumnos israelíes sin limites demarcatorios claros. Por supuesto a la derecha israelí "le saltaron los tapones" y acusaron a la ministra de tomar una decisión "política" y de "ultra izquierdista", pero lo cierto es que por primera vez desde 1967, un ministro de Educación "se pone los pantalones" y se anima a expresar una postura educativa clara respecto al espinoso tema, más allá de estar de acuerdo o no con ella. Estamos siendo testigos de una tendencia de irrupción de gran cantidad de mujeres en las altas esferas políticas a nivel mundial. Este proceso de igualdad se ve animado, sin duda, por la crisis general que afecta a los anteriores gobernantes por doquier.
Es de destacar, que la representación del "sexo débil" en la escena política israelí, no es un fenómeno fuera de lo común o novedoso: la actual presidenta de la Corte Suprema de Justicia – Dorit Veinish - pertenece a dicho sector, 17 representantes de nuestra Knesset (un 15% del total de diputados) son mujeres, entre ellas una de origen árabe – Nadi Hilu , del Laborismo - y hasta hubo una en la anterior cadencia parlamentaria perteneciente al Mafdal (partido religioso nacional – ortodoxo), la activa y reconocida Guila Finkelstein. El monopolio masculino del poder hace tiempo dejó de tener justificación, y el mundo político masculino hace rato que no es sinónimo de buen gobierno. Israel se destacó en su corta historia por ser un país de vanguardia en varios aspectos. ¿Será que también esta vez tomará una postura de avanzada y se sumará al todavía reservado pero creciente círculo de países con gobernantes mujeres, y que una próxima contienda electoral entre las candidatas Tzipi Livni y Yuli Tamir, sea a corto plazo la salvación de la clase política en Israel?