Bienvenido a QUMRÁN.Ser Judío no es pertenecer a una religión, es una misma forma de vida ante Di- y ante los demás...¡. . Los agravios que no se ventilan empeoran, y la supresión de identidad tribal y religiosa puede llevar a la violencia.. Somos una fuente de información con formato y estilo; Es evidente que, impresionantes números de personas mueren repetidamente cuando depositan su confianza en mentiras y mentirosos. Y casi siempre los mentirosos en el poder se encuentran en situaciones difíciles como consecuencia de su gran caso omiso de los hechos.....Laura Knight-Jadczyk

domingo, abril 27, 2008

Los Israelí siempre han considerado al "sexo debil" para la presidencia

¿Llegó la hora de la mujer en Israel? Por: Andy Faur

Después de haber sido pionera en tener una gobernante mujer, la legendaria Golda Meir, Israel podría estar por incorporarse a una nueva tendencia mundial que pone a las mujeres a la vanguardia del liderazo mundial, con candidatas como Tzipi Livni y Yuli Tamir. Israel es un país complejo. Pequeño, compacto, pero muy difícil de manejar. Es casi un Fiat 600. En su corta historia se destacaron en él varios líderes importantes que llevaron este casi milagroso proyecto adelante, a pesar de las dificultades y vicisitudes, y que incluso por sus cualidades, sobresalieron a nivel mundial. Pero de un tiempo hacia acá, el tema del liderazgo político israelí, pasa por una crisis sin parangón. En una suerte de vorágine continuada, se cambian los líderes, se cambian los gobernantes, se cambian las ideas, pero no se vislumbra en el horizonte una solución estable y satisfactoria a esta dura crisis. En los últimos tiempos, no nos bastó con que los principales líderes y personalidades políticas del país (desde el primer ministro hasta ministros y altos funcionarios), estuvieran acusados o fueran sospechosos de escándalos de corrupción varios, sino que últimamente, el procurador general del país presentó formalmente la carta de acusación contra el presidente del estado, Moshé Katzav, por delitos de acoso sexual y sobornos. Si bien todas estas acusaciones tienen algo en común -involucran a altas personalidades de la esfera política- y manchan el buen nombre de las instituciones israelíes, hay otro factor común que pocos han notado y resaltado: entre los acusados hay escasos representantes del sexo femenino. ¿Esto querrá decir que las mujeres son menos corruptibles que los hombres? Según una encuesta de opinión realizada entre los votantes del partido de gobierno Kadima recientemente publicada, en caso de tener que elegir un nuevo líder del partido, la actual ministra de Relaciones Exteriores, Tzipi Livni, lleva la delantera en las preferencias de los votantes por un amplio margen. Del otro lado del puente, dentro del otro partido de gobierno Avodá (Laborismo) con la paupérrima perfomance de sus lideres y altos funcionarios (empezando por el jefe del partido y ministro de Defensa de Israel, Armand Peretz y siguiendo con el resto de sus correligionarios) en donde la gran mayoría no salen muy bien parados en los sondeos de opinión, la única que se destaca positivamente es la actual Ministra de Educación, la profesora Yuli Tamir. La carrera al trono Es sabido que en Israel el refrán "¡El rey ha muerto, que viva el rey!" no tiene mucho asidero, y antes que "muriera el rey" (o sea, esperar la renuncia o destitución del actual presidente), ya empezó la carrera por el "trono" de los posibles candidatos al reinado. Entre estos se encuentran el nunca bien ponderado y sempiterno Shimón Peres, candidato por Kadima y que perdió en la anterior contienda frente al actual Moshé Katzav, pero que esta vez -¿no como otras?- se estima que tiene buenas posibilidades; Rubén Rivlin, candidato por el Likud y anterior presidente de la Knesset; el rabino Israel Lau, actual rabino principal de Tel Aviv y anterior rabino principal asquenazí de Israel, apoyado por los partidos religiosos y una mujer (¿quizá la primera Presidenta del Estado?) la diputada Colette Avital, del Partido Laborista y anterior ministra del gobierno, aunque actualmente sin posibilidades reales de éxito. En la corta historia de nuestro país, hubo una sola oportunidad en que la jefatura del gobierno estuvo ocupada por una mujer: fue en ocasión de la súbita muerte de Levi Eshkol y el adelantamiento de las elecciones, en las que Golda Meir (primera embajadora de Israel ante la URSS y ex ministra de RR.EE.) fue elegida para el cargo de Primer Ministro entre los años 1969-1974. No sin algo de sorna, se comentaba en ese entonces que Golda, era la mujer con los "pantalones mejor puestos" de todo el gobierno.

Golda Meir fue una de las primeras Primer Ministro del mundo (después de la reconocida y trágica Indira Ghandi en la India) y la primera gobernante femenina del Medio Oriente junto a la notables (aunque bastante mas tardías) excepciones de Tansu Ciller en Turquía y Benazir Bhutto en Pakistán a fines de los 80's y principios de los 90's. Israel es un país que se creó sobre una fuerte base ideológica y cuyas concepciones político–culturales son modernas y liberales: es un país con una fuerte y arraigada tradición democrática, progresista en sus realizaciones, con una sociedad multicultural, igualitarista y pluralista, lo que lo ubica en el lugar de un selecto grupo de países del mundo en donde una mujer tiene posibilidades reales de dirigir sus destinos. Y no crea el lector que esto es una característica exclusiva de países "occidentales y civilizados".

Hoy en día son mujeres las que gobiernan en países tan disímiles como: Filipinas, Mozambique, Sri Lanka, Santo Tome y Príncipe, Liberia, Letonia y Bangladesh. Ángela Merkel, canciller de Alemania; Helen Clark, primera ministra de Nueva Zelanda; Tarja Halonen presidenta de Finlandia; Michelle Bachelet de Chile o Mary McAleese de la República de Irlanda, se destacan entre otras tantas mujeres que ocupan altos cargos políticos en distintas partes del orbe, y sumado a estas, la gran influencia que irradian en la actualidad las dos brillantes candidatas presidenciales que ya están en carrera al poder: Hillary Clinton en EE.UU. y Sególene Royal en Francia, nos permiten cierto margen de especulación, ya que sabemos que muchos de estos procesos político–sociales en esta era de globalizaciones, se dan en cadena o se contagian el uno del otro. Mujeres con visión A mi modesto entender, una de las fallas más graves de la dirigencia política contemporánea en Israel, es su falta de visión, de planificación estratégica, de concepción de mundo. Se actúa en función de decisiones tácticas, puntuales, de reacción inmediata, sin ver ni pensar en la consecuencias a largo plazo de los actos de hoy. Tanto Livni como Tamir dieron muestras suficientes, en su relativamente corto pasado político, de tener una cosmovisión un poco más amplia de horizontes que sus correligionarios masculinos: Tzipi Livni destacó ya hace unos años cuando ejerció el cargo de Ministra de Justicia, cuando revolucionó, como lo hace ahora en el de RR.EE., la vieja y anquilosada estructura del ministerio a su cargo, con propuestas de cambio ambiciosas y serias, y junto a ello, sus posturas y declaraciones políticas racionales y bien fundadas respecto a muchos temas de la realidad nacional. Por su parte, Yuli Tamir que siempre fue considerada una persona lúcida y coherente en los aspectos de su vida publica (habrá que ver cómo hará para despegarse de su actual e incondicional adhesión a Amir Peretz en los ), propuso hace poco volver a trazar la antigua Línea Verde (línea de armisticio y separación de fuerzas entre Israel y Jordania tras la Guerra del '48)libros de texto escolares, bajo la hipótesis de que éstas son las fronteras reconocidas de Israel y no se puede enseñar geografía a los alumnos israelíes sin limites demarcatorios claros. Por supuesto a la derecha israelí "le saltaron los tapones" y acusaron a la ministra de tomar una decisión "política" y de "ultra izquierdista", pero lo cierto es que por primera vez desde 1967, un ministro de Educación "se pone los pantalones" y se anima a expresar una postura educativa clara respecto al espinoso tema, más allá de estar de acuerdo o no con ella. Estamos siendo testigos de una tendencia de irrupción de gran cantidad de mujeres en las altas esferas políticas a nivel mundial. Este proceso de igualdad se ve animado, sin duda, por la crisis general que afecta a los anteriores gobernantes por doquier.

Es de destacar, que la representación del "sexo débil" en la escena política israelí, no es un fenómeno fuera de lo común o novedoso: la actual presidenta de la Corte Suprema de Justicia – Dorit Veinish - pertenece a dicho sector, 17 representantes de nuestra Knesset (un 15% del total de diputados) son mujeres, entre ellas una de origen árabe – Nadi Hilu , del Laborismo - y hasta hubo una en la anterior cadencia parlamentaria perteneciente al Mafdal (partido religioso nacional – ortodoxo), la activa y reconocida Guila Finkelstein. El monopolio masculino del poder hace tiempo dejó de tener justificación, y el mundo político masculino hace rato que no es sinónimo de buen gobierno. Israel se destacó en su corta historia por ser un país de vanguardia en varios aspectos. ¿Será que también esta vez tomará una postura de avanzada y se sumará al todavía reservado pero creciente círculo de países con gobernantes mujeres, y que una próxima contienda electoral entre las candidatas Tzipi Livni y Yuli Tamir, sea a corto plazo la salvación de la clase política en Israel?

El relato de la creación sin ninguna discriminación como existencia

La creación
Debemos entender que todas las culturas antiguas (y las modernas también), contienen un mito de creación del mundo, creación del universo y creación del hombre, pero ninguna había puesto estos valores como objeto de veneración y recuerdo. Más aún, no la creación en sí es el objeto de veneración, sino el acto divino de la creación; los actos de Dios son los venerados y no los resultados de esa acción. Las consecuencias son inmediatas, de ahora en más los años medidos son los años desde la creación del mundo. Así, la medida del tiempo toma un nuevo rumbo. Por un lado se consolida la unidad del año como unidad básica de referencia a medio y largo plazo, y por otro se llena esta técnica astronómica y matemática de contenido religioso y nacionalista. Pero lo realmente revolucionario está por venir...
Creación sin discriminación
En el principio los dioses crearon a Helen y Pandora. Ellos serían los patriarcas de la gran nación griega. Las piedras arrojadas hacia atrás por Helen durante su camino, se transformaban en seres humanos, cada uno el patriarca de algún otro pueblo, minorizado a una simple piedra que Helen arrojó. El mito griego de la creación separa la creación del mundo y la creación del hombre, son dos relatos aislados, diferentes (véase la Teogonía de Hesíodo).
El mito judío, en sus dos versiones (la de Génesis I y la de Génesis II) no separa al hombre del resto de la creación. Los relatos son continuos y el hombre es parte de la creación general. Tal vez especial y diferente, por lo menos en la primera versión, en la cuál es creado el sexto y último día de trabajo de Dios, como obra final y elevada. Pero aún así, parte de una creación mayor, que incluye toda cosa viva y no, todo lo que existe sobre la tierra y lo que existe fuera o por enciaza de ella. Más allá de esto, si continuamos con esta comparación, lo más obvio que salta a la vista es, claro está, que Adán y Eva no son Helen y Pandora.
Adán y Eva no son judíos, ni griegos, ni nada (más aún recordemos que el pueblo judío como tal, consolidado desde el punto de vista de identidad, aparece muy tarde en la temporalidad narrativa de la Torá, solamente con el libro del Éxodo y el pueblo siendo esclavo en Egipto). Adán y Eva representan al ser humano en su forma más virginal, básica y natural; con su aferro al mundo incorrupto, ya que su único contacto con la creación misma es el diálogo continuo con Dios, sin mediadores religiosos, astrológicos, políticos o económicos.
Todo hombre y mujer pueden identificarse con Adán y Eva, indistintamente de su procedencia o creencia. Este mensaje universal es, de alguna manera, un mensaje universalista, es decir, el hecho de que Dios, el Dios único, el Dios que ha sido descubierto por los judíos, sea aquel que haya creado el mundo todo, desde sus orígenes, se adapta a la visión monoteísta de aquellos que redactaron los primeros versículos del Génesis. No obstante, podrían haber elegido incluir algún mensaje nacionalista o delatador, pero no lo hicieron.
En ninguna de las dos versiones de la creación existe algo, algún elemento, que vincule a la creación o a sus personajes, Adán y Eva, con algo judío, israelita o hebreo. Para terminar con esta furtiva comparación, recordemos que Pandora, la "Eva" griega, tenía una caja llena de sentimientos y emociones, que liberó y llenaron el mundo. Adán y Eva nacen con el libre albedrío, con el poder de elección, y eligen si hacerle caso o no a la serpiente, y comer el fruto prohibido o no. No es necesario liberar a los sentimientos de una caja, éstos ya están dentro de Adán y Eva, los cuales solamente deben ponerlos a trabajar. Es decir, el mito bíblico comienza con la premisa de la existencia del alma, mientras que el mito griego no. Esto es otro elemento, interesante, que resalta el universalismo de la mitología de creación tanájica.
Todas las culturas y religiones, de alguna u otra manera, han llegado al concepto de alma o espíritu, sin entrar ahora en detalles del posible significado que tal concepto abarca. Para resumir, diremos entonces que tanto en la creación del mundo y la naturaleza, en la creación del ser humano, y en la creación de la esencia humana, los relatos en Génesis nos proveen una mirada universalista e igualitaria del mundo.
Génesis I y II: Dos versiones, un relato, un mundo
Es cierto que las dos versiones de la creación, Génesis I y Génesis II, son distintas y aún, tal vez, se contradicen. La primera versión (capítulo I y los primeros tres versículos del capítulo II), donde Dios es llamado Elohim (en el original sin "vav" àìäéí), es la obra de alguien obsesionado con el sábado y con los números. Cada día pasa algo distinto, seis días son contados para llegar finalmente al séptimo y glorioso día de descanso, el objetivo de toda la narración. Solamente ese día, al final, es posible contemplar la creación de los pasados seis días. El hombre es creado el sexto y último día junto a los animales terrestres. El resto de los animales (peces, pájaros y anfibios) fueron creados ya durante el quinto día. Podría haberse dedicado un día sólo para el hombre, pero no. El sexto lo comparte el hombre con los animales terrestres. Más aún, lo único especial durante la creación del hombre es "a imagen y semejanza" y el hecho que Dios destina al hombre a dominar sobre el resto de los animales ya creados. Y Dios bendijo al día séptimo, no al sexto cuando creó al hombre, sino al séptimo, cuando Él descansó. Como podemos observar, es un cuento completamente teocéntrico, donde el hombre es un elemento más, un poco diferente al resto, pero nada del otro mundo. La segunda versión (desde el capítulo II versículo 4 en adelante), donde Dios es llamado Jehová Elohim (en el original éäåä àìäéí), es una obra completamente antropocéntrica. El hombre y su creación son el objetivo de la narración. No lo son los animales, ni las luminarias del cielo, ni los mares y océanos. Tampoco, claro está, lo es el día séptimo, que ni siquiera es mencionado. Génesis II se trata de la vida del hombre en el fantástico Jardín del Edén, cuya ubicación geográfica se da de forma detallada, que nos suena tan parecido a los jardines de los Hiperbóreos y sus manzanas doradas. La creación en sí se nombra en pocas palabras.
El hombre, en esta versión, es creado macho, y luego es creada la hembra, mientras que en la primera son creados los dos sexos simultáneamente. El autor trata de describir para los lectores la situación y comete un error literario: en el versículo 5 se habla del hombre, mencionando que no podía arar la tierra como una herramienta para describir este panorama virgen y primitivo, mientras que el hombre es creado solamente en el versículo 7. Más aún, la creación del hombre es mucho más detallada y meticulosa. Todas estas diferencias y contradicciones, que hemos tratado de resumir, son también, desde cierto punto de vista, un intento de completar ciertas imágenes parciales presentes en cada relato por separado. Históricamente es de suponer que las tradiciones orales con respecto a la creación contenían varias versiones, de diferentes orígenes, fundamentalmente fuentes sumerias-babilónicas, fuentes cananeas y fuentes egipcias.
Las dos versiones son un intento de reconciliar entre diferentes tradiciones existentes y contradictorias. Por supuesto, que para aquellos creyentes religiosos que no acepten tal explicación, existen otras formas de exégesis que tratan de llenar ciertos vacíos de manera particular para cada punto problemático, pero, desde mi modesto punto de vista, no ofrecen una visión general y amplia de los relatos.
La celebración de la creación, cada día más actual
El festejo de Rosh Hashaná es un fenómeno social y cultural absolutamente fascinante. Básicamente, la familia se reúne para celebrar la creación del universo y del mundo. Hoy en día este mensaje toma nuevos rumbos. Sabiendo que nuestro planeta está bajo amenaza inminente de un cataclismo total, a causa del calentamiento global, la contaminación y la polución, abrimos el Génesis y leemos que nosotros, los seres humanos, todos, somos parte del planeta, parte de la creación.
Los relatos del Génesis nos hacen recordar que vivimos en un mundo que tiene cierto orden del cual somos parte. Por otro lado los mismos relatos no hacen recordar que como seres humanos contamos con el libre albedrío, la capacidad de decidir nuestro rumbo por nosotros mismos. Estos dos elementos, se combinan para que tal vez, antes que sea demasiado tarde, adoptemos una visión responsable de nuestro impacto sobre nuestro mundo, sobre esta creación de la que somos parte.

El hecho indiscutible de que los hombres son menos inteligentes que las mujeres


Amor y odio, dos caras de la misma moneda

La historia más famosa en cuanto a relaciones de pareja en el Tanaj lo encontramos en el segundo libro de Samuel (II Samuel XIII). David ya es un monarca entrado en años, y ha tenido muchas esposas y concubinas. De cada mujer ha tenido varios hijos e hijas, y todos por supuesto son parte de la Corte Real. David tiene a sus hijos preferidos, y los otros, menos preferidos... Amnón, hijo de David, se enamora de su media hermana, Tamar. Aquí entra el elemento tan hermoso del simbolismo del Tanaj. Tamar es en hebreo dátil, tal vez el fruto más dulce que existe en la tierra. El dátil maduro es marrón con una cáscara muy fina que también puede comerse junto con la carne del fruto, que es azúcar pura. Adentro, un carozo pequeño, puede ser aspirado fácilmente si uno no es lo suficientemente precavido, lo que puede causar asfixia y por ende, la muerte. Tamar es el nombre de las mujeres relacionadas con el sexo y la sexualidad en el Tanaj. Por ejemplo, otra Tamar es la nuera de Yehudá (Génesis XXXVIII), que se acuesta con su suegro para rescatar la descendencia de su marido.
Volviendo a la época de David, Amnón se enamora tan perdidamente de su hermana Tamar, que debe poseerla a todo precio. Su amor por Tamar arde en su sangre, de la forma más intensa que se pueda imaginar. Junto con su amigo, prepara la estrategia perfecta. Amnón se hace pasar por enfermo y pide que Tamar lo asista. Cuando se quedan solos, Amnón se abalanza sobre ella, violándola brutalmente. Su amor se ha transformado en locura y en desesperación. Finalizado el repudiable acto, Amnón comienza a odiar a Tamar más intensamente de lo que minutos antes la amaba. Amnón, en lugar de tomar a Tamar como esposa o compensarla de alguna manera por el daño causado (si es que algún tipo de compensación es posible), la echa de su casa, insultándola. Tamar se refugia en la casa de su hermano, Avshalom, que desde ese mismo instante comienza a odiar a su medio hermano Amnón. El odio crece hasta que Avshalom mata a Amnón un tiempo después. Este es el comienzo de una saga, de la cual hablaremos en próximos artículos, sobre la relación padre – hijo en el Tanaj.
Es así como una historia de amor puro, se transforma en una horrenda serie de actos de violencia, llenos de odio y rencor. ¿No es éste el argumento perfecto para una película de Hollywood o por lo menos para la próxima telenovela venezolana?

El amor a primera vista, tan líquido como el agua

Siempre nos hemos preguntado si el amor a primera vista existe. La respuesta es bastante ambigua, en lo que a las narraciones bíblicas se refiere.
En el primer relato de la Creación, Génesis a primera vista existe, y si es realmente tan espectacular como supuestamente debería ser.I, Dios crea al hombre, macho y hembra, exactamente igual que cualquiera de los otros pobladores del Jardín del Edén. Ningún tipo de relato de amor o enamoramiento se produce en este relato. Simplemente hombre y mujer, de la forma más natural posible. Sin embargo, existe cierta insinuación al elemento “amoroso”, en el versículo 28: “Procread y multiplicaos”. El asunto se vuelve mucho más claro en la segunda versión de la creación, en Génesis II. Dios crea a la mujer de la costilla del hombre para aplacar la soledad de éste. Como sabemos, ninguna costilla nos falta a los varones desde entonces, pero la metáfora es hermosa, “esta es por fin hueso de mis huesos y carne de mi carne” (versículo 23). Lo más interesante, de todas maneras es lo que rodea a la creación de la mujer, según esta segunda versión de la Creación. En primer lugar, inmediatamente después de la creación de la mujer, el destino de ambos es ligado para siempre (versículo 24), y el elemento de la naturaleza humana, como parte del mundo natural, es evidente (versículo 25). En segundo lugar, podemos apreciar la causa de la creación de la mujer, en pocas palabras que resumen todo lo que tiene que ver con las relaciones de pareja. Es el versículo 18 el que nos llama la atención:

"ויאמר יהוה אלוהים לא טוב היות האדם לבדו אעשה לו עזר כנגדו"

La traducción de este fascinante pasaje es un tanto compleja. La expresión “ezer kenegdó” podría ser traducida como “una ayuda en su contra” o “una ayuda para él”. La palabra “ezer” es por supuesto parte de la raíz ain-zain-reish, que defina la palabra “ezrá”, ayuda, también aceptada en hebreo bíblico como compañía, e inclusive como salvación. La raíz nun-guimel-dalet es relacionada con “lo contrario”, lo que está “frente a uno”. También forma la palabra “hitnagdut”, es decir, contra, resistencia, enfrentamiento. En total, podríamos decir que la mujer que sale de la costilla del hombre, es una ayuda, una compañía, no “para el hombre” sino “frente al hombre”. Este dualismo, esta especie de contradicción, desde mi punto de vista, resume la esencia de las relaciones de pareja. Como en la famosa frase, “no se puede con las mujeres, pero sin ellas tampoco”, lo que claramente es también moneda corriente en términos femeninos haciendo referencia a los hombres.
Un tercer y último punto que cabe destacar, es la parte líquida del asunto. Antes de hablar de la “máxima creación de Dios”, los seres humanos, este capítulo de Génesis le dedica una buena porción de relato a la descripción de los ríos que fluyen desde el Jardín del Edén, los cuales marcan los límites geográficos del lugar (versículos 10 – 14). Luego, inmediatamente después de esto, el relato pasa a describir la vida del hombre en el Paraíso y su necesidad por compañía. No creo que esto sea una simple coincidencia, o un elemento que fue incluido deliberadamente.
A lo largo del texto bíblico el elemento del agua se relaciona íntimamente con el elemento del amor. Es así como en el capítulo XXIV del Génesis vemos el papel del agua como símbolo central del enamoramiento y la pareja. Eleazar, el siervo de Abraham, es enviado a buscar esposa para Isaac, en la familia de Najor, hermano de Abraham. Eleazar reza a Dios con la petición de encontrar a la mujer perfecta para Isaac, y, como ya a esta altura está claro, la encuentra al lado del pozo de agua de la ciudad. Lo más interesante es que cuando Eleazar trae a Rebeca al campamento de Abraham, Isaac la ve de lejos y se enamora al instante. Es el único caso en el Tanaj, en el cual se habla claramente de “amor a primera vista”.
Pero volvamos un instante al tema del agua, tal y como lo hemos discutido hasta este punto. Cuando Moisés se escapa de Egipto, tras el asesinato del egipcio, se refugia en la tierra de Midián, y allí conoce a su futura esposa, Tzipora, hija del Sacerdote de Midián (Éxodo II, 15-22). El encuentro, por supuesto, tiene lugar al lado de un pozo de agua. El símbolo del agua en el tema del amor bíblico puede ser interpretado de muchas maneras. El escenario de la mayor parte de las sagas bíblicas, sobre todo en el Pentateuco, es el desierto. En el desierto, claro está, el agua es sinónimo de vida, y ya que el amor tiene como objetivo la creación de una nueva vida, la relación entre ambos elementos es obvia.

Cuando un hombre ama a una mujer

Lo que un hombre es capaz de hacer para conquistar el corazón de una mujer es, en ciertos casos, insólito, poniendo de esa manera al descubierto el hecho indiscutible de que los hombres son menos inteligentes que las mujeres. El problema reside en el valor del amor y la pareja, frente al valor de otros intereses en la vida. Dos ejemplos del Tanaj son la perfecta fórmula para explicar este dilema.
Jacobo conoce y se enamora de Raquel al lado de un pozo de agua (¿suena conocido?), y de ahí en más se aventura en una historia de sacrificio y resignación, solamente para ganarse el derecho de casarse con Raquel (Génesis XXIX). Siete años trabaja Jacobo en la casa de su suegro, Labán (primo de Abraham), y es engañado por éste, dándole como esposa a Lea, su hija mayor, en lugar de Raquel, la hija que realmente amaba. Jacobo entonces trabaja otros siete años, para poder finalmente obtener a Raquel. Luego, estando aún a la merced de Labán y su clan, es explotado de toda manera posible, y Labán se hace muy rico a costa del esfuerzo de Jacobo. Y todo esto ¿por qué?, solamente por el profundo amor que siente Jacobo por Raquel, amor que además le cuesta a Jacobo mucho más que los años de trabajo. La preferencia por Raquel y por los hijos de Raquel, frente a Lea y sus hijos, es la base de todo lo que va a pasar de ahora en más, desde el nacimiento de José, su venta como esclavo a Egipto y la posterior llegada de todos los israelitas a ese país.
El segundo ejemplo es uno de los más recordados en la mitología judía, y se puede leer en II Samuel XI. El Rey David, durante un paseo por el palacio, ve a una mujer desnuda bañándose (otra vez el elemento del agua está presente), y de ese momento en adelante está completamente empecinado en poseerla. El esposo de la mujer es Uriá, que sirve como capitán en el ejército de David, soldado leal y valiente. Para poder acercarse a la mujer, Bat Sheva, David manda a Uriá a la guerra, y pide que sea puesto en la primera línea de ataque. Uriá por supuesto, muere en la guerra, y David se queda con su esposa, de la que tiene un hijo: Salomón.
En el siguiente capítulo, el XII, Natán el profeta es enviado por Dios a David, para hacerle entender el grave pecado que ha cometido. Tanto es así, que en varios pasajes de los libros de Samuel, podemos leer una fórmula fija, la que subraya que David fue perfecto a los ojos de Dios durante toda su vida, salvo en el “asunto de Bat Sheva”. Natán maldice a David, condenándolo a una vida de guerras y enfrentamientos. Además, el hijo que nace de la unión entre David y Bat Sheva, muere tras una cruel agonía. Salomón es, en realidad, el segundo hijo de la pareja. Lo más interesante es, que por lo menos desde el punto de vista del tiempo de narrativa, el próximo incidente es II Samuel XIII, el capítulo con el cual comenzamos este artículo, el cuento de cómo Amnón se enamora de Tamar, la viola y luego la odia. No es entonces sorprendente, el hecho de quien toma venganza de los actos de Amnón, es su medio hermano Avshalom y no su padre, David, que a pesar de “quedar muy consternado” (XIII, 21), no toma ninguna medida para castigar a Amnón. ¿Con qué derecho puede juzgar David un crimen pasional, cuando es él mismo quien abusó de su poder para conseguir el amor de una mujer?

Si hay algo que conmueve en el texto tanájico, es la inson se revela el lado más natural, más espontáneo de todo ser humano, y es
lo que transforma a este texto en el mejor de los guiones para cualquier película, telenovela, o lo que sea... dable humanidad de sus personajes. Sus defectos y ventajas, debilidades y fortalezas, son revelados de la manera más cruda y realista posible. Cuando se trata del amor, y de sus consecuencias,

El Rol feministas del Tanaj frente a la ridiculez de los personajes masculinos

TODO SOBRE MI MADRE
Por:
Michael Telias
Es imposible evitar la contradicción casi inherente al texto bíblico en cuanto a la posición de la mujer frente a la sociedad, frente a la religión y sobre todo en la imaginación de aquellos que escribieron los textos sagrados...

Por un lado, es casi impensable exonerar dicho texto del machismo y el paternalismo que representa y cultiva. Esto, claro está, a los ojos del lector del siglo XXI, ya que demás está decir que todas las sociedades y civilizaciones durante la “época bíblica” eran sociedades paternalistas, en las cuales la mujer era, como mucho, una posesión del hombre. Por otro lado, sin embargo, no faltan en el Tanaj textos feministas que elevan el status de la mujer, e inclusive, textos que para ciertos investigadores fueron escritos por mujeres.
En este sentido, el Tanaj representa una fuente única en su género. El más famoso de los textos feministas del Tanaj es el relato de Débora, la profetiza que sale a la guerra en contra de los enemigos de Israel. La historia no sólo habla de Débora misma, sino también de otra mujer valiente, Yael. Para todos los interesados, vale la pena abrir el libro de Jueces, capítulo IV y encontrar allí el relato de estas dos extraordinarias mujeres. Además, podríamos también hablar de la narración acerca de Hannah, madre de Samuel (I Samuel I-II), de la historia de Tamar y Yehudá (Génesis XXXVIII), relatos a través de los cuales la influencia de la mujer sobre el hombre es clara (sin mencionar aquellos relatos “obvios” a todo lector, como ser la relaciones entre Sara, Abraham y Hagar; el relato sobre Raquel, Lea y Yaacov; el cuento de la Reina Esther; la valentía de la prostituta Rajav, etc.).
Mas allá de esto, podemos también encontrar otros relatos, también “feministas” menos obvios, más escondidos y por lo tanto también, en mi opinión, más llenos de misterio y curiosidad. En éste artículo presentaremos uno de esos “misterios feministas” del Tanaj, enterrado entre las palabras escurridizas del texto hebreo más antiguo de la Historia... Atención, el artículo es para los ojos de las lectoras exclusivamente; a los hombres les recomendamos pasar a ESPN o atenerse a las consecuencias...
Detrás de cada mujer exitosa se esconde un hombre muerto
Jueces XIII - XVI
Quien haya paseado por la zona de Harei Yehudá (los montes de Judea), sabrá apreciar el marco natural de la siguiente historia. En el corazón de los verdes montes y colinas que dividen la planicie (Hashfelá) del excitante desierto de Judea, hacia el Sur, se esconde, a pocos kilómetros de la cuidad de Beit Shemesh (literalmente “la Casa del Sol”), el área de Tzorá y Eshtahol.
Es este el escenario que ve nacer a uno de los personajes mas pintorescos de la mitología judía, Sansón (Shimshon, literalmente “el Pequeño Sol”), hijo pródigo de la tribu de Dan. La historia comienza con la fórmula conocida del libro de Jueces: tras la muerte de uno de los jueces, el pueblo vuelve a pecar, y Dios castiga al pueblo sometiéndolo al dominio de un pueblo enemigo, en este caso, específicamente, hablamos de los Filisteos.
Debemos recordar en este sentido, que los filisteos son, al parecer, de procedencia Fenicia, pueblo de mar y puertos, que se asentaron en la costa y planicie de la Tierra de Israel, sobre todo alrededor de dos ciudades centrales, Gaza y Ashkelón. Los filisteos son más recordados a través de las peripecias del Rey David, en su enfrentamiento con el gigante Goliath.
Pero volvamos por unos momentos de las hermosas playas del Mediterráneo asiático a las colinas de Tzora y Eshtahol. Como dijimos antes, aquí nace Sansón, el fuerte. Su padre es Manoaj (literalmente “el difunto”, “el muerto” o “el quieto”). Su esposa, mujer estéril cuyo nombre nos es desconocido, se encuentra con un ángel que le anuncia el nacimiento de su próximo hijo, que deberá ser consagrado a Dios, transformándose en nazareno (Jueces XIII, 2-7). De este encuentro nace Sansón. Para entender esto hay que analizar el texto hebreo original:
וירא מלאך-יהוה אל האישה ויאמר אליה... (פסוק ג')
כי הנך הרה וילדת בן... (פסוק ה')
... איש האלוהים בא אליי... (פסוק ו')

Y se mostró el ángel de Dios a la mujer y le dijo... (versículo 3)
Porque ahora estás embarazada y habrás de parir un varón (versículo 5)
... un hombre de Dios vino a mí... (versículo 6)
Es obvio, que estos pasajes muestran claramente que el embarazo de la mujer es producto del encuentro con el ángel, y no producto de relaciones sexuales que mantuvo con su marido, el muerto. A lo largo de todo el Tanaj, cuando “un hombre viene a una mujer”, la intención de la frase es que hombre y mujer mantuvieron relaciones sexuales, y ejemplos que comprueban esta teoría hay de sobra. Abraham vino a Sara cuando ésta queda embarazada, Yehudá vino a Tamar cuando se acostó con ella pensando que era una prostituta, etc.
Es así que Sansón, el juez hebreo, es producto de las relaciones sexuales entre una mujer mortal y un ser divino, un ángel de dios, de la misma manera que Hércules, el héroe griego, es producto de las relaciones entre una mujer llamada Alacmena y el dios Zeus. Cabe destacar que ambos héroes son forzudos, ambos sucumben a las tentaciones de la carne, ambos deben cumplir con las misiones divinas que les son encargadas y ambos mueren trágicamente. ¿Coincidencia o algo más?
Y esto no termina aquí. El texto nos describe al personaje de Manoaj como un verdadero troglodita, falto de inteligencia y de iniciativa, sin carisma y sin ningún tipo de rol activo durante todo el relato (Jueces XIII, 6-24). El ángel, después de haber dejado embarazada a la mujer anónima, le explica de forma más que detallada cuáles son las condiciones del nacimiento de Sansón, por qué el niño ha de ser criado como nazareno y cómo conseguir dicho propósito (la prohibición del alcohol, del corte de pelo, etc.).
A pesar de que la mujer le explica detalladamente a Manoaj todo lo que el ángel le ordenó previamente, éste parece no entender y le ruega a Dios que mande de nuevo al ángel, para escuchar nuevamente la explicación. El ángel, encantado con la invitación, vuelve a venir a la mujer de Manoaj estando ésta sola en el campo. En este caso la mujer llama a su marido para que se encuentre con el ángel (no por pedido del ángel...). Manoaj le pregunta nuevamente sobre las prescripciones antedichas a la mujer, y el ángel contesta no sin antes aclarar que es la segunda vez que Manoaj recibe dicha detallada explicación. Si esto no es suficiente, en el versículo 16 el relato nos deja bien claro que todavía Manoaj no entendió que se trata de un ángel.
El cenit de la estupidez de Manoaj, en contraste con la astucia silenciosa de su mujer, viene en los versículos 22 y 23, donde el susodicho está seguro que él y su mujer han de morir por haberse encontrado con un ángel, y es su mujer la que debe explicarle lo obvio: cuál es el caso en un embarazo pródigo si la visión del ángel los debe matar.
De todo este primer capítulo de la vida de Sansón, podemos apreciar que el hombre es tomado como un pobre débil mental, mientras que la mujer es la que, silenciosamente, domina y maneja la situación.
Mujeres, mujeres y más mujeres...
A lo largo y ancho del relato bíblico sobre Sansón, son las mujeres las que dictan el ritmo. Lo interesante, en contraste con esta afirmación, es que la mayoría son anónimas. Mencionamos antes a la madre de Sansón, la cual no recibe nombre alguno. A continuación la vida amorosa de Sansón pasa por sus sucesivas relaciones con tres mujeres, dos de las cuales son anónimas. Las tres, de más está aclararlo, son filisteas y no judías. El texto no deja lugar a la imaginación, el hecho de que las tres sean filisteas tiene que ver con el designio divino, con el destino de Sansón como liberador de los hebreos frente al opresor filisteo (Jueces XIV, 1-4).
Y la pregunta fundamental en este contexto es, ¿por qué justamente el elemento de la mujer es la conexión entre Sansón y su misión de destruir a los filisteos? Es decir, todos los jueces a lo largo del libro (Ehud, Iftaj, Gidon, Débora y Barak, etc.), y también en otros libros del Tanaj (como en el caso de Josué con la conquista de la tierra prometida, o Saúl frente a los amalecitas, el Rey David frente a los filisteos y edumeos), no existe ningún tipo de excusa o intermediario: la misión es pelear contra el enemigo, liberar a los hebreos de manos de los opresores, porque simplemente es ésa la función del Juez o Rey.
Sin embargo, en el relato de Sansón, nunca se menciona que Dios le ordenara directamente a Sansón atacar a los filisteos. El ataque y la guerra contra los filisteos vienen siempre como una especie de efecto secundario a los romances del héroe. Es más, si el redactor del cuento quisiera transmitir el mensaje de que Sansón no era un hombre violento si no se le provocaba, y que todas las matanzas de miles de filisteos con sus propias manos fueron solamente represalias a raíz de una provocación filistea, entonces podría el redactor haber elegido decenas de escenarios posibles: una pelea por propiedades de tierra u otro tipo de riquezas, el asesinato de un ser querido de Sansón, la profanación de algún tipo de símbolo religioso, etc... ¿Por qué la necesidad de una excusa para el ataque, y por qué una excusa en forma de mujer?
Esta pregunta, sumada a lo que ya hemos visto sobre el papel de la madre de Sansón, ha llevado a muchos a pensar que, tal vez, estos párrafos del libro de jueces fueron escritos por una mujer, o por un grupo de mujeres. Esta posibilidad no parece lejana, sobre todo considerando el sorprendente parecido entre la historia de Sansón y la de Hércules, lo que nos lleva a pensar que el texto data de la época helenista en Israel (S. IV a II AEC), lo que sí puede condecirse con el hecho de que mujeres hayan escrito el texto (ya que está ampliamente documentado que las escritoras griegas eran parte de la elite cultural de Alejandría en épocas del dominio Ptolomeico).
¿Love story?
La primera mujer que interviene en el transcurso de la vida de Sansón es una filistea anónima de la zona de Timná. Sansón se enamora, se casa, y durante el transcurso del festín (siete días; en aquellos entonces sabían divertirse...), les plantea Sansón a los filisteos un enigma (otro elemento que lo contacta con la mitología griega). La mujer es amenazada por los líderes filisteos, tras lo cual consigue sin mayor problema sonsacar la información de los labios de Sansón (Jueces XIV).
De esta manera, Sansón se transforma en víctima de su propio artilugio, y su respuesta es a través de la violencia desenfrenada, elemento que vuelve sobre sí: el hombre, el macho, sabe sólo usar la violencia y los músculos, mientras que las mujeres sellan los destinos de pueblos enteros, solamente a través de la seducción y la inteligencia.
Este mensaje pro-feminista no es tan claro en la segunda aventura de Sansón, cuando llega a la cuidad filistea de Gaza, a la casa de una prostituta (Jueces XVI, 1-4).
Sin embargo, el mensaje es absolutamente claro en su tercera aventura, la más famosa de todas, con la filistea Dalila (Dlilá, literalmente “la escurridiza”). Es esta mujer la que consigue revelar, sin mayores problemas, el secreto de la enorme fuerza física de Sansón (Jueces XVI, 4-22). Esta vez, no es necesario amenazar, Dalila cumple con su misión por un sustancioso pago. Sansón no tiene ninguna chance de defensa. La seducción y el encanto de Dalila lo hacen perder la cabeza.
No cabe la menor duda que el objetivo de Dalila es obtener el secreto de Sansón para poder usarlo en contra suya. Sin embargo, una tras otra, tres veces en total, Sansón le sigue el juego, hasta que a la cuarta vez se derrumba moralmente y le confiesa el verdadero secreto de su poder, lo que nuevamente resalta la personalidad de Sansón como el arquetipo del forzudo, mucho músculo y pocos sesos...
Este, uno de los textos más feministas del Tanaj, es también el texto en donde la mayor parte de las mujeres son anónimas. Lo que lo transforma en feminista no es la defensa abierta de los derechos de la mujer, sino el manto de ridiculez bajo el cual se presentan los personajes masculinos y, al mismo tiempo, la gran influencia que las mujeres tienen sobre todo el argumento, a pesar de no aparecer en todos los casos como las verdaderas protagonistas.
P.D.: La Organización Sionista de Mujeres Judías, Hadassah, ha sido nominada para recibir el Premio Nobel de la Paz, por la actividad del principal proyecto de esta Organización, la creación y el mantenimiento de los Hospitales Hadassah Ein-Karem y Hadassah Monte Scopus, en Jerusalem. Dicho sea de paso, Hadassah es el nombre de la Reina Esther, aquella mujer que con poca ayuda y mucha astucia evitó la exterminación de todo el pueblo de Israel (según el texto bíblico). La importancia de Esther la llevo a que un libro del Tanaj lleve su nombre.

El Rol de la mujer en el contexto historico bíblico judío

Bat-Iftaj: El Tráfico de Mujeres en Israel
Por:
Michael Telias
Hace pocos meses se publicó en el sitio de Internet de la Knesset el reporte de la Comisión Parlamentaria sobre la Prostitución y el Tráfico de Mujeres. El perturbador reporte concluye que en Israel del siglo XXI, miles de mujeres por año son traídas de forma ilegal, y vendidas por mercaderes de la prostitución por cientos o miles de dólares por cabeza, como el ganado, a prostituidores locales que las condenan a una vida de miseria en prostíbulos a lo largo y ancho del país.
Las mujeres son condenadas a vivir en una situación de interminable pobreza, muchas veces inducidas a la adicción al alcohol y a las drogas, con el objetivo de aumentar el dominio del dueño de prostíbulo sobre las vidas de las mujeres. El reporte muestra datos asombrosos sobre las condiciones de vida de dichas mujeres, el salario que reciben y las condiciones sociales a las cuales son rebajadas. Sin servicios de salud, sin escolaridad para los hijos en casos de tenerlos, estas mujeres llegan a través del límite con Egipto, sobre todo desde Ucrania, Bielorrusia y Rusia. En su lugar de origen, les promete el primer vendedor una vida de lujos y un salario importante y, puesta la esperanza en la posibilidad de ayudar a sus pobres familias en el lugar de origen, se embarcan por propia voluntad en una travesía abominable.
En Egipto son confiadas en manos de beduinos que cruzan la frontera con Israel durante la noche. Una vez en Israel son llevadas a casa del “importador”, el cual invita a sus clientes potenciales a revisar la “mercadería”. Las grabaciones de una cámara escondida de la policia de Tel Aviv, puesta por un agente incógnito que participó en uno de estos “remates”, fueron transmitidas en el principal noticiero de la televisión israelí, hace ya más de seis meses. Sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos, tanto por parte de la policía como parte de los legisladores, los contrabandistas de mujeres siguen ganando dinero, siguen saliendo bajo fianza, y como se dice por estos lados, en traducción libre al español, “las ruedas de la justicia giran muy lento”.

La prostitución como una forma de hacer justicia
A pesar de que en la Torá se prohíbe expresamente la prostitución y las relaciones extra-matrimoniales de todo tipo, podemos hacer referencia a varios relatos en los cuales se habla de prostitutas y de prostitución, sorprendentemente desde un punto de vista positivo. La primera narración la podemos encontrar en el libro de Génesis (XXXVIII). Yehudá, el hijo de Jacobo, se ha separado del resto de las tribus de Israel. Su hijo mayor, Er (“despierto”), se casa con Tamar (“dátil”), mujer cananea, que no alcanza a darle hijos, pues Er es muerto por Dios por ser “malo ante sus ojos”.
Según la costumbre existente en el Medio Oriente en la época del relato –y esto es algo que deducimos del texto mismo y puede ser comparado con fuentes externas-, el hermano del difunto debe darle a su cuñada un hijo en nombre de su hermano, para que su recuerdo no se pierda. El segundo hijo de Yehudá, Onén, rehúsa a servir como “padre asistente”, y en la cama con Tamar eyacula a tierra, con lo cual Tamar sigue sin quedar embarazada. Dios entra en el juego y castiga a Onén, matándolo.
Yehudá, ya con dos hijos muertos, decide no dar a Tamar su último hijo, Shela. Abandonada, dejada de lado y olvidada, Tamar tras ser dejada fuera de la familia de Yehudá, comienza a tramar su venganza. Tiempo después, disfrazada de prostituta y con la cara tapada para no ser reconocida, sale a la caza de Yehudá, el cual es atraído por los encantos de la mujer. Ella, consumado el acto, le pide dejarle en garantía ciertas prendas personales, hasta el día del pago. Muchos meses después, en embarazo avanzado, Tamar se muestra frente a Yehudá, presenta dichos objetos personales y le revela lo que hizo. El hijo pertenece a Yehudá, en nombre de su propio hijo Er, el original esposo de Tamar. Yehudá proclama que lo que hizo Tamar es lo más justo, y por eso la acepta nuevamente como parte de la familia, para que pueda criar a su hijo. Y entonces, ¿qué conclusión podemos sacar de este relato?, ¿que la prostitución es algo positivo, necesario? El gobierno del varón es aquel que prohíbe la prostitución, considerándolo algo perverso e indigno; pero es el mismo patriarcado el que promueve la prostitución, haciéndola un “mal necesario”.
La misma visión se desprende del cuento de Rajav, la ramera de Jericó (Josué II y VI-VII). Es solamente por la profesión de Rajav, que ésta tiene la posibilidad de hospedar en su casa hombres extraños, los espías de Josué. “[...] Solamente Rajav la ramera vivirá; ella y todos los que estan con ella en la casa, porque escondió a los emisarios que enviamos” (Jos VI, 17). De nuevo la prostituta es una mujer inteligente, que hace justicia y es capaz de entender lo que el resto de los habitantes de Jericó no, y es que la fuerza militar de los seguidores de Josué es imparable. Sin embargo, en ningún momento del relato se nos hace mención al hecho de que Rajav dejó la prostitución después de la conquista de Jericó, o tampoco de su conversión al judaísmo: “Pero Josué puso a salvo a Rajav la ramera y a la casa de su padre, y todo lo que ella tenía. Y ella vivió en medio de Israel hasta hoy, porque había ocultado a los emisarios a quienes enviara Josué para espiar a Jericó”. En el texto original:

"ואת רחב הזונה ואת בית אביה ואת כל אשר לה החיה יהושע ותשב בקרב ישראל עד היום הזה כי החביאה את המלאכים אשר שלח יהושע..."

Si lo comparamos con el texto de Ruth, por ejemplo, veremos las diferencias: “[...] porque dondequiera que tu vayas iré yo, y donde hayas de vivir, viviré yo [...]” (Ruth I, 16). Es decir, Ruth no “vive en medio de Israel”, como una extraña, sino que se convierte al judaísmo, casándose con Boaz y siendo fiel a Noemí, su original suegra. Pero, claro está, Ruth no es una prostituta. Y es por esto, tal vez, que su aceptación por parte del texto bíblico es más fácil y sustentable de forma lógica.
Y si seguimos un poco más allá en el análisis, podremos descubrir algo más perturbador aún. ¿Cuál es la contribución, desde el punto de vista narrativo, de Ruth al pueblo judío? Ruth no está dispuesta a abandonar a su suegra, vieja y pobre. Es, de hecho, un acto muy noble. Pero Rajav, la prostituta, es la principal causa, se podría decir, por la cual el pueblo es capaz de conquistar la ciudad de Jericó, principal obstáculo en el dominio de la Tierra Prometida por parte de Josué; esto además, claro está, a costo potencial de su propia vida y de toda su familia, ya que es de suponer claramente que si alguien en Jericó hubiese descubierto a la traidora, su destino hubiera sido la lapidación segura. Entonces, ¿quién es verdaderamente una heroína y quién no? ¿Y cuál es la recompensa de una frente a la recompensa de la otra?
Para concluir, citaremos una de esas “casualidades” del Tanaj, que tan placentera puede hacer su lectura. Ruth, la moabita, tras convertirse al judaísmo, se casa con Boaz, y juntos son los bisabuelos del Rey David. Boaz, hijo pródigo de la tribu de Yehudá, habitante de Beit-Lejem, es descendiente directo de Peretz (6 generaciones en total). Peretz es el hijo de Yehudá y Tamar... (ver Ruth, IV, 11-22).

La prostitución de la mujer por el beneficio del hombre
El más famoso cuento de abuso de una mujer es aquel que encontramos en Génesis XII, en la famosa parashá (trozo de la Torá –Pentateuco- que se lee semanalmente) de “Lej Lejá”, en la cual Dios ordena a Abraham abandonar la tierra de sus padres, Ur, y marchar hacia la Tierra de Israel. Poco después de haber llegado a la Tierra Prometida, Abraham la abandona, bajando a Egipto a conseguir provisiones. Allí, Abraham miente sobre Sara, su esposa, diciendo que es su hermana, por temor a que lo mataran para tomarla a ella como mujer. Decir que Sara es su hermana realmente evitará la muerte de Abraham, pero no evitará que Sara sea tomada por mujer por el Faraón: “[...] y la mujer fue llevada al palacio del Faraón" (15), “Y por ella el Faraón trató muy bien a Abraham, quien tuvo rebaños de ovinos y vacadas, y asnos y siervos...”(16). Es decir, está claro que si la mujer, Sara la esposa de Abraham, fue llevada a palacio, no fue precisamente para jugar ajedrez. Está claro además, que Abraham sabía que además de salvarse, iba a ser beneficiado económicamente, como está escrito en el previo versículo 13, “Di pues que eres mi hermana, para que sea favorecido por ti por tu causa y mi alma vivirá por ti”. Si cabe alguna duda, veamos la versión hebrea:

"אמרי נא אחותי את למען ייטב לי בעבורך וחיתה נפשי בגללך"

Está claro que Abraham, más allá de salvación física, buscaba el enriquecimiento material. No solamente que lo busca, sino que además lo encuentra. Los egipcios son golpeados con duras penas por parte de Dios, quien castiga al Faraón por haber tomado a Sara como mujer. Y la pregunta es, claro está, ¿por qué? Abraham había convencido a todos que se trataba de su hermana, ¿qué pecado cometió el Faraón y su pueblo para ser castigados de tal manera? En todo caso, quien debería ser castigado por mentiroso y por abusador debería ser el propio Abraham. Para colmo, sabemos de un segundo caso, en el cual Abraham busca dar un “nuevo golpe”, utilizando a su esposa. Esta vez es en Génesis XX, con Avimelej, Rey de Guerar. Sin embargo, esta vez, Dios se le aparece a Avimelej en un sueño, y le advierte sobre lo que está por ocurrir. Avimelej se apresura a devolver a Sara en manos de Abraham, y el daño es evitado. Pero una vez más, Abraham se va con las manos llenas de riquezas. Al parecer, los negocios realmente iban bien en esas épocas...

Bat Iftaj: y cargarás tu cruz, siempre...
No me puedo olvidar de la primera vez que recibí una explicación sobre el significado del símbolo femenino: ♀. La explicación consistía básicamente, si mi memoria no me falla, en que la cruz es la carga, el castigo eterno por el pecado original, que la mujer debe cargar. Hasta ahora vimos algunos ejemplos de dos motivos redundantes en el Tanaj. El primero es que, a pesar de que la sociedad patriarcal prohíbe y aborrece la prostitución, es la propia sociedad patriarcal la que la promueve, y para resolver dicha contradicción presenta a la prostitución en un marco de “condiciones especiales” a través de las cuales el abuso de las mujeres es justificado. El segundo, consiste en aquellos relatos en los cuales la prostitución es presentada como una forma de lucro por parte del hombre, mientras que en ningún momento se nos transmite los pensamientos o sentimientos de la mujer abusada.
El caso más extremo de abuso de mujeres es el caso de la hija del juez Iftaj. Tras la muerte de Gideon, y luego de otros jueces menores, el pueblo de Israel se enfrenta esta vez ante los ammonitas (Jueces X, 6). El nuevo héroe que ha de salvar al pueblo es uno que ha sido expulsado. ¿Por qué? Por ser hijo de una ramera, y no de una mujer legítima (Jueces XI, 1-11). De nuevo, la sociedad aborrece la prostitución, sin embargo existe en el cuento de Iftaj, por lo menos al principio, un punto de luz. Justamente el hijo ilegítimo, el expulsado, es convocado por el pueblo para transformarse en su líder.
Iftaj acepta la invitación de los ancianos del pueblo y sale a la lucha contra los ammonitas, al principio en forma diplomática (Jueces XI, 12-28) y luego en guerra abierta (Jueces XI, 29-33). Iftaj promete que sacrificará a aquella persona que salga primero a saludarlo al volver victorioso (vers. 30-31). El drama comienza cuando Iftaj llega a su casa victorioso y la primera persona que sale a saludarlo es su propia hija (Jueces XI, 34-40). Su propia hija, única. Por supuesto, Iftaj cumple con su voto, y sacrifica a su hija, matándola en honor a Dios.
Está claro que existe aquí un problema muy grave desde el punto de vista teológico. Los sacrificios humanos están completamente prohibidos en el judaísmo, y su lugar lo toman los sacrificios de animales que se llevaban a cabo en el Templo. Pero dejemos esto de lado. ¿Por qué el redactor del relato de Iftaj elige a su hija como sacrificio? ¿Por qué no existe ningún intento por parte de Iftaj de eliminar su promesa, o pagarla de otra manera?, ya que, si hubiera sido este el caso, no hubiese sido la primera vez en la narrativa tanájica en la cual alguien intenta eliminar una lamentable promesa. Es por ésta y por otras preguntas parecidas, que al parecer no tienen respuesta, es que Bat Iftaj, la hija de Iftaj, ha sido adoptada como símbolo del movimiento feminista en Israel. Es también identificada como el símbolo de las mujeres abusadas y utilizadas por la sociedad, machista o no, por cierto elemento que notamos al instante: el anonimato. La hija de Iftaj es la hija de Iftaj y nada más, sin nombre, sin identidad propia. Cuando vemos las noticias y se nos habla de las mujeres que conforman la mercadería en el tráfico terrible de seres humanos, no se nos ofrecen nombres, apellidos, datos sobre sus familias, etc.: lo único que se nos dice son números, números y más números. Son estas mujeres castigadas por la sociedad doblemente: por una lado forzadas a la vida de prostitución, y por otro discriminadas y maltratadas por la propia sociedad, que las priva de identidad, de humanidad.

Las mujeres de Israel se destacan en esta escena por su osadía y perseverancia

Liberación y feminidad
Por: Ethel Katz
Pesaj, la fiesta de la liberación, está signada por la acción de las mujeres, protagonistas sin parangón. Este artículo nos presenta un lado de la historia que muchos desconocemos.
“Por los méritos de las mujeres pías que vivieron en esa generación, Israel fue redimido de Egipto” (Sotá 11b) . Este texto continúa sorpresivamente con un relato casi surrealista: “Que a la hora que iban a extraer agua, el Santo Bendito Sea les daba peces pequeñitos en sus jarras y extraían mitad agua y mitad peces… y lo llevaban a sus maridos al campo y los aseaban y los untaban con aceites y los alimentaban y les daban de beber y tenían relaciones con ellos… y como embarazaban volvían a sus casas…”
Y así continúa el midrash relatando el nacimiento y la salvación de los hijos.

Las mujeres de Israel se destacan en esta escena por su osadía y perseverancia, por su rebeldía y por su desafío. Inmersas en el sufrimiento infinito de la esclavitud, se preocupaban por sus parejas y por su procreación, desafiando la orden de Faraón que había ordenado la muerte de todo recién nacido: “Entonces Faraón dio a todo su pueblo esta orden: ‘Todo niño que nazca lo echaréis al Río; pero a las niñas las dejaréis con vida’” (Ex. 1:22).

Pesaj, la fiesta de la liberación, está signada por la acción de las mujeres, protagonistas sin parangón. Desde las anónimas esclavas del pueblo hasta Puá y Shifrá, las parteras y Iojeved, madre abnegada, Miriam hermana y líder, Tzipora esposa de Moshé perteneciente de la aristocracia madianita, hasta la no nombrada hija de Faraón, salvadora llena de piedad del liberador. Mujeres del Éxodo que continúan la saga de las mujeres del Génesis, las matriarcas, forjadoras de la identidad primigenia. “El rey de Egipto dio también orden a las parteras de las hebreas, una de las cuales se llamaba Shifrá y la otra Puá, diciéndoles: ‘Cuando asistáis a las hebreas, observad bien en el asiento de parto, si es niño, hacedle morir; si es niña dejadla con vida.’ Pero las parteras temían a D’s, y no hicieron lo que les había mandado el rey de Egipto, sino que dejaban con vida a los niños”… (Ex. 1:15-17). Shifrá y Puá se resistieron y no tardaron en ser llamadas al orden, debiendo explicar su desacato: “Llamó el rey de Egipto a las parteras y les dijo: ‘¿Por qué habéis hecho esto y dejáis con vida a los niños?’ Respondieron las parteras a Faraón: ‘Es que las hebreas no son como las egipcias. Ki jaiot hena, -son más robustas- (o más textualmente son ‘como animales’, no necesitan de parteras, hacen nacer a sus críos sin ayuda, o quizás ‘tienen más instinto de vida’, -aman a la vida y por ello hacen nacer…-), y antes que llegue la partera ya han dado a luz.’”. Las parteras, mujeres, conocían a las mujeres, que tienen la fuerza de la vida, el ímpetu del instinto, la fuerza de Eros. La mujer, hija de Java-Jaia, del verbo vivir, madre de todos los vivientes (Conf. Génesis, 3:20), amaba la vida de sus críos y no permitiría su muerte, la mujer-vida, no puede ser derrotada por ninguna dictadura.

La figura femenina de Iojeved, madre de Moshé, amerita un tratamiento particular. Se convierte en protagonista desde el mismo instante que decide traer a su hijo al mundo, como otras muchas mujeres, pero, también esconde a su bebé hasta los 3 meses y para salvarlo permite sea arrojado al río. Miriam, la hermana mayor, ha quedado más firmemente fijada en nuestra memoria. Atisba desde los juncales y observa la suerte de la canasta que lleva a su hermano hacia su destino. Miriam, no sólo profetiza anunciando el nacimiento de su hermano, es, según diversas versiones midráshicas, también la responsable de los nacimientos de muchos otros israelitas. Citemos aquí otro relato talmúdico (Sotá 11a): “Amram, padre de Moshé deseoso de obedecer la orden de Faraón, (de no traer varones al mundo), se separó de su esposa, y siguiéndole, hicieron lo mismo otros hombres de Israel, por lo que Miriam le dijo: ‘Padre, tu decreto es más difícil que el de Faraón, ya que Faraón dispuso su decreto para evitar el nacimiento de los varones pero tu impides el nacimiento también de las niñas’… ‘La decisión de Faraón tiene consecuencias sólo en este mundo, pero la tuya, también ejerce consecuencias en el mundo venidero. El decreto de Faraón, quizás se cumpla y quizás no se aplique, pero, tú, hombre justo, conseguirás que tu decreto se cumpla’. Amram reaccionó regresando a su esposa y tras él hicieron lo mismo los otros hijos de Israel.
El midrash destaca la figura de Miriam no sólo como la responsable de la vida individual de su hermano Moshé sino la de todo el pueblo de Israel. Es Miriam la que propone a la hija de Faraón, conseguirle una nodriza hebrea, garantizando así que su hermano regrese al seno materno y reciba la guirsa deiankuta, la educación que amamanta de su madre judía. Es la misma Miriam que luego expresará en nombre de las mujeres y de los hombres las loas a D’s en su canto de agradecimiento, en sus bailes y en sus instrumentos musicales (Exodo 15:20-21). Es Miriam la que aparece en el texto sin apellido, sin que se nombre a su esposo Calev ni a su descendencia, porque su mérito es propio. Y el profeta Mija, la ubica en el mismo nivel que sus hermanos: “¿En que te hice subir del país de Egipto, y de la casa de servidumbre te rescaté, y mandé delante de ti a Moshé, Aarón y Miriam?” (Miqueas 6:4).

Hasta aquí mujeres hebreas.

A partir de ahora, otras protagonistas no menos importantes, las mujeres extranjeras. La hija de Faraón y posteriormente Tzipora, esposa de Moshé, hija de Itro el sacerdote de Midián.

¿Cuál es el lugar de la hija de Faraón en la historia? ¿Por qué habría una princesa de rescatar a un niño abandonado? ¿Por simple compasión? ¿Por el deseo de tener un hijo propio? ¿Para demostrar la disconformidad con la orden de su padre y su rebeldía? –“Bajó la hija de Faraón a bañarse en el Río y, mientras sus doncellas se paseaban por la orilla del río, divisó la cestilla entre los juncos, y envió una criada suya para que la tomara. Al abrirla vio que era un niño que lloraba. Se compadeció de él y exclamó: ‘Es uno de los niños hebreos’. La princesa no sólo desafía la orden de su padre, Faraón, sino que lo hace bajo sus propias narices: Moshé es criado en palacio.

Moshé el líder de la liberación, que fuera salvado y educado por mujeres, es producto de una combinación extraña entre la herencia cultural de una mujer esclava, miembro de una minoría sojuzgada y una mujer princesa, perteneciente a las elites del país. Moshé es también el esposo de una mujer singular, que al circuncidar a sus hijos lo salva de la muerte.

Tal vez la resolución y la osadía de esas mujeres, ayudó a forjar su carácter en libertad y autonomía, en valor y en acción, para estar preparado a la hora de ser llamado. Son pues las mujeres las que dejaron su impronta en el proceso de Redención por sus propias acciones, y por su relación con Moshé, aunque, como en muchas otras ocasiones, parecerían haber quedado relegadas en la memoria. Son pues las mujeres, las que debemos retomar esos roles y conducir a nuestro pueblo a su liberación definitiva.

La obligación que tenemos las mujeres a muchos preceptos relacionados con la festividad, particularmente en lo referido al seder, pese a que deberíamos vernos exentas de ellas porque dependen del tiempo, se deben a que ‘las mujeres fueron protagonistas de esos milagros’(Pesajim 108 a y b ). Y al enseñar el principio, las haremos protagonistas de los futuros.
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JHV: Haga Resplandecer su Rostro sobre ti, Tenga de ti Miserícordia; Alcé Sobre ti su Rostro, Y ponga en ti Paz. Num.6.24-26

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