Bienvenido a QUMRÁN.Ser Judío no es pertenecer a una religión, es una misma forma de vida ante Di- y ante los demás...¡. . Los agravios que no se ventilan empeoran, y la supresión de identidad tribal y religiosa puede llevar a la violencia.. Somos una fuente de información con formato y estilo; Es evidente que, impresionantes números de personas mueren repetidamente cuando depositan su confianza en mentiras y mentirosos. Y casi siempre los mentirosos en el poder se encuentran en situaciones difíciles como consecuencia de su gran caso omiso de los hechos.....Laura Knight-Jadczyk

miércoles, julio 16, 2008

Los Diez Mandamientos en el Matrimonio de acuerdo al judaísmo

Los Diez Mandamientos en el Matrimonio
Por Esther Piekarski
El concepto de matrimonio, para el judaísmo, no se aplica únicamente a la idea de la relación hombre-mujer. Nuestra relación con el Creador es considerada un casamiento y nuestro aniversario de boda es Shavuot, el día en el que recibimos la Torá. Así como al matrimonio hay que renovarlo día a día, también cada año revivimos la entrega de la Torá y nuestro casamiento con Di-s.
Hombres, mujeres y niños recibieron la Torá en el Monte Sinai, el monte más pequeño y humilde de todos los montes. Estábamos debajo del monte como si éste fuese el palio nupcial, la "Jupá". El momento en el que recibimos la Torá representó el contrato matrimonial, la Ketubá. Simbolizó nuestro amor, compromiso, respeto y responsabilidad de nuestra relación con Di-s.
Cada vez que un hombre y una mujer contraen matrimonio debajo del palio nupcial, vuelven a recrear la boda que tuvo lugar debajo del Monte Sinai el día en que Hashem entregó los Diez Mandamientos. Si le damos una mirada más profunda a estos Diez Mandamientos descubriremos que no sólo nos aconsejan sobre el aspecto espiritual, sino que también nos proveen de consejos y pautas prácticas para la vida conyugal.

LOS DIEZ MANDAMIENTOS

1. Yo soy el Señor, tu Di-s que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de los Esclavos. No poseas otros dioses.No dejes lugar a duda:
Aconsejando y enseñando matrimonios, me he encontrado con muchas personas que no están seguras de haberse casado con la persona correcta. Tal vez estén casados desde hace décadas, y sin embargo no están 100% seguras de haber elegido la persona correcta. Muchos están seguros de la decisión, al principio, pero luego la duda comienza a crecer sigilosamente. ¿Es que acaso tomé una decisión apurada o inmadura? ¿Es esta la persona correcta? ¿No sería más feliz con otra persona? ¿Es que acaso crecimos en direcciones opuestas desde aquel día en el que contrajimos matrimonio?
Sí, efectivamente, eras inmaduro, cuando te casaste, pero eso es algo positivo. Se conocieron cuando aún eran jóvenes, y sus caracteres eran aún flexibles, crecieron juntos. Cambiaron y se desarrollaron desde aquel día en el que contrajeron matrimonio, pero si logran involucrarse con los cambios y crecimientos del otro, alcanzarán una relación en la que siempre estará viva la atracción de la pareja.
Que la duda no te haga cometer un terrible error. La vacilación sobre la seguridad en la pareja puede matar cualquier matrimonio. Ni me imagino lo que la duda puede llegar a hacer con una pareja que no tiene bases firmes. He tenido casos en los que la mujer logra alcanzar la felicidad luego de reconocer y desear aceptar las circunstancias: "Este es mi marido. Es el hombre con quien elegí casarme". Una vez que logran reconocer que esta fue la decisión que tomaron, se dan cuenta que esta es la persona con la que eligieron pasar el resto de su vida, con la que decidieron trabajar, vivir, criar hijos, pagar impuestos, resolver inconvenientes y hasta llegar a la vejez, con esta y única persona.
Este primer mandamiento comienza con la palabra "Anoji" que significa "Yo" en el idioma egipcio. La pregunta es: ¿Por qué Di-s eligió decir la primera palabra de los Diez Mandamientos en un idioma extranjero y no en hebreo, el idioma sagrado?En aquellos tiempos, nosotros, los judíos, recién habíamos salido de Egipto. Aunque nuestra lengua madre era el hebreo nos encontrábamos muy familiarizados con el idioma egipcio. Es por esto que Di-s decidió hablar en el idioma que todos entendian, de este modo partió de una misma base para entablar la relación. Esto, encierra una lección para nosotros.Tal vez, en algún momento de su vida, una mujer puede llegar a decir, "Oh, mi esposo es tan diferente a mí". Pero, con esfuerzo y dedicación, se puede hallar un factor en común. Tal vez debamos hablar "un idioma extranjero" para nosotros, de vez en cuando, para lograr entablar la comunicación con nuestra pareja.
El uso de la palabra "Anoji", "Yo", nos enseña que Di-s puso su máxima esencia dentro de la Torá. De esto aprendemos que, asimismo, nosotros debemos poner, nuestro espíritu y corazón al servicio de nuestro matrimonio.
Quien te sacó de la tierra de Egipto
¿Por qué Di-s constantemente nos recuerda de dónde venimos? ¿Es acaso placentero escuchar una y otra vez sobre el tiempo en el que éramos esclavos? ¿No podemos acaso, olvidarnos del pasado, y simplemente seguir adelante?
Todos poseemos un pasado. Aunque intentemos comenzar nuestro matrimonio como si el día de nuestro casamiento fuese nuestro nacimiento, la realidad es que todos arribamos con trasfondos diferentes, infancias, hábitos y expectativas distintas y hasta quizás, Di-s no lo permita, traumas del pasado. Si poseemos algo de nuestra historia que debemos resolver, debemos hacerlo apenas lo detectamos, de nada sirve esconderlo bajo la alfombra. Lo único que logramos con esta actitud es que el problema cada vez se vuelva más grande, e inexorablemente saldrá a la luz, ya sea mañana, dentro de una semana o en diez años. Tarde o temprano saldrá a la superficie, y mejor que sea temprano, ya que realmente uno resulta lastimado con esta actitud, daña a su familia, y sigue tropezándose con todos los problemas que guardó debajo de esta alfombra.
Hasta que logramos reconocer cual es la mochila de dificultades con la que cargamos, es fácil caer en la tentación de culpar a nuestros maridos de nuestras inseguridades. Debemos preguntarnos primero: ¿Hay algo de lo que debo encargarme, algo que traigo de mi historia, de mi pasado?
No nos olvidemos que no sólo las mujeres poseemos un pasado. Nuestros maridos vienen de otros hogares, fueron educados de otra manera, hasta tal vez fueron criados en otra cultura. Aunque creamos poseer muchísimas similitudes con nuestra pareja, siempre encontraremos diferencias. A veces las mujeres nos disgustamos mucho con nuestros maridos, esperando que hagan cosas que no hacen, asumiendo que ellos "deberían saberlo".
Tal vez, la mujer creció acostumbrada, por ejemplo, a celebrar su cumpleaños de alguna forma en particular, preparando una torta y recibiendo regalos. Pero quizás la costumbre en la casa de su marido era muy distinta. En consecuencia, si nunca le explicas a tu esposo cómo te gusta que se celebre tu cumpleaños, luego no podrás disgustarte con el ya que el no puede adivinar. En la pareja, los dos, deben siempre tener en consideración que cada uno posee un pasado.
2. NO POSEAS OTROS DIOSES
No mires otros hombres; no compares a tu esposo con el marido de otra mujer.
Recientemente, sonó mi teléfono. Era una mujer a la cual no conocía. Ella tenía necesidad de hablar. Era infeliz en su pareja. Había estado casada por muchos años, y recién ahora se había dado cuenta que su marido no llenaba sus expectativas, no era lo que ella esperaba. No era tan inteligente, ni amable, ni delicado, ni educado, ni sofisticado, como...
Mientras hablaba, sentí que una parte de la frase estaba ausente, "no era tan bueno como... ¿como quién"? le pregunté.
Ella no respondió. Quise presionarla un poco, y le pregunté si recientemente habían salido con alguna otra pareja. Sorprendida, exclamó, "¡¿Nos viste acaso en el restaurante?! (La realidad era que yo ni siquiera sabía con quien me encontraba conversando).
Le aseguré que no la había visto, pero le expliqué, que era muy claro que lo que estaba haciendo era comparando a su esposo con el esposo de otra mujer. Le pregunté entonces qué es lo que había pasado.
Ella, apenada, describió cómo había actuado el marido de su amiga la noche anterior en el restaurante. El le arrimó la silla a la mesa, sacó su saco y respetuosamente lo colgó por ella, mientras que su propio marido nunca notó ni su silla, ni su abrigo. El marido de su amiga sabía exactamente qué ordenar para su esposa ya que conocía perfectamente su gusto, mientras que su marido tuvo que esperar a que ella volviera para ordenarle también a él el pedido, mientras que además, comentaba lo mucho que le disgustaba la comida elaborada. Luego bromeó acerca de la gente que no ordenaba comida tradicional como bifes y papas. El marido de su amiga era tan dulce y sofisticado, mientras que su marido involuntariamente hasta casi había llegado a insultar al mozo. El marido de su amiga inclusive poseía conocimientos sobre las diferentes clases de vinos. Ella volvió a su hogar muy desilusionada con su marido.
Esto es completamente absurdo por supuesto. Conocer de vinos no convierte a un hombre en un buen marido. Observar y reconocer las características positivas de nuestros maridos, mirando las cosas que realmente son trascendentes hará que éstas se acentúen y se hagan más fuertes. Focalizándonos en las virtudes de nuestros esposos lograremos que éstas se fortalezcan. Agradeciéndole por su paciencia para enseñarles a nuestros hijos, por ejemplo, hará que esta cualidad, se haga, cada vez, más fuerte. La idea es reconocer y reforzar todas las cualidades positivas de la persona.La comparación sólo trae problemas. Este es tu esposo; no otro.
3. NO PRONUNCIARÁS EL NOMBRE DE DI-S EN VANO
No hables innecesariamente o sin sentido de tu esposo.
A veces las mujeres tendemos a menospreciar a nuestros esposos, hablando, a veces de una manera poco seria sobre ellos. ¿Por qué sucede esto? ¿Acaso tiene esto algún sentido o extraemos algo positivo de esta clase de comentarios?
Una pareja va de compras al supermercado. Mientras esperan en la caja la esposa se da cuenta que se había olvidado de comprar algo. Ella dulcemente le pide a su devoto esposo si puede volver al sector de góndolas a buscar sus cereales preferidos. Mientras ella observa como su marido va explorando las estanterías en busca de los cereales (que ella olvidó de comprar), pasando por los lácteos, congelados, frutas, verduras y artículos de limpieza, se da vuelta y le dice a la señora detrás de ella: "¡Así son los hombres!". La pregunta es ¿Qué conseguimos con este comentario? ¿Qué sentido tiene esta condescendencia, que lo único que logra es ofender a nuestro esposo?
Todos necesitamos, de tanto en tanto, compartir nuestros sentimientos con alguien. Esto nos ayuda a ver que no somos las únicas que debemos lidiar con ciertos problemas, nos alivia y nos muestra que hay ciertas conductas que son exclusivamente "actitudes masculinas", y que no son cuestiones personales que debemos tomar a pecho. Es por esto que yo siempre recomiendo que la persona debe tener un consejero (mashpia), un buen amigo, alguien con quien poder compartir sus sentimientos. Todos necesitamos abrir nuestro corazón de tanto en tanto. Es saludable compartir nuestras emociones con alguien de confianza con quien podamos discutir en forma privada aquellos sentimientos que nos aquejan.
Estas charlas y comentarios son las que "no son en vano". Son charlas en las que hablamos de una manera respetuosa, tienen un objetivo y no son conversaciones frívolas que lo único que logran es ofender a nuestros maridos.
Una pareja que llevaba un año de casada vino a verme, asustada porque habían escuchado rumores de que en la ciudad natal de la esposa se comentaba que ellos estaban a punto de divorciarse. El problema fue que ellos habían sido los últimos en enterarse. No había ni una pizca de verdad en este rumor, con lo que rápidamente se pudo resolver el misterio.
La esposa era una mujer muy joven que se encontraba viviendo en Israel el país natal de su marido. Apenas se casaron ella tuvo que adaptarse a una vida completamente nueva, un idioma extranjero, y una cultura completamente distinta. Ella estaba lejos de casa y de sus afectos. Al mismo tiempo debía acostumbrarse a la nueva vida de casada. Esto es siempre un gran desafío, y por supuesto había momentos en los que las cosas se hacían difíciles.
Un día, no mucho después de haberse mudado a Israel, una amiga llamó. Su voz le produjo una gran nostalgia. La angustiada joven esposa, se dio el lujo de tomar una larga sesión de lágrimas con su amiga, la cual aun no se había casado, y se encontraba todavía estudiando. Ella lloraba y se quejaba y le confesaba a su amiga cuánto añoraba su hogar y qué difícil se le hacía la adaptación a esta nueva vida.
Esta inexperta amiga, que aún se encontraba estudiando, claramente la persona equivocada en quien confiar, colgó el teléfono bastante triste y abatida. Le habían puesto una carga sobre sus espaldas que ella no estaba preparada para soportar, fue entonces que decidió compartirlo con alguien, y no tuvo mejor idea que contárselo a su mamá. Le dijo que su amiga se sentía muy afligida en su matrimonio y deseaba volver a su hogar. El rumor no tardó mucho en diseminarse por toda la comunidad. Lo que realmente nadie había visto era como la joven esposa se las había arreglado, a su manera, y de hecho bastante bien para llevar adelante la vida con su nuevo esposo en Israel.
Afortunadamente esta pareja, que ya lleva años de casada, aprendió la lección. Nuestros temas privados sólo debemos comentarlos con un objetivo claro, y a personas de confianza. Debemos ser muy cuidadosos en la elección de la persona con la cual vamos a compartir nuestras dificultades, debemos elegir el momento y lugar adecuados.
4. RECUERDA Y GUARDA EL SHABAT COMO UN DÍA SANTO
Recuerda
Recordar es algo muy positivo. Crear lindos recuerdos propios y de la familia es algo muy provechoso. Momentos compartidos, una sonrisa, una nota, una foto, fiestas de cumpleaños, son todos recuerdos maravillosos para compartir. Sácalos del banco de tu memoria y recuérdalos en momentos difíciles. Dale a tus hijos recuerdos que puedan compartir. Todos poseemos lindas experiencias de alguna clase. Recolectadas, tal vez en nuestra infancia, que luego cuando llegamos a ser adultos nos dan fuerza, cuando debemos atravesar momentos difíciles. Permítete y anímate a meditar sobre los hermosos recuerdos que atesoraste a lo largo de tu vida.
Una vez conversé con una mujer que trabajaba con parejas que se encontraban a punto de divorciarse. Yo quería ayudar a parejas a reconciliarse antes de tener que llegar a este trágico final que significa el divorcio. Ella me explicó entonces cómo hacía para diagnosticar si la pareja tenía futuro aún. Durante la conversación les preguntaba, "¿Cómo se conocieron?" Si esbozaban, aunque fuese una leve sonrisa, y se lograba ver un destello de emoción en sus miradas, significaba que todavía había esperanza. Si por el contrario, no lograban recordar y volvían su mirada vacía de emoción hacia ella...
"observar"
Shabat es el día en el que fortalecemos nuestro lazo con Di-s, es el día en el que nos ocupamos sólo de asuntos espirituales. Hazte tiempo para dedicar a tu matrimonio, tómate un día libre, una salida nocturna, un día sin distracciones, llamados, visitas, etc.
Un hombre de negocios, que se encontraba siempre muy ocupado, constantemente le prometía a su esposa pasar un día junto a ella, pero nunca lograba concretarlo. Ella no tenía dudas de que su marido estaba ocupado con cosas realmente importantes. Un día ella le avisó que uno de sus más grandes donantes había llamado y estaría en la ciudad. Ella le dijo que le había hecho una cita con él en el lobby del hotel donde el contribuyente se estaba alojando. Su marido no tardó en agendar rápidamente la cita. Cuando llegó al hotel, dispuesto a dedicar dos horas sin interrupciones a su contribuyente, se encontró con una sorpresa. Su esposa lo estaba esperando en lobby. Ella le dijo "Yo soy el mayor contribuyente que posees, y necesito compartir tiempo contigo". Debemos darnos cuenta, quién es la persona que realmente "contribuye" con nuestras vidas día a día y darle la atención y el tiempo que se merece. En última instancia nuestra relación será la que obtendrá todas las ganancias y beneficios.
Santificalo, guarda el Shabat como un día Sagrado.
¿Qué es lo que puede enriquecer, fortalecer, y hacer perdurable nuestro matrimonio? Debemos reconocer que la pareja está compuesta por tres integrantes, el hombre, la mujer y Di-s. La palabra "Santidad" es la palabra más importante para el judaísmo en lo que se refiere a la pareja. Debes considerar al matrimonio como la unión Santa que significa.
El matrimonio no se trata sólo de ustedes dos. No es solo lo que quiere el hombre o la mujer. El matrimonio, incluye tus deseos, y los deseos de tu conyuge pero principalmente los deseos de Di-s. ¿Y qué es lo que El espera de nosotros? Si ustedes satisfacen los deseos de Di-s, finalmente terminarán complaciendose ustedes mismos.
El concepto de "Kedushá" (Santidad) dentro del matrimonio es un tema que tiene que ver con los derechos y obligaciones de las personas. La persona siempre debe recordar que debajo del palio nupcial, Di-s fue invitado a participar de esta unión que es el matrimonio, y por lo tanto hizo que este casamiento se volviera legal "De acuerdo a la ley de Moshé e Israel". Mientras respetemos y mantengamos este hecho, y lo hagamos formar parte de nuestra vida cotidiana, tendremos el mérito de que Di-s bendiga nuestros hogares.
5. HONRARÁS A TU PADRE Y A TU MADRE
Esta frase no requiere interpretación; debemos tomarla literalmente como está escrita. Honrar a nuestros padres y a nuestros suegros, puede a veces no resultar tarea fácil. Es por esto que es un "Mandamiento". Pero si hacemos el esfuerzo todos saldremos ganando, nosotros y nuestros hijos.
Hay un concepto llamado "dar demasiada participación a la familia". Esto significa que apenas nos casamos nuestros intereses y preocupaciones deben estar focalizados en nuestra pareja y no hacia nuestra madre. Sin embargo, cuando se trata de una relación sana, equilibrada, la buena comunicación y participación de la generación anterior a la nuestra puede volverse muy beneficiosa para todos los integrantes de la familia.
Para honrar a nuestros padres, cuando estos llegan a una edad avanzada, debemos aprender a darles lo que ellos necesitan, no lo que nosotros creemos que desearíamos si estuviésemos en su lugar. Debemos reconocer la edad que poseen, y respetar sus antojos.
Así como respetamos los deseos de nuestros mayores, aunque no parezcan tener sentido para nosotros, así también debemos respetar el deseo de nuestra pareja. Más de una vez recibo llamados de hombres y mujeres, que llaman (anticipadamente a la reunión que tendrán conmigo para un asesoramiento matrimonial) pidiéndome que convenza a su esposo o esposa de tal o cual cosa. Básicamente lo que ellos quieren decirme es "Convénzalo de que piense como yo; haz que sienta como siento yo". Pero las personas somos todas diferentes. Es mucho más productivo encauzar nuestros esfuerzos en respetar la opinión del otro que en tratar de eliminarla.
6. NO MATARÁS
El comentarista de la Torá Ibn Ezra nos explica que el mandamiento de "No matarás", se refiere a "no matar ni con la acción ni con la lengua". Tanto el abuso físico como el abuso verbal se encuentran completamente prohibidos.
Cuando le hablas a una persona cruelmente, estás matando su carácter y destruyendo su personalidad. En lugar de hacer que la otra persona logre hacer florecer sus aptitudes, sólo logras que se marchiten sus cualidades.
Tal vez has visto algún caso, en el que una persona talentosa, feliz y extrovertida, luego de casarse parece renunciar a toda la confianza en si misma. (Si sospechas de alguien a quien esto le esté pasando, mantente alerta, ya que es muy posible que haya abuso verbal o físico dentro de esta pareja). Uno de los mayores regalos que nos ofrece el matrimonio es la autoconfianza que podemos alcanzar gracias a la seguridad que nuestra pareja deposita en nosotros. La actitud de la pareja puede construir, o Di-s no lo permita, destruir. Vivir dentro de un ambiente hostil es una manera de matar a la persona. Por el contrario vivir dentro de un entorno en donde abunda el amor, la aceptación y el apoyo, hace crecer la autoestima de la persona determinándola a ser exitosa en todos los aspectos de su vida.
Como esposa debes reconocer el poder que posees. Debes hacer el esfuerzo de incentivar, y mostrar sincera apreciación por las cosas que la otra persona hace. Si robar la confianza de la otra persona es el equivalente a matar, entonces devolver esta confianza es el equivalente a dar vida. "No matarás", no matarás su personalidad ni su habilidad de ser exitoso. Todo marido/mujer debe ser la "Hinchada" de su pareja.
7. SÉ FIEL
¿Qué significa ser fiel?. Significa reconocer que existen ciertos aspectos del matrimonio que deben mantenerse dentro de la intimidad de la pareja. Significa que no debemos hacer públicos temas privados; eso es traición. Ambos, tanto hombre como mujer, deben respetar el espacio reservado para la pareja y, saber que lo que sucede dentro de ella, allí debe quedar. Significa mantener la confianza.
Un hombre se encontraba en el trabajo, mientras escuchaba que sus dos compañeros hablaban de un incidente que había pasado entre un hombre y su esposa. Entretanto escuchaba como ellos se reían de lo sucedido, su cara se transformó. El enseguida pudo reconocer la historia. ¡Esto había sucedido en su casa y se encontraban hablando de él!.
Se dio cuenta entonces que su esposa le había contado el hecho a una amiga, y esta le contó a su marido, y el marido a su vez le contó esta historia, sumamente privada, a su compañero de trabajo. Para él este hecho fue una falta de fidelidad total de parte de su esposa, un abuso a su confianza, y le fue casi imposible volver a confiar en ella.
8. NO ROBARÁS
Debemos dar crédito a nuestra pareja por las cosas que el /ella realizan. Una flor a veces, significa el comienzo de la primavera.
Conozco una disertante que cada vez que comienza sus conferencias agradece a su esposo. Después de todo ella está parada frente al público, elegante, tranquila y preparada para comenzar, mientras su marido está en casa haciendo dormir sus hijos. Ella comparte el crédito con él.
9. NO DES FALSO TESTIMONIO
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El mandamiento que corresponde a la obligación de que la persona sea sincera nos recuerda, que debemos ser honestos y mantener una comunicación fluida y abierta dentro de nuestro matrimonio.
¡Exprésate! Di las cosas que te molestan. No recibimos el don de la profecía cuando nos encontramos bajo la Jupá. Algunas mujeres se equivocan creyendo "que si su esposo realmente la ama debería saber lo que le molesta", ¡esto no es cierto! Si tu realmente lo amas debes comunicárselo a él de una manera simple y amable. Lo mismo se aplica en el caso de los maridos.
No acuses a tu pareja, comparte con ella tus sentimientos. Comienza las frases en primera persona, "me siento incómoda cuando...". "Me preocupa que...".
Cada vez que guardas un sentimiento dentro tuyo y no revelas lo que te está molestando agregas una hilera de ladrillos a un muro que tú construyes. Al principio puedes cruzar por encima de él las veces que deseas. Luego de un tiempo, ya necesitarás dar un pequeño salto para lograr pasar. Después, piensas, será fácil pasar este pequeño muro cada vez que lo desee. Pronto requerirás una escalera, pero aún podrás seguir cruzando. Pero a medida que los años vayan pasando irás agregando, sin darte cuenta, hileras de ladrillos a tu muro, y cuando te quieras dar cuenta el muro se habrá vuelto tan alto e impenetrable que no lograrás cruzarlo más. Desafortunadamente, la comunicación se habrá bloqueado, llenándose de incontables cuestiones, algunas pequeñas, otras grandes. Cuestiones que nunca salieron a la luz. Pero con habilidad y mucho esfuerzo, este muro todavía tiene esperanzas de ser derribado, en cualquier momento de nuestras vidas. Pero piensa, cuanto más productivo y menos doloroso hubiese sido no haberlo construido nunca.
10. NO CODICIARÁS
¿Quién podría sentir celos de su marido? Muchas mujeres, de hecho, lo padecen.
En muchas circunstancias, especialmente cuando las mujeres son las que se quedan en casa con los chicos mientras sus maridos salen a trabajar, ellas codician la libertad que sus parejas poseen. Los maridos, pueden en general ir y venir cuando lo desean, mientras que sus esposas deben encontrar niñeras, y hacer mil arreglos antes de que puedan cruzar el umbral de la puerta. Los hombres, dicen simplemente, "Adiós, me voy", y desaparecen con la rapidez con que pasa una brisa. A veces sucede que mientras el hombre está compenetrado y preocupado en su trabajo la mujer está en casa preparando la cena, ayudando a los niños con la tarea, bañándolos y acostándolos a dormir, y esto es lo que puede luego llevar a la mujer a sentir celos y resentimiento de su marido.
Todos los maridos deben conscientizarse y tener en mente el peso con el que cargan sus esposas, y deben tratar de ayudarlas lo más que puedan. Además deben apreciar y valorar el trabajo de su mujer y comprenderla. Una simple demostración verbal de afecto por parte del marido puede alivianar increíblemente el peso con el que carga su esposa.
Toda esposa debe comprender que si se siente infeliz y resentida, lo ideal será sentarse con su esposo, o con un consejero matrimonial, y buscar la manera en la que pueda lograr encontrar satisfacción dentro del matrimonio y sentirse libre de cualquier tipo de resentimiento. Quizás lo que necesite sea estar más tiempo fuera de casa y compartir diferentes momentos con otras mujeres. Tal vez necesite trabajar más horas, o menos, o directamente dejar de trabajar por un tiempo y tratar de alivianar la presión que existe en alguna parte de su vida cotidiana. Probablemente necesite más ayuda con las cosas de la casa, o la persona que la ayuda no es lo suficientemente competente. Puede ser también que alguna amiga la esté haciendo sentir de esa manera. Tal vez la suegra ¿quién sabe?. Reflexionando sobre el tema y discutiendo sobre él seguramente hallará el modo de ver sus necesidades y logrará, sin lastimar a su familia, conseguir también dejar de sentir sentimientos de celos de su marido.

¿Con quién deberías casarte?

¿Con quién me caso?
Por Yanki Tauber

Un hombre sabio dijo una vez que la pregunta más difícil de responder es una pregunta que tiene una respuesta simple.
Porque una respuesta simple es el tipo de respuesta más difícil de aceptar. Una respuesta simple parece un insulto a nuestra inteligencia, una luz a nuestro dilema. Pero a menudo la pregunta más profunda o el problema más urgente tienen una solución simple.
¿Con quién deberías casarte? A menos que seas la cabeza de una superpotencia en un momento de crisis global, ninguna otra decisión que hagas durante el curso de tu vida te afectará profunda e irrevocablemente (para bien o para mal) como ésta. Y ninguna otra decisión se tomará bajo circunstancias de tanta presión, y bajo percepciones subjetivas, como ésta.

¿Qué dice la Torá, la cual los judíos aceptamos como el "plano de la creación" de Di-s y una guía para nuestra propia vida, sobre qué buscar en la persona que estás considerando aceptar como tu compañero o compañera en la vida? Algo muy simple.

El primer matrimonio que leemos en la Torá es el matrimonio de Adán y Javá. El suyo, claro, era el mejor matrimonio, "hecho a medida": El propio Di-s creó a la novia y se la presentó al novio. Cuando Adán dijo a Javá "tú eres la única mujer en el mundo para mí", ella supo que ¡él estaba diciendo la verdad! Hay un mensaje aquí sobre cómo considerar al cónyuge una vez casado, pero no muchas pistas sobre cómo seleccionar a un marido o a una esposa.

El segundo matrimonio descrito en la Torá tuvo lugar dos mil años más tarde --el matrimonio de Isaac y Rivka. ¡Vaya selección que había que hacer! Había que buscar una novia para Isaac. Abraham decidió no enviar a su hijo a hacer la elección él mismo, sino enviar a su sirviente de confianza, Eliezer.

Eliezer cargó diez camellos de su amo con obsequios y regalos (una generosa dote nunca viene mal) y viajó a la vieja ciudad natal de Abraham, Jarán (tampoco las buenas conexiones familiares vienen nada mal...). Luego oró (eso siempre ayuda). Y por último puso su plan en acción.

Esperó en el aljibe del pueblo. Estaba atardeciendo y las mujeres jóvenes del pueblo vinieron a buscar agua. Su plan era éste: él le pediría un poco de agua a una "doncella" de su cántaro. Si ella respondiera "Búsquesela usted mismo"; definitivamente no era la indicada. Si dijera "Por favor, bebé hasta hartarte"; estaría mejor, pero no para lo que estamos buscando. Si contestara, "Beba, mi señor, y le daré a los camellos también de beber" (así es como se hablaba en tiempos bíblicos)--ella sería la elegida.

Cantidad de comentarios se han escrito sobre la historia de Rivka en el aljibe. Muchas visiones profundas han surgido de los 67 versículos de la Torá que narra la misión de Eliezer. Pero una joya de respuesta brilla a través de todos ellos con prístina simpleza: cásate con alguien de buen corazón.

Dos concepciones sobre el enamoramiento de una pareja

¿Por qué nos Enamoramos?
By Simon Jacobson
En la búsqueda de encontrarle sentido a nuestra sexualidad, se debe mirar hacia el origen, ¿De dónde proviene nuestra sexualidad?
Me gustaría referirme a dos concepciones sobre la materia. Una es la científica, para luego compararla con la concepción de la Torá, específicamente con la perspectiva Cabalístico -Jasídica.
Existen numerosas teorías secular-científicas de la sexualidad. Desde la perspectiva de lo biológico o la teoría de la evolución por ejemplo, nuestra sexualidad deriva del hecho que la perpetuación de la especie se logra a través de la relación sexual entre macho y hembra. Por tanto el macho buscará la hembra que es más fértil y que le dará la descendencia más sana, y la hembra buscará un macho que le proporcione la semilla más sana, que es la más viril y que protegerá la criatura.Lo que esta teoría dice en esencia es que detrás de la mística y la belleza, el romance y la sensualidad en la cual viene envuelta la sexualidad humana - detrás de todo hay una fuerza primaria: la necesidad de existir y de perpetuar esa existencia. El hombre moderno no está preparado para pensar de si mismo como una máquina reproductora para concebir hijos. Entonces para producir la unión de dos seres, la biología y la evolución han conspirado en imbuir el acto sexual no solo con nacer, sino también con una mística que nos compele hacia un viaje romántico.
Los elementos de la sexualidad humana - el romance, las flores, la música, el claro de luna - no son sino formas en que la naturaleza hace que dos personas se junten. Dos seres cortejándose uno al otro son esencialmente como dos abejas que lo hacen. Una abeja emitirá sonidos de un modo o liberara determinado olor, pero estas solo son tácticas para que se emparejen y tengan descendientes. La naturaleza es despiadada y debe prevalecer, por lo tanto encuentra los medios para que macho y hembra se apareen.Este es básicamente, el concepto científico de la sexualidad humana. Ahora la contrastaremos con la perspectiva de la Torá.
La base de la atracción física
La concepción de la Torá de la sexualidad humana está expresada en los primeros capítulos del Génesis, en donde se establece que la atracción entre los seres humanos se produce por una fuerza totalmente diferente: la búsqueda de la imagen divina, de la quintaesencia del ser
La Torá describe al hombre como creado originalmente como un ser andrógeno "Hombre y mujer Los creó... y Los llamó; hombre Adam". Luego Di-s dividió esta criatura doble en dos partes y desde entonces las mitades divididas de la imagen Divina buscan y anhelan su otra mitad. No son individuos a medias, el hombre es una personalidad en su totalidad y la mujer, también. Pero existen elementos en su persona trascendental, en su completación, que permanecen incompletos, si no se encuentran uno al otro. Hay algo que falta en cada uno de ellos, una vez fueron parte de un todo.Para ponerlo en términos más místicos, están realmente tratando de ser uno con Dios. La raza humana es en esencia una entidad, una singularidad hombre – mujer - Cuando hombre y mujer se juntan en una unión marital, recrean la imagen Divina en la cual ambos fueron creados como uno.
Energías que se complementan
Las enseñanzas de Kabalá llevan eso más lejos. De acuerdo a la Kabala, estas son dos formas de energía, que en su expresión más abstracta, son la energía interna y la energía externa. La energía femenina y la energía masculina existen en todo hombre y en toda mujer y en todas las partes de la naturaleza. Aun la Divinidad es descrita a veces en términos femeninos y otras en términos masculinos.
Contrarios a la percepción común del carácter patriarcal que se tiene de Di-s en la Biblia, muchos de los atributos Divinos son femeninos, tal como el de la Shejiná que es la dimensión femenina de la Divinidad.
Así lo que se tiene aquí es la división en dos energías y la inclinación y el anhelo de convertirse en un todo. La raza humana fue creada según la imagen Divina pero esa raza es la mitad masculina y la otra mitad femenina, y a través de su unión se convierte en ese gran todo, la imagen divina que busca la unión con Di-s, que desea una realidad superior.
Esta es la esencia de la atracción sexual. Esa atracción que se manifiesta en muchas sensaciones físicas, desde la aceleración de los latidos del corazón hasta la atracción física a otra persona; es esencialmente la atracción del hombre hacia la mujer y viceversa, para ser un todo de naturaleza divina, conectada con su fuente que es Di-s. Realmente nunca estuvieron totalmente separados, pero en el nivel consciente es posible que la persona transite en un camino egoísta, de narcisismo individual. Pero de repente siente una voz interior que le dice: “anhelo algo más grande". Cuando un hombre es atraído por una mujer, o una mujer por un hombre, puede parecer un hecho biológico muy natural, pero desde un punto de vista judaico, el de la Torá, no es sino la manifestación física de una atracción espiritual muy profunda.Esto no significa que el concepto de sexualidad planteado por la Torá no está intrínsecamente atado al objetivo de crear nueva vida, es obvio que lo está, pero la perpetuación de la especie no es el objetivo único de la sexualidad. Más bien es al revés, la naturaleza divina de nuestra sexualidad- el hecho que la unión de hombre y mujer completan la imagen divina en la cual fueron creados- es lo que nos proporciona el poder de traer vida a este mundo.
No solo perpetuar la especie
Entonces hay algo divino sobre la unión misma. Eso se refleja en la Halaja (Ley de la Torá) que extiende la santidad del matrimonio también a aquellas circunstancias en que la generación de descendencia no es tina posibilidad (cuando un hombre o una mujer tienen una edad mayor a la que permite concebir hijos, o que están físicamente impedidos para tenerlos). Si la sexualidad, solo fuera un asunto de procrear hijos, se podría argumentar; "Hey, si no hay perpetuación de la especie, cuál es la importancia del matrimonio y la sexualidad, solo un placer egoísta? ¿Dónde está la santidad?" La respuesta es "si", la sexualidad en tanto que sexualidad, es santa. La unión de un hombre y una mujer, es un acto Divino, una experiencia de divinidad.

Visión del Judaísmo sobre el Divorcio

¿Cuál es la Óptica Judía del Divorcio?
Por Aron Moss

PREGUNTA:
¿Cuál es la visión del judaísmo sobre el divorcio? Si las almas están unidas bajo el Jupá (palio nupcial), ¿pueden separarse?
RESPUESTA:
Cuando una pareja se une bajo la ley judía, sus almas se convierten en una sola. Es como un acto espiritual de unión entre dos seres separados y fundirlos en un nuevo todo. La ceremonia del divorcio es todo lo contrario. Es una mutilación espiritual, que desune las partes de las almas unidas, creando dos seres separados.
El Divorcio, como la amputación, es una tragedia, pero a veces es lo correcto. Nuestra actitud con respecto al divorcio se compara a nuestra actitud con respecto a la amputación de un miembro de varias maneras:
1) Es doloroso: Cuando un miembro está tan enfermo que pone en peligro al resto del cuerpo, el paciente se enfrenta con una opción horrible: enfrentar el dolor de la amputación, o el riesgo peor que es dejar las cosas como están. Si los riesgos futuros son tan altos como para pesar más que el dolor presente, lo correcto es cortar el miembro.
De la misma forma, el divorcio es doloroso para todos los involucrados, pero es la opción correcta cuando permaneciendo en una relación enferma se causará sólo más daño, sufrimiento y dolor.
2) Es un último recurso: Hacemos todo lo posible para evitar amputar. Si hay una remota oportunidad de que el miembro pueda salvarse, incluso con gran esfuerzo y gasto, vale la pena una prueba. Sólo después de agotar todas las otras posibilidades que había, acudimos a la amputación. Lo mismo con el divorcio- sólo es considerado después de que los consultores y los esfuerzos sinceros por cambiar demuestran que es infructuoso.
3) No es sólo un "el Plan B": La amputación no se toma ligeramente. No se ve como una opción si las cosas no funcionan. Nadie experimentaría imprudentemente en su cuerpo, diciendo: "Si algo pasa con mis miembros, siempre puedo amputar".
Semejantemente, no entramos en el refrán político: "Si las cosas no funcionan siempre se puede obtener un divorcio". El Divorcio no debe ser un factor en la decisión de casarse. El matrimonio es para siempre. No hay ningún Plan B.
4) La prevención es mejor que una cura: Los amputados pueden vivir una vida feliz. Pueden estar mejor que antes después de su operación. Pero si pudieran vivir la vida de nuevo, no escogerían tomar ese camino otra vez. Así también, el divorcio a veces puede llevar a la felicidad, y el verdadero amor y alegría pueden venir detrás de la disolución de una relación. Pero si podemos alcanzar ese punto sin el dolor del divorcio, eso sería preferible.
A menudo cuándo una pareja se separa, la pregunta no es: "¿Por qué se divorciaron?". Sino: "¿Por qué se casaron?" En muchos casos, las personas se divorcian por razones correctas, y se casan por malas razones. Las altas proporciones de divorcio no deben asustarnos, sino fortalecer nuestra resolución de tomar el matrimonio más en serio, y asegurarnos que estamos escogiendo a nuestros compañeros por razones correctas. ¿Cuáles son las razones correctas? Ésa es otra pregunta...

¿Dos antónimos bajo el mismo techo para compartir la vida?

Matrimonio según la Kabalá
Por Aron Moss
El matrimonio es un concepto bastante extraño. Debe haber sido idea de Di-s. ¿Qué otro podría haber pensado un plan tan extravagante como es unir a dos antónimos y ponerlos bajo el mismo techo para compartir la vida? ¿Y quién podría haber inventado una institución tan hermosa y de tanto alcance como es el matrimonio? Es extravagante --pero funciona. Es justamente su absurdidad lo que hace del matrimonio una experiencia imperdible.
Uno de los aspectos más emocionantes del matrimonio es descubrir las profundas diferencias entre los hombres y las mujeres, y aprender a complementarlas. Estas diferencias no son solamente biológicas. En cada nivel de nuestro ser--intelectual, emocional, psicológico y espiritual--los hombres y las mujeres parecen ser de diferentes planetas.
No hace falta estar casado para saber esto. Lo vemos en nuestros padres, nuestros hermanos, y nuestros amigos. Pero solamente en el matrimonio empezamos a apreciar y a gozar de estas diferencias. Lo que le era razón de burla en su pequeña hermana es razón de amor en su esposa; y las cosas que le hicieron ver a su hermano como un desagradable pillo en su marido ve al hombre que ama.
Pero debemos preguntarnos: ¿que nos hace diferentes? ¿Es la circunstancia social la que hacen a un hombre hombre y una mujer mujer, o nacemos esa manera? ¿Es la masculinidad una hormona, una sensación, o los hombres son educados para actuar de esa manera? ¿Entrenan a las mujeres para ser femeninas o lo saben hacer naturalmente?
Hay muchas teorías acerca del origen de los sexos. En el misticismo judío, o Kabala, se trata este tema extensivamente. El enfoque de la Kabala es único y revolucionario. Dice que la fuente de la identidad masculina/femenina está más allá de naturaleza o formación. Es nuestra alma misma. Los hombres y las mujeres tienen almas totalmente distintas, y ésa es el porqué de sus diferencias.
En los términos de Cabalísticos, las almas de los hombres originan del mundo de la trascendencia divina; las almas de las mujeres originan de mundo de la inmanencia divina. Trascendencia es la cualidad divina de estar más allá; la inmanencia es la calidad igualmente divina de estar presente. Éstos son los aspectos masculinos y femeninos de la divinidad, y se reflejan en el hombre y la mujer respectivamente en el reino humano.
Aunque cada individuo es único y no caben en definiciones generalizadas, en un sentido general hay una distinción clara entre las posturas espirituales del varón y la mujer. Sus almas distintas se traducen en dos personajes opuestos. Quizás puede ser expresado de esta forma:
Los hombres son más almas removidas; están programadas para proporcionar dirección en la relación.
Las mujeres son almas más envueltas; tienen la capacidad de traer presencia al matrimonio.
Esto llega a estar claro mientras que analizamos y ponemos en contraste las naturalezas respectivas de hombres y de mujeres. Hay ciertas situaciones en las cuales este contraste es más obvio y exagerado. Veamos algunos ejemplos.
Para organizar su boda, Julieta se queja de que Eduardo, su novio, no se lo ve muy entusiasmado. Cuando llega el momento de elegir el menú, Eduardo le dice a Julieta que ella puede decidir sola – a él realmente no le importa de si la ensalada se sirve con la preparación francesa o italiana. El esquema de color está totalmente las manos de ella, él irá con lo que a ella le guste, aunque sea el color de malva (él no esta seguro cuál es el “color de malva”). Julieta está corriendo para ver cómo quedaron las invitaciones, y Eduardo ni se incomoda en mirarlas. Cuando ella se las muestra él no nota la filigrana en el papel que deletrea sus nombres en caligrafía. Cualquier mención de la boda y ella se llena de entusiasmo; mientras tanto él ni se compro el traje.
Eduardo no puede hacer nada para cambiar la situación. No es que no este entusiasmado con la boda --lo está, a su manera. Pero Eduardo es un hombre. Lo entusiasma estar casado, pero para él el casarse no tiene nada hacer con el menú o las decoraciones. Es un acontecimiento--los detalles no le interesan. Pero para Julieta, cada detalle de la boda hace el acontecimiento. En cada detalle está la estampa de su personalidad. Ella está implicada. El removido.
Otro ejemplo: Axel y Lisa acaban de atender a una conferencia sobre autoayuda. El locutor se pasó una hora y media sugiriendo estrategias para mejorar su vida. Lisa esta inspirada, y lista para comenzar a poner en práctica cambios drásticos en su vida. Axel todavía se está preguntando ¿cuánto le pagaran a este tipo por conferencia? Cuando le preguntan que le pareció el discurso, él responde con palabras como “interesante,” “bien presentado,” “entreteniendo”--todas afirmaciones distantes e impersonales. Lisa puede o no cambiar su vida para siempre, pero definitivamente ella pensó en esa posibilidad. Para Axel, las ideas eran buenas, pero tomaría mucho tiempo y esfuerzo para darse cuenta que esas ideas pueden aplicarse a él también. Axel esta removido. Lisa está implicada.
Raúl y Tamara están leyendo este artículo. Por la mirada de Tamara usted puede ver exactamente lo que ella está sintiendo. Esta enfurecida. Todas estas generalizaciones y declaraciones sobre hombres y mujeres. ¡Yo no soy parte de estos estereotipos! Después de tres párrafos abandona la lectura. “No puedo leer esta chatarra,”. Raúl, no oyendo su arrebato, ni notando su salida, continúa leyendo. Su cara no denota emoción alguna-- la única reacción que él ofrece es una leve elevación de cejas. Él acaba el artículo, sin siquiera darse cuenta que este párrafo fue escrito acerca de él, y se mueve la mirada hacia los anuncios publicitarios. Él pudo haber estado de acuerdo con el artículo, o quizá no. Habrá que preguntarle para saber. Raúl esta removido. Tamara está implicada.
Tamara tiene razón. No todos cabemos exactamente en estos moldes. De hecho, cada uno de nosotros tenemos elementos de ambos géneros --nuestros lados masculinos y femeninos. Pero en general, hay una actitud masculina y femenina. El varón esta removido y distante. La mujer está presente e implicada.
No hay nada malo en cualquiera de las dos actitudes. Cada una tiene sus ventajas y desventajas. A veces es bueno ser distante. Cuando hay que ver las cosas en contexto y juzgar, la distancia y la objetividad son esenciales. Usted puede ver las cosas por lo que realmente son cuando permanece afuera de ellas; una vez que usted esté implicado usted no puede ver más el objetivo global. Ésta es la fuerza del alma masculina—la distancia que permite objetividad.
Pero la objetividad tiene su desventaja también. No conseguirá en esta vida si permanece a la vera de la vida como un espectador. Para estar vivo y activo se debe estar implicado, y para esto se necesita bajar del mundo de la teoría y sumergirse en el presente. Aquí es adonde viene el elemento femenino. Es su sentido de implicación y de presencia el que da color y personalidad a la vida. Es la mujer la que hace la vida auténtica y vibrante, la que lleva las cosas de lo analítico a lo experimental, de la teoría a la práctica.
El matrimonio es la máxima expresión de unión entre los dos mundos de inmanencia y trascendencia. Cuando cada cónyuge aprende a compartir su perspectiva única mientras que al mismo tiempo aprecia y se conecta con la otra perspectiva, marido y esposa se convierten en un perfecto equilibrio de universos que se complementan. El hombre dirige a mujer, la mujer guía al hombre. El hombre da la perspectiva, la mujer da experiencia. Uno sin el otro son un cuadro incompleto. Juntos, forman una unidad que une lo mejor de ambos mundos.
Con esta definición del varón y la mujer podemos entender dos antiguas tradiciones judías. En los días previos a la boda, es costumbre que el novio sea llamado a la Tora en la sinagoga, y que la novia se sumerja en una Mikve. Superficialmente, estas dos actividades parecen no tener nada en común. Recitar las bendiciones sobre los rollos de la Tora y sumergirse en una piscina ritual apenas se asemejan. ¿Por qué prácticas tan distintas para el hombre y la mujer?
Quizás una respuesta es que estos actos son la forma para la novia y el novio de reconectarse a sus respectivas fuentes espirituales, acentuar y consolidar las contribuciones especificas que cada uno traerá a la futura unión. El hombre debe proporcionar la dirección y la estabilidad a la relación, así que se conecta a la máxima fuente de dirección y estabilidad--el Tora. La mujer debe traer vitalidad y experiencia a la pareja, así que ella se sumerge en aguas que dan vida (Maim Jaim). El acto de el es teoría--una lectura. El de ella un acto de compenetración total - la inmersión. Él se ha conectado con la fuente de la trascendencia; ella a la fuente de la inmanencia.
No es poca cosa unir a un hombre y a una mujer--dos opuestos tan diferentes como cielo y tierra, corazón y mente, teoría y práctica. Nos preparamos sumergiéndonos en nuestras respectivas fuentes espirituales --las santas palabras de la Tora y las sagradas aguas de la Mikve. Bajo la Jupa, cubiertos por la luz divina que funde nuestras almas en una. Y, después de la boda, en el transcurso de la vida para aprender a trabajar juntos y descubrir la maravilla y la belleza de dos mundos convertirse en uno.

¿Por qué matrimonios se separan poco después de haberse casado?

Amor a Segunda Vista
Por Yossy Goldman
¿Por qué hay tantos fracasos matrimoniales? Y ¿por qué muchos matrimonios se separan poco después de haberse casado?
En la Torá leemos sobre el primer shíduj de la historia. Abraham envía a su fiel servidor Eliezer a encontrar una esposa para su hijo Isaac. Éste vuelve con Rebeca y después viven felices por siempre. El verso nos dice: "E Isaac tomó a Rebeca, ella se convirtió en su esposa y él la amó" (Génesis; 26:67). Daría la impresión que en el escenario bíblico el amor verdadero aparece después del matrimonio, y no antes. Ahora bien, antes que se pueda celebrar un matrimonio las dos personas involucradas tienen que tener algo en común, valores compartidos, aspiraciones mutuas y sí, debe de haber un cierto grado de química entre ellos. Pero el verdadero amor tiene que ser alentado con el paso del tiempo.
No cabe duda que la causa principal de muchos fracasos matrimoniales de la actualidad radica en las expectativas irreales de las parejas que se casan. Nuestra generación ha estado bajo la permanente influencia de las novelas románticas, las canciones de amor de las listas de éxitos, los consejos que aparecen en coloridas revistas y el mundo de fantasía de Hollywood, todos elementos que tienen poca similitud con el mundo real. (Me atrevería a sugerir que Shrek es la primera historia de amor realista de la industria del cine).
"¡Nos enamoramos!" "Fue amor a primera vista". Confieso que yo también soy un poco romántico, pero seguramente hay una contradicción en los términos de la expresión "amor a primera vista". Por definición el 'amor' tarda años en desarrollarse. Si eres honesto contigo mismo, el único sentimiento que puede surgir a primera vista es el del deseo. El "amor a primera vista" es una gigantesca bobe maise.
De modo que nos "enamoramos" pensando que es el amor auténtico, con la esperanza que será verdadero y que perdurará. Pero a la menor desilusión, en seguida dejamos de estar enamorados. Lo que únicamente prueba que no era un amor verdadero. El verdadero amor lleva años, el verdadero amor es la convicción madura que nuestras vidas están entrelazadas y son inseparables. Y no importa si el cabello de mi pareja se va poniendo gris, o que ya no tenga la figura de antes, o que haya perdido su dinero. Ese tipo de amor no se mide en romanticismo, sino en el compromiso a largo plazo.
Cuando oficio en un casamiento no sólo observo a los novios, sino también a sus padres. La fugaz mirada que intercambian el padre y la madre bajo esa jupá -irradiando najes y sentimientos de satisfacción compartida- me dice que tienen un buen matrimonio. Para mí eso es más revelador que los almibarados gestos de los recién casados.
A pesar de lo emocionante de este momento, puede ser que el amor que sienten todavía esté en la etapa de pasión ciega. Aún así, ese amor todavía no ha pasado por pruebas, recién está al principio.
De modo que la primera regla es la paciencia. El amor lleva tiempo. Necesita ser alimentado. Lamentablemente, hay muchos que abandonan demasiado pronto.
En segundo lugar, el efecto Hollywood nos deja tan ingenuamente impresionables que al principio nos convencemos a nosotros mismos que nuestra pareja debe ser el proverbial Príncipe Azul o la Princesa Grace. Pero entonces, al primer signo de imperfección pensamos: "¡Es un clavo! ¡Y ya mismo me voy!" Recuerda, nadie es perfecto. Ni siquiera tú... Sí, con el paso del tiempo por supuesto descubrimos las pequeñas imperfecciones de nuestra pareja. Algunas cosas pueden volverse a aprender, pero siempre con paciencia. Hay otras con las que simplemente tendremos que aprender a vivir. La aceptación es un arte. Sopesa mentalmente la importancia de las fallas menores frente al bien mayor en el magnífico esquema de las cosas. Podrás llegar a darte cuenta que, en realidad, puedes vivir con todas esas pequeñas e insignificantes fallas. Pero, habrá que admitir que si es algo realmente grave, entonces podrías necesitar ayuda psicológica.
Y, al hacer estas reflexiones, considera lo siguiente: ¿Dejo de quererme a mí mismo por ser imperfecto? ¿Dejo de querer a mis hijos porque la maestra me dice que se portaron muy mal en el colegio? No, por supuesto que no. ¿Entonces, por qué una imperfección de mi pareja hace que me cueste quererla?
El matrimonio es un comienzo, no un fin. Si podemos ser realistas con respecto a nuestra relación encontraremos al verdadero amor. Pero lleva tiempo, paciencia, y encontrar la sabiduría de pasar por alto las pequeñas cosas que nos pueden molestar. Entonces, con favor de D-os, con el verdadero compromiso vendrá el verdadero amor, la comprensión, una vida disfrutada en común, ternura y la mayor, más duradera satisfacción en nuestra vida personal.

Denigrar en público de la persona con la que comparten

¿Por Qué Humillar al Cónyuge?
Por Shea Hecht
¿Por qué será que hay personas para quienes el vínculo matrimonial parecería incluir el derecho a denigrar en público a la persona con la que comparten la vida? He tenido que ser testigo de escenas de humillación pública que hubiera preferido evitar. A veces esa humillación era abierta, en otras oportunidades sutil -que personalmente me ofende más aún- pero siempre fue una experiencia desagradable. He escuchado a hombres y mujeres quejarse de su pareja, frente a sus hijos y con sus familiares, señalando que su cónyuge no los apoya. Pero, si el mismo comentario es hecho en un grupo de amigos o conocidos, ese hombre o mujer lidera a la jauría en la burla y degradación tanto de su empleo, como su peso, potencial productivo, capacidad para criar hijos, aptitud para las tareas domésticas, etc.
Siempre me vuelvo a sorprender cuando escucho estos relatos de parejas que vienen a buscar consejo y, más todavía, cuando soy testigo de las situaciones. ¿Cómo es posible que un hombre o mujer que se respete a sí mismo denigre a su esposo o esposa durante una cena o en un encuentro público? ¿Cómo pueden convertir en un hazmerreír público a quien eligieron como compañero o compañera de vida?
Lo que no se dan cuenta es que, burlándose de su pareja, tampoco él o ella quedan demasiado bien parados. ¿Cuán inteligentes fueron si hicieron la elección de casarse con alguien que es tonto, torpe o insensible, etc.?
La mujer que se burla de su esposo incompetente no está probando nada acerca de su esposo, solamente algo con respecto de ella misma. Ella es la prueba que su esposo quedó atrapado en un matrimonio con alguien que no comprende las reglas básicas del respeto dentro del matrimonio. A la inversa, el esposo que se burla de la falta de aptitud de su esposa para llevar la casa solamente prueba que ella es humana; también demuestra que ella tuvo la mala suerte de casarse con un hombre poco comprensivo. En cada uno de los casos, el cónyuge que se burla tiene enormes inseguridades y no puede hacer frente a las muestras públicas de imperfección humana, de modo que él/ella ataca a su pareja sin tener en cuenta quién es testigo o cuáles serán las repercusiones dentro de la relación matrimonial.
Interesantemente, mientras que quienes son testigos de esta humillación en público podrán reírse junto con el cónyuge ofensivo será éste quien, con su pobreza de espíritu terminará, más que nadie, por dañar su propia imagen. Por otra parte, quienes ven que un cónyuge respeta, defiende y alaba a su “media naranja”, siente más respeto por la pareja. Esas son parejas envidiables.
Una pareja que tiene verdaderos motivos de desavenencia debería hacer una consulta con un consejero matrimonial o terapeuta. Sin duda, los temas matrimoniales nunca deberían ser discutidos en público, ni siquiera en broma.
Tenemos que aprender a respetar a nuestra pareja, con todas sus fortalezas y debilidades. Nadie es perfecto. Pero, no obstante las imperfecciones, toda persona merece el apoyo y respeto de su compañero/a de vida

¿Cómo mantenemos vivo y sano un matrimonio por treinta, cuarenta, cincuenta años?

El Matrimonio No Descartable
Por Yaakov Lieder
El ir por la vida con un cónyuge a quien amamos es una de las mayores satisfacciones. Un pequeño porcentaje de nosotros posee un don natural para ello; el resto, debemos aprenderlo.
¿Cómo se hace? ¿Cómo mantenemos vivo y sano un matrimonio por treinta, cuarenta, cincuenta años? Se me ocurrió que la mejor manera de averiguarlo es preguntarle a quienes lo lograron.
Al entrevistar a varias parejas que tuvieron relaciones duraderas y llenas de amor, encontré que todas tenían un denominador común: amor y aceptación incondicional del compañero de la vida, tal como él o ella es.
Uno de los caballeros de más edad con quien hablé lo expresó de esta manera: "Yo digo a mi esposa: no hay nada en el mundo que puedas hacer para que deje de amarte, así que ni siquiera te molestes en intentarlo; estarías perdiendo el tiempo".
Si estamos enojados uno con el otro", dijo también ese esposo, "pedimos disculpas y arreglamos la cosa rápidamente. De todas formas, dado que vamos a vivir juntos por el resto de nuestras vidas, ¿por qué no hacer que el viaje sea agradable?"
Esa es otra habilidad que esas parejas parecen haber adquirido, la habilidad de encarar rápidamente los desacuerdos y quejas que surjan entre ellos. La mayoría de nosotros tendemos a esconder bajo la alfombra los pequeños problemas, con la esperanza de que, si no los encaramos y solucionamos, desaparecerán automáticamente. En la mayoría de los casos no es así. Imagine que usted está viajando por un camino, y llega a una bifurcación.
Si toma la senda equivocada, puede terminar a muchos kilómetros de donde quería ir. De la misma manera, los problemas complejos de las relaciones de una familia a menudo pueden rastrearse hasta un malentendido menor. Cuanto antes nos demos cuenta de nuestro error, más fácil será solucionarlo.
Otra pareja de ancianos me dijo: "No esperamos a que nuestras relaciones se agrien y luego buscar una solución. En lugar de ello, somos pro-activos, leemos libros y asistimos a talleres y conferencias sobre mejora de las relaciones, y pensamos constantemente en cosas que podemos decirnos uno al otro para que el otro se sienta amado".
La regla que dice: "Si no está roto, no lo arregles", no vale para las relaciones. Aprendiendo constantemente a mejorar y reforzar nuestra habilidad de relacionarnos, efectuando pequeños actos de bondad y amabilidad hacia nuestro cónyuge, podemos hacer que nuestra relación mejore constantemente. Una relación que no está mejorando de manera regular, está retrocediendo.
Cuando di ese consejo a una pareja durante una consulta, el esposo me telefoneó al día siguiente, preguntándome: "¿Cómo puedo hacer pequeños actos de bondad y amabilidad hacia mi esposa cuando estoy enojado con ella?".
A lo que respondí: "El hecho de que usted no se sienta con ganas de hacerlo es, en sí mismo, una prueba de lo necesario que es para vuestra relación que usted comience inmediatamente a realizar actos de amor y amabilidad hacia su esposa. Cuanto más lo haga, más ganas le vendrán de hacerlo".
Inténtelo, ¡funciona!

Pompa y Ceremonia del Matrimonio Judío

El Casamiento JudíoCuando dos vidas se unen en una
Desde siempre, el hogar ha sido la fuerza espiritual del pueblo judío. Es la institución básica y central de la vida judía. La sinagoga o templo, ocupan un lugar secundario en relación al hogar. El judaísmo, puede sobrevivir, sin la Sinagoga, pero jamás sin la familia.
Una boda judía, no se considera sólo una sociedad. De acuerdo a la Kábala, la pareja, antes de bajar al mundo eran parte de una misma alma. Al bajar, éstas dos mitades se envisten en distintos cuerpos, mitad hombre y mitad mujer. Cuando llegan a la adultez, se buscan hasta reencontrarse y Hashem los une bajo la Jupá.
El casamiento judío no es solo una unión sino una reunión de estas dos mitades, que por fin se vuelven a unir. En hebreo la ceremonia del casamiento es llamada Kidushin: consagración. Un acto santificado y un mandamiento divino, en el que se refleja una vida dedicada a valores e ideales espirituales.
Esta santidad se ve reflejada en los de Talles de la ceremonia nupcial. Dicen nuestros Sabios que un casamiento, se asemeja al momento de la entrega de la Torá. D-s se presentó como el Jatán (novio), el pueblo de Israel la KaIá (la novia).
El Monte Sinaí y las nubes de protección, la Jupá, Los relámpagos, las velas encendidas
Los truenos, la música, Y Los Diez Mandamientos, la lectura de la Ketubá, Bajo este acto de santidad, los novios reciben un caudal de bendiciones, con el potencial necesario, para llevar adelante un hogar, colmado de armonía, felicidad y alegría para ellos y sus descendientes. La pareja se asocia a D-s en la obra de la creación.
El Talit
La novia le obsequia al novio el Talit. Así como la novia llevara puesto el anillo toda su vida también el novio llevara el Talit puesto toda su vida. Cada una de las bordes del Talit posee 8 cordones, al haber cuatro puntas sumaran 32 cordones. En Hebreo el numero 32 se escribe "lamed bet", que es la palabra hebrea "lev" que significa corazón. Al enviarle el Talit, la novia estará entregando su corazón.
La preceremonia comienza con la recepción del novio y la novia en dos salones diferentes, el novio y la novia no se deben ver durante una semana previa a la boda.
A la novia, rodeada de allegadas y familiares, sentada cual una reina, le cantan para honrarla, alabarla y acompañarla, para su coronación en la Jupá.
Los hombres se reúnen alrededor del novio, para cantar y brindar y asisten a la firma de los Tnaim, que es el contrato por el cual se establecen las condiciones hechas por el Jatan — novio y la Kala — novia y sus padres sobre el compromiso de que van a dar todo lo necesario para que los novios lleguen a la jupa.
Después de finalizar con los Tnaim, las madres de la pareja quiebran un plato, simbolizando de este modo que si algo habría que romperse en esta unión la ruptura de este plato será suficiente para librar la pareja de
Leja DodiRecitado del discurso Jasídico
E1 Jatan recita de memoria el maamar (discurso jasidico) "Leja Dodi" que habla del matrimonio de acuerdo a la mística judía. Este discurso fue originalmente expuesto por el sexto Rebe de Lubavitch, Rabi Iosef Itzjak Schneerson, en el día de casamiento de su hija, R. Jaia Mushka Z"L, con el Rebe Menajem Mendel Schneerson.
En el discurso se menciona enseñanzas de cada uno de los Rebeim como invitando a los mismos a participar de la ceremonia y bendecir a la pareja. También describe la unión sagrada entre el hombre y la mujer dentro del matrimonio y como es que dos mitades son capaces de formar un alma completa. En el mismo se explica místicamente el momento que el novio cubre la cara de la novia y como cada cosa en este mundo físico tiene su raíz en los mundos espirituales.
BadékenishPuesta del velo nupcial
Antes de la ceremonia en la Jupa, el Jatan, escoltado por sus padres y acompañado por sus parientes y amigos, se dirige hacia la Kala y coloca un velo sobre su cara.
Explican los sabios, que la Shejina -presencia Divina, se ve reflejada en el rostro de la novia en el momento de la jupa y por ser esto brillo Sagrado, debe quedar resguardado bajo el velo. También esto nos indica que el novio no está interesado sólo en su belleza física sino- y en especial- en sus cualidades espirituales que éstas nunca desaparecen
Durante este momento así como durante toda la jupa se escucha la melodía compuesta por Rabi Schneur Zalman de Liadi (1745-1812) conocida como "El ningún del Alter Rebe- dalet bavot" (melodía de las cuatro Stanzas).
Ropa Blanca
El novio se retira, y lo visten con el kilt blanco, simbolizando que comienza una nueva vida con pureza y arrepentimiento.
Este día se asemeja a Iom Kipur. Sus pecados, son perdonados, y tal como el Sumo Sacerdote, al ingresar al Sancta Sanctórum, cambiaba sus ropas por prendas blancas para los servicios más sagrados así también el novio.
Las Velas
Los padres, portan velas en el trayecto a la Jupá y en las siete vueltas, tal como Hashem cuando dio la Torá al pueblo de Israel, encendiera con fuego y relámpagos el Monte Sinai. El hombre tiene 248 órganos y la mujer 252 la suma de ambos es 500, el valor numérico de la palabra Ner (luminaria), dos veces.
A su vez 500 es el valor numérico de "prú urbú" (fructificar y multiplicar). La bendición que Hashem dio a Adam y Javá en su boda.
Las Siete Vueltas
Se acostumbra que los padres, abuelos y la novia giren alrededor del novio siete veces.
Desde la Creación del Mundo la humanidad se basa en un círculo de siete días, y aquí son siete los días de fiesta, siete las bendiciones, y siete veces rodea la novia a su novio.
De acuerdo a la Jasidut la raíz espiritual de la novia proviene de un nivel mas elevado que del novio y a través de las siete vueltas trae ese nivel espiritual al novio.
Otros motivos de las siete vueltas:
Se representan, así, los Siete Portales Celestiales de la Misericordia que se abren en este acto.
Cabalísticamente existen siete emociones, este acto representa la entrega mutua de ellas.
Esto recuerda a los siete días de la Creación, simbolizando que cada día esté pleno, aparte que el mérito de las siete Profetizas y los siete Pastores de Israel los proteja.
Las vueltas simbolizan "unión" así como los tefilín del brazo (que son también siete).
Debajo de la Jupá
El matrimonio comienza su vida. La Jupá -o palio nupcial- se acostumbra a realizar bajo cielo abierto, como un buen augurio que la simiente de la pareja sea numerosa como las estrellas.
Una vez que los novios ingresaron a la Jupá, se ubican mirando hacia el Este, a Ierushalaim.
Este momento es especialmente propicio: se les abren a ellos las puertas de los Cielos para que se cumplan sus plegarias. Es costumbre que los allegados les pidan a los novios que recen por ellos.
También es tradición pedir por la felicidad de la pareja, salud, parnasá y especialmente hijos sanos. El palio nupcial (la Jupa)
La Jupa que consiste en una tela sostenida por cuatro varas también simboliza que esta casa estará abierta por sus cuatro costados como la del Patriarca Abraham que según la tradición tenia entrada por los cuatro costados para recibir a los huéspedes que venían de cualquier destino.
¿Por qué el hombre entra primero en la jupa?
El novio es el primero en estar bajo la Jupa y la novia es conducida hacia el. Al igual que Adan fue el primer ser humano del mundo en estar bajo la Jupa que D-s hizo en el jardín del Edén a donde Eva fue conducida. También el casamiento representa el matrimonio de D-s y el pueblo Judío en el Monte Sinai y en aquella oportunidad D-s "vino" al Monte Sinai a su "esposa" el pueblo Judío.
Se dice que el día del casamiento se hacen presentes las almas de tres a más generaciones.
El Anillo
Este es el momento más importante en la ceremonia. El anillo debe ser propiedad del novio, se acostumbra a que sea de oro, redondo, y sin ninguna inscripción, ni incrustaciones.
El novio toma el anillo con la mano derecha, lo muestra los testigos, quienes afirman tener un valor mínimo reglamentario, luego empieza a recitar la frase tradicional "Haré At...." ("Tú me eres consagrada a través de este anillo de acuerdo con la ley de Moshé e Israel") y se lo coloca en el dedo índice de la mano derecha (luego de la ceremonia si lo desea, puede cambiarlo a otro dedo).
A partir de este momento ya son considerados frente a la Ley Judía, como Marido y esposa.
El novio le pone el anillo en el sétimo dedo (el índice de su mano derecha), rememorando el simbolismo del número siete.
Tal como se expuso anteriormente, la Jupá se asemeja al momento de la Entrega de la Torá. Y en éste momento, el anillo simboliza a la misma Torá con el Creador desposó al Pueblo de Israel. El anillo que rodea el dedo, simboliza el aura de Fe que rodeara a la pareja por el resto de sus vidas. Este estará desprovisto de cualquier grabado o decoración.
Los Testigos
La entrega del anillo se hará en presencia de dos testigos que deben ser observantes de las leyes del Judaísmo, no estar emparentados con los novios o entre si. Un matrimonio no podrá ser valido de no estar dos testigos que son observantes de todas las leyes.
La lectura de la Ketuvá


Permite comprender la sensibilidad y respeto que el hombre cultiva hacia su mujer mediante la observancia de la Torá. En él se enumeran las responsabilidades del marido respecto de su mujer, en proveerle alimentos, vestimentas y todos los deberes conyugales.
Es significativo que en la Ketuvá se indique únicamente las responsabilidades del marido respecto de la mujer. Esto nos demuestra cómo desde tiempos remotos, se ubica a la mujer en su verdadero lugar elevado.
heva BerajotLas siete bendiciones
Las siete bendiciones concluyen la ceremonia de matrimonio. Varias personas son llamadas para recitar esas bendiciones en presencia de un quórum de por lo menos 10 hombres.
En la quinta bendición nosotros pedimos por la restauración de Jerusalén y la reconstrucción del Santo Templo.
La sexta expresa la esperanza de que la novia y el novio aumenten su amor uno por el otro exclusivamente, como Adán y Eva en el Gan Eden Paraíso, cuando no había nadie más en el mundo. En la séptima nosotros rogamos por el tiempo en el que el Mashiaj vendrá a redimirnos del exilio, así la paz y la tranquilidad reinarán sobre el mundo.
Rompiendo un vaso
Al terminar las bendiciones, tras que la pareja tomó del vaso, el novio rompe la misma con su pié derecho, como una remembranza adicional de la destrucción del Santo Templo.
Esto es para recordar a todos que aún en la cima de la alegría personal, uno debe sin embargo, recordar la destrucción, para poder pedir su reconstrucción y asimismo los novios toman el compromiso de construir un pequeño santuario en su hogar.


Ijud
Luego de la jupa los novios van con los dos testigos que observaran como se recluyen en una habitación a solas llamada Jeder haijud donde comen algo para romper el ayuno. Esto representa como si la novia entrara a vivir en la casa de su esposo.
Antes de entrar hay una costumbre que ellos pasen por encima de una cuchara de plata siendo una de sus explicaciones que la plata no sea un punto de unión o desunión de la pareja.


El Baile
El Rebe pidió que en las mesas de los novios haya una alcancía para poner Tzedaka.
Alegrar a los novios es una de las mitzvot de gran recompensa por lo tanto en las fiestas el objetivo principal de los presentes no es su momento de disfrute sino alegrar a la nueva pareja.
Para esto los hombres alegran y bailan todo el tiempo con el novio y las mujeres con la novia vivenciando todos una alegría pura, sin cera y altruista con músicas jasídicas y sagradas.


Shalom Bait
Es posible una relación cálida y cariñosa, tierna y cada vez más profunda entre el hombre y la mujer.
Existen dos clases de amor: el amor al prójimo, como compasión generosidad y sin abrir juicio, y un amor más profundo, el que se genera en una pareja:
"Soy para mi amado y mi amado es para mi" (Cantar de los Cantares 2:16). En hebreo el matrimonio se llama Kidushin- separado, santificado-: la relación de la pareja es buena, y santa a la vez. Se pertenecen solo uno al otro.
Una de las siete bendiciones matrimoniales habla de estos dos tipos de amor: ahavá- amor que tiene expresión física- y ajvá — es el tipo más universal de fraternidad que mencionamos antes-. En la relación de la pareja se hallan ambos, hay un equilibrio constante que combinan ahavá y ajvá, de manera tal que el matrimonio logra una poderosa dimensión espiritual.
Las aguas puras del manantial de la Mikve mantienen este jardín vivó y lo refrescan permanentemente.
Este es el amor santificado entre el hombre y la mujer. Es un jardín de deleites, de dicha, de belleza y de comprensión. Es tan poderoso que atrae la Presencia Divina.
Todo jardín debe regarse y cuidarse para mantenerse vivo y floreciente: así es el hogar, cuando es inspirado en las enseñanzas de Torá.

El peligro de enamorarse de una mujer judía aún hoy


Escapando de las Mujeres JudíasPor Aron Moss

Pregunta:
Rabino Moss, le comento que me volvió a pasar. Me enamoré de una chica no judía. Usted sabe que he estado tratando de conocer chicas judías pero, sencillamente, no me llevo bien con ellas. Odio tener que expresarlo de esta manera, pero siento que les tengo alergia a las mujeres judías. Me parece que cuanto más decidido estoy a casarme con una judía, las chicas no judías más fantásticas se me ponen en el camino. No soy religioso, pero querría que mis hijos fueran judíos y poder llegar a formar una familia judía. ¿Cuánto más puedo esperar? ¿Quizás D-os me está sugiriendo que deba casarme fuera de la fe?
Rabino, Usted no me parece ser el tipo de persona que apoye los matrimonios interreligiosos. Sin embargo, me consta que Usted es una persona honesta. En mi caso ¿podría decirme si debo empezar a pensar en un matrimonio mixto?
Ben S.
Respuesta:
Creo que desde cierto punto de vista, podrías estar en lo cierto. Cuanto más decidido estás a casarte dentro de la religión judía, más fantásticas te parecen las chicas no judías. Déjame explicarte.
¿Alguna vez te llamó la atención lo fácil que es sentirse atraído por una estrella de cine, o por un extraño que ves en la calle? ¿O lo fácil que es enamorarse de alguien que no está "disponible", por ejemplo, la pareja de tu amigo? Y, ¿por qué será así?
Porque el amor necesita de un corazón abierto. Si tu corazón no está abierto, entonces hasta la persona más atractiva y adecuada no tendrá ninguna posibilidad; es en el momento que abres tu corazón que estarás pronto para el amor.
¿Cuál es el secreto de abrir nuestros corazones? ¿Cuál será el motivo que hace que nos cerremos? Hay muchas posibilidades, pero el obstáculo número uno para el amor es el miedo. Un corazón agobiado por el temor no puede amar. Hay muchas formas de miedo. Miedo del matrimonio, del compromiso, de tomar una decisión, de cometer un error, frente al cambio, por la responsabilidad, de perder la libertad, de abrirnos al otro. En mayor o menor grado todos sentimos estos temores y, cuando emergen, paralizan nuestro corazón e impiden que ningún tipo de amor fluya a través nuestro. Enamorarse implica primero abandonar el temor ya que el miedo y el amor no pueden coexistir.
El problema es que estos miedos aparecen precisamente cuando nos encontramos con alguien con quien potencialmente podríamos formalizar una relación. Cuando sabemos -o creemos saber- que nada serio saldrá de esa cita, que no hay posibilidades que esta relación llegue a nada, entonces nuestros temores no salen a la superficie. Pero cuando sentimos que "esta persona podría ser la indicada", es que todos los temores surgen de golpe.
Pienso que acá está la solución a tu problema con las chicas no judías. Tomaste una firme decisión: te quieres casar con una chica judía. Por lo tanto, colocaste a todas las chicas no judías fuera de alcance.
Con esta decisión has hecho que inmediatamente parezcan ser doblemente atractivas. Precisamente porque las ves como algo tabú, no tienes nada que temer de ellas y por lo tanto, si llegaras a empezar una relación "por divertirte", podrías fácilmente llegar a enamorarte.
Pero de pronto, cuando te tropiezas precisamente con lo que tú estás buscando -una preciosa chica judía- levantas una pared defensiva alrededor de tu corazón. En el mismo minuto en que sientes que algo verdadero podría surgir de esta relación que tiene un auténtico potencial para un compromiso que dure toda la vida, se te va el entusiasmo.
No hay nada que esta pobre chica pueda hacer porque el problema no es ella, eres tú. Tus temores han hecho que te cierres definitivamente.
Quizás esté equivocado, quizás todas las chicas judías sean poco interesantes. Puede ser que si creces comiendo bolitas de matzá te vuelvas poco atractiva y aburrida. Pero Ben, conociéndote ya desde hace algún tiempo y sabiendo a cuántas chicas judías rechazaste, creo que puedo estar sobre la pista.
Querido Ben, encara tus temores y ábrele tu corazón a tu verdadera alma gemela. Ella te está esperando.

El concepto Judío sobre el Matrimonio Mixto actual

Por Eliezer Shemtov
Uno de los temas más preocupantes y poco entendidos es el de los matrimonios "mixtos". Además de la falta de información objetiva al respecto, es un tema muy complejo emocionalmente.
Por un lado, los padres sienten que cuando un hijo se casa con una persona que no es judía, está rompiendo la perpetuación de la cadena judía milenaria y no lo quieren permitir. Por el otro lado, hay una incomodidad de manifestar abiertamente la oposición al matrimonio mixto, ya que tiene implicancias racistas. ¿Por qué descartar a una persona como pareja solamente por el hecho de que no haya nacido de vientre judío?. Parece ser una actitud discriminatoria.
Me parece que hay que subdividir el tema en partes:
¿En qué se basa la oposición al matrimonio mixto?
¿Cómo se puede aceptar dicha actitud sin contradecir el instinto natural que el judío tiene de luchar en contra de la discriminación, especialmente luego de todo lo que hemos sufrido en carne propia como pueblo, a raíz de la discriminación racial?
¿Qué argumento se le puede dar al amigo o amiga no judío, o a sus padres, para explicar el motivo por el cual uno no quiere considerar la posibilidad de matrimonio con el o ella?
Las Bases
La fuente primaria en la cual se basa la prohibición para el judío de casarse con alguien que no lo es, está en la Torá (Deut. 7:3): "No te cases con ellos (los gentiles, de los cuales hace mención en los versículos anteriores), no des a tu hija al hijo de él, y no tomes la hija de él para tu hijo".
El motivo de dicha prohibición sigue en el siguiente versículo: "Porque él va a desviar a tu hijo de Mi y servirán a dioses ajenos..." (se puede entender el término "dioses ajenos" también como ideales que no conforman con los de la Torá, por los cuales uno inclina la cabeza y les rinde culto).
Nuestros sabios señalan el Talmud (Ievamot 23a) y el comentarista Rashi lo trae en su comentario sobre el versículo citado, que de la expresión precisa de dicho versículo ("el (y no ella) va a desviar a tu hijo") se desprenden dos cosas. En el caso de que tu hija se case con el hijo de ellos, el "hijo de ellos" (esposo de tu hija) va a terminar alejando a tus hijos (o sea, nietos) del camino de la Torá. En el caso de que tu hijo se case con la "hija de ellos", ya los nietos que nazcan no están considerados como tus hijos, sino hijos de ella, o sea ya no son judíos.
Queda claro entonces, que aquí no se trata de una discriminación racial que nace del rechazo subjetivo y personal que el judío tenga para con el gentil. Se trata de una orden Divina objetiva que viene acompañada de una explicación. Si tu hijo se casa con una mujer no judía, los hijos de ella ya no serán considerados tus hijos. En el caso que tu hija se case con un hombre no judío, inevitablemente los nietos se desviarán muy lejos del camino del judaísmo aunque sigan siendo judíos. Teniendo en cuenta que el deber principal del judío es cumplir con sus obligaciones como tal, respetando los preceptos de la Torá, es evidente que deviene indispensable casarse entre judíos, porque, de lo contrario no podrá cumplir debidamente con sus responsabilidades fundamentales de manifestar la dimensión Divina en el mundo, que es posible solamente por medio del cumplimiento de Su voluntad.
Para entenderlo mejor, hace falta aclarar un punto más. No solo que está prohibido para el judío casarse con una persona que no lo es, sino que es imposible que se case. Puede haber convivencia y puede haber cohabitación, puede haber, incluso, procreación, pero no existe matrimonio.
Las leyes de la Torá son tan (o más) objetivas como las leyes de la Naturaleza. Del mismo modo que uno no puede alterar la Gravedad, por ejemplo, no puede alterar las leyes de la Torá. El estudio de la Torá no tiene como objetivo inventar las leyes de la vida, sino descubrir la estructura Divina inherente en la existencia.
¿Qué es el Matrimonio?
Si nos ponemos a analizarlo, resulta bastante desafiante tratar de explicar cuál es la función del matrimonio en general. Si dos personas se quieren, ¿Por qué no vivir juntos?. El día en que no quieran compartir más sus vidas, cada uno puede irse por su lado! Aún en el caso que se casen, el día que no quieren vivir más en pareja, existe el divorcio que los separa. Así que ¿cuál es la función del matrimonio?
Generalmente la gente contesta que es nada más que un formalismo, una norma de la sociedad para "legalizar" la pareja. Pero si lo analizamos un poco, decir que el matrimonio es nada más que una norma social, implica que no tiene un sentido verdadero. Es arbitrario. Entonces, si a uno no le importa la autoridad y/o el estigma social, ¿está bien que viva en pareja y que tengan hijos sin casarse?
Si llegamos hasta el fondo del asunto, creo que no queda otra alternativa que la que entiende a la institución del matrimonio como una idea Divina. El concepto de casarse tiene su origen en la Torá. Aunque hayan muchas sociedades que no se basen en la Torá, y aún así tienen asumidos el concepto del matrimonio, no quita el hecho que en su origen, el verdadero sentido es Divino.
Para dar un ejemplo: ¿De dónde viene la semana de siete días? ¿Por qué no ocho o seis? El ciclo semanal de siete días nace con los siete días de la Creación. Para el que acepta la Torá, el ciclo semanal tiene un sentido espiritual profundo. Para el que no cree en la Torá, la semana de siete días no tiene sentido alguno. Del mismo modo es en cuanto al matrimonio. Para el que no cree en la Torá, el concepto del matrimonio no tiene mucho sentido y razón de ser. Es simplemente un trámite para registrar formalmente a la pareja para que los hijos del padre lo puedan heredar. Para el que cree en la Torá, el concepto de matrimonio asume una importancia y significado mucho más profundos y sustanciales.
Las fuentes talmúdicas y cabalísticas enseñan que el matrimonio no es meramente la unión entre dos individuos totalmente independientes entre sí, sino que es una reunión entre dos mitades de una y la misma unidad. La pareja comparte la misma alma que, al nacer, se dividió en dos mitades. Al casarse, vuelven a reunirse y completarse. Se trata de una unión no sólo a nivel físico, emocional y/o intelectual, sino de una unión a nivel esencial. Hay almas que son compatibles y almas que no lo son. Además del caso del matrimonio mixto, la Torá enumera una cantidad de "uniones matrimoniales" que no son consideradas válidas, por ejemplo el "casamiento" entre hermanos biológicos o un hombre con una mujer casada, o sea el incesto y el adulterio. No se trata simplemente de prohibiciones, sino de hechos. En estos casos no rige el matrimonio, aunque sea posible cohabitar y procrear.
Así, que, es muy fácil explicarle a una persona no judía que uno no puede casarse con ella. No se trata de un defecto que tiene. Se trata, nada mas ni nada menos, de una concepción de matrimonio delineada en la Biblia a la cual uno se siente atado. Un caso hipotético: ¿qué pasaría si un chico y una chica (ambos judíos) deciden casarse y están profundamente enamorados y media hora antes de casarse se enteran que son hermanos biológicos? ¿Se casarían?. Obviamente, el hecho que no pueden casarse no implica un menosprecio o que el amor profesado fue falso. El amor es un factor importante en una relación de pareja, pero no es el único factor.
Puede suceder que un joven judío encuentre compatibilidad con una persona que no lo es y quiere formar su familia con esa persona. Dicha compatibilidad es posible solamente en el caso que ninguno de los dos manifieste el potencial esencial que los distingue. Mientras al judío no le importe su judaísmo y al no judío no le importe su fe, marcha todo bien. ¿Qué pasa el día que alguno de los dos se despierta y decide dar importancia a su identidad más profunda y esencial? Aparece, entonces, la incompatibilidad. O sea, dicha relación puede funcionar mientras que los integrantes "no existen" plenamente. En el momento en que cualquiera de los dos "aparece", la relación no tiene más sentido y desaparece.
Conozco unos cuantos casos de parejas mixtas que estaban muy enamorados hasta el momento en el cual nacieron sus hijos. Ahí empezaron las discusiones muy fuertes en cuanto a su educación, por más que hasta el momento ambos habían resuelto el tema teóricamente. La madre judía quiere circuncidar al hijo, por ejemplo, mientras que el padre no-judío se niega a que su hijo sea diferente a él, etc. De golpe, salta al primer plano la incompatibilidad, pero ya es bastante tarde -- hay un hijo de por medio al cual cada uno de los padres y los abuelos quiere llevar a su redil...
Claro que se puede traer ejemplos de parejas judías que viven con muchos conflictos, pero hay que examinar si su vida se lleva realmente de acuerdo a las normas delineadas en la Torá. Por lo menos, la pareja judía tiene siempre el potencial de lograrlo.
Surge la pregunta: ¿Qué pasa en el caso de un judío no-practicante o ateo? ¿Sigue siendo relevante esa incompatibilidad? Si uno no practica el judaísmo ¿por qué darle importancia justamente en el momento de elegir la pareja?
Para entender esto, hace falta definir otro concepto básico: ¿Qué es el ser judío? ¿Qué es lo que distingue al judío de su vecino que no lo es? Aclaro que no estoy preguntando ¿Quién es judío? sino ¿Qué es? Ya que la respuesta a la pregunta de ¿Quién es? Es obvia: el que nace del vientre de una mujer judía o se haya convertido en judío de acuerdo a las normas estipuladas en la Torá, pero no responde a la pregunta de ¿qué es?
Generalmente me contestan que ser judío significa "sentirse parte del pueblo judío", pero esa respuesta sirve solamente para trasladar la pregunta, ya que ¿Qué es, entonces, el pueblo judío? ¿Un pueblo compuesto de individuos que no tienen otra definición mas allá de pertenencia a un pueblo que no tiene definición? Es como decir que un árbol es integrante de un bosque. El razonamiento es al revés. Una vez que sé lo que es un árbol puedo definir lo que es un bosque: un conjunto de árboles, pero, ¡no puedo definir al árbol, diciendo simplemente que es algo que es parte de un bosque!
También es obvio que no es válido definir al judío por el cumplimiento de las Mitzvot, porque también allí el razonamiento es a la inversa: se tiene la obligación de cumplir con las Mitzvot debido a que se es judío, y no se es judío porque se cumple con las Mitzvot. ¡Téngase presente que un niño recién nacido es judío aunque no haya cumplido con ninguna Mitzvá y no tenga fe consciente alguna!
¿Qué es, entonces un judío?
Luego de años de estudiar el tema y una cantidad sinfín de conversaciones con judíos de todo nivel de práctica religiosa y orientación filosófica, creo que la definición más contundente es que lo que distingue al judío es la Neshamá (alma) que posee. El alma del judío es diferente al alma del no judío. Tienen potenciales, características y necesidades diferentes. Cada judío tiene la misma esencia que cualquier otro, la cual hereda de su madre. Es el común denominador que relaciona al judío ruso con el sirio, yemenita, canadiense o marroquí a pesar que no hablen el mismo idioma y tengan idiosincrasias diferentes. La única diferencia entre un judío y otro es simplemente el grado de manifestación de esa esencia que logra expresar. En algunos, dicha esencia se manifiesta en cada momento, en otros se la ve una vez al año y en otros, puede llegar a expresarse una sola vez en la vida.
Esto no va en contra de la aspiración de ser un ser "universal", ya que para poder realmente ser un ser "universal" hace falta cumplir debidamente con la función específica que uno tiene dentro de la realidad universal. Ser un ser "universal" no implica negar el rol particular que uno tiene, sino insertarse en la sociedad con una identidad y objetivo bien definidos.
¿Cuál es la característica especial de la Neshamá?
Rabí Schneur Zalman de Liadí, fundador del Movimiento Jabad, lo define de la siguiente manera: " Un judío no quiere ni puede apartarse de D-os". Puede ser que el judío no esté consciente que por medio de una acción u otra esté afectando su relación con D-os, pero al estar consciente de las consecuencias de sus acciones, no quisiera perjudicar dicha relación. Cada judío tiene una "línea roja" por la cual no está dispuesto a pasar aunque tenga que pagar por ello con su vida.
Muchos judíos lo son muy a pesar suyo. Pasan su vida negando su condición de judío, pero en algún momento inesperado, cuando sus defensas están bajas, y están distraídos, salta. Muchos judíos invierten tiempo, energía y recursos en negar su condición de tal. Esta conducta es una prueba más de su condición de judío inalterable, ya que si así no lo fuera, ¿por qué les importa tanto negarlo?
Así que el problema no empieza cuando un chico se casa con una chica no judía. El problema radica en que ha sido privado de una educación y formación judías a tal punto que ya ni se da cuenta de lo que es y de la incompatibilidad básica y esencial que existe entre él y su novia no judía.
Para muchos, la oposición al matrimonio mixto parece ser una actitud elitista, incluso racista. ¿Por qué negarle a un hijo casarse con una chica sólo por el hecho que no sea judía? ¿Qué diferencias prácticas hay entre su comportamiento y el de ella?
Quizás estaría de acuerdo con quienes opinan así si no fuera por el hecho que atribuyo esa actitud irracional por parte de los padres a la Neshamá que poseen, a pesar de todo. La Neshamá no los deja aceptar con brazos cruzados el pasar esa "línea roja" que corta la cadena en forma tajante aunque ellos mismos no sepan explicar por qué les molesta tanto.
¿Qué pasa con la Conversión?
Una de las "soluciones" que la gente propone para solucionar el dilema del matrimonio mixto es "convertir" al novio/a no judío/a en judío/a.
¿Es una solución válida?
Encontramos que el judaísmo reconoce la posibilidad de convertirse en judío. El proceso de "Guiur" (Conversión) es muy simple. Consiste en tres pasos: 1) Circuncidarse (en el caso de un hombre); 2) Sumergirse en una Mikve (baño ritual); 3) Aceptar el cumplimiento de la Torá en su totalidad. Dichos pasos tienen que realizarse ante un tribunal rabínico válido. (Un tribunal rabínico válido quiere decir tres rabinos que aceptan la Torá como palabra Divina y cumplen con sus preceptos en su vida personal.)
El judaísmo no es proselitista, ya que entiende que no hace falta ser judío para merecer la gracia de D-os y un lugar en el Mundo Venidero. Para un gentil, hace falta cumplir con el código de leyes conocido como las "Siete Leyes de los Hijos de Noé" para merecer el lugar máximo en el Mundo Venidero. En el caso que un no-judío desea - con sinceridad - convertirse en judío y asumir una vida de acuerdo a las normas delineadas en la Torá, lo aceptamos con brazos abiertos.
Es evidente. Que en el caso que uno quiere convertirse al judaísmo para poder casarse con un/a judío/a, es poco probable que su "conversión" sea sincera.
Me viene al recuerdo una anécdota de un chico judío que decidió casarse con una chica no judía. Los padres del chico insistieron que la chica vaya a estudiar algo de judaísmo antes de aceptarla como nuera. La chica se fue a una institución religiosa para estudiar los fundamentos del judaísmo. Por mas que el motivo inicial para ir a estudiar fue simplemente para aplacar a los futuros suegros, en el transcurso de sus estudios descubrió un mundo nuevo que la atrajo de verdad y se dedicó a los estudios con un interés genuino. Pasaron los meses y el chico la llamó para saber cuándo se iban a casar. '¿Cómo?,' preguntó la chica. '¿Piensas que me interesa casarme con un chico que estaba dispuesto a casarse con una chica no judía?'
Hay quienes argumentan que si no aceptamos dichas "conversiones" o parejas "mixtas", terminaremos alejando a los jóvenes judíos quienes contraen "matrimonio" con parejas no judías o convertidas "cosméticamente". En cambio, si los aceptamos, estamos "ganando almas" para el pueblo judío.
En primer lugar, el judaísmo no es un negocio y menos cuando esté basado en mentiras y engaños. El judaísmo se basa en tratar de cumplir al máximo de nuestra capacidad con la voluntad de D-os. No hay que estar más preocupados por el futuro del pueblo judío de lo que D-os mismo lo está. D-os también conoce dicho argumento y sus "beneficios" para el futuro de dichos individuos y para el pueblo judío. No obstante, dice claramente en la Torá (Deut.7: 7), que no tiene preferencia por el pueblo judío debido a su superioridad en cantidad ni en poder, sino por su cualidad de la humildad y por el pacto que ha hecho con nuestro patriarca Abraham. El pueblo judío ha sobrevivido a todos sus opresores, no gracias a su viveza, dinero o poder político, sino gracias a su sinceridad, autenticidad y auto sacrificio para preservar dicha pureza y autenticidad.
Además: por más que quisiéramos y por más que nos parezca conveniente aceptar dichas 'conversiones', no está en nuestras manos negar o cambiar los hechos. No está en nuestras manos hacer ese 'favor', de la misma manera que no está en nuestras manos hacer el favor a unos padres quienes querían un hijo varón y les nació una hija. Podemos hacerle a la niña cambios cosméticos, pero no deja de ser otra cosa que una mutilación engañosa y cruel.
Es interesante notar la expresión que el Talmud (Ievamot 48b) utiliza al hablar de 'conversos' (auténticos): 'Guer shenitgaier kekatan shenolad dami'. Quiere decir: Un converso que se convirtió está considerado como un bebé recién nacido.
Cuando el Talmud habla de un esclavo que se liberó, no dice un 'liberado' que se liberó, sino un esclavo que se liberó. ¿Por qué, entonces, al hablar de un converso no se dice un gentil que se convirtió, sino un converso que se convirtió? También, ¿por qué se compara al converso con un niño recién nacido?
Nuestros sabios lo explican de la siguiente manera:
Un converso auténtico es una persona que, aunque haya nacido de un vientre no judío, nació con una Neshamá, un alma judía. Es esa Neshamá la que le empuja a 'convertirse'. O sea, en cierta manera, podemos decir que nació (destinado o con una predisposición a convertirse en) 'converso'. Por ese motivo es que se le compara con un 'bebé recién nacido'. Un bebé recién nacido, hace nueve meses que existe. La diferencia entre el momento antes de nacer y después de nacer es que antes de nacer no es un ser independiente. Del mismo modo, un 'converso' antes de pasar por el proceso de conversión se considera como un judío en estado 'embriónico' y no tiene las responsabilidades de un judío. Una vez que se convierte, se transforma en un judío pleno. Pero, como señalamos antes, para que dicha transformación ocurra, hace falta pasar por el proceso de conversión auténtico y no por los procesos 'cosméticos' que abundan y se hacen pasar por opciones mas 'abiertas'.
Hay quienes preguntan: ¿Por qué hace falta que el converso sea más practicante que la mayoría de los judíos, quienes no lo practican plenamente y no se consideran "religiosos" y aún así no pierden su condición de judíos? En otras palabras: si el judío no-practicante está considerado judío, ¿por qué no se considera como judío a una persona que se haya 'convertido' por medio de una 'conversión' que no concuerda con la Halajá?
La respuesta es muy sencilla. Un judío de nacimiento es judío a pesar de todo lo que piense, hable o haga. La misma Torá que determina este hecho, dice también que uno que quiere convertirse en judío debe - antes que nada - aceptar cumplir con la Torá en su totalidad para que sea aceptado como tal. Si uno dice que está dispuesto a aceptar los 613 preceptos, pero que hay uno solo que no le gusta y no lo quiere aceptar, se le dice '¿Quién te obliga a convertirte en judío?' ¡Es preferible que no se convierta y que siga cumpliendo con su misión en la vida como no judío, a que se convierta en judío y caiga en infracción!
En realidad, es un criterio muy entendible. Si uno nació en el Uruguay, por ejemplo, la ley uruguaya lo considera como uruguayo, haga lo que haga. En cambio, si uno quiere adquirir la ciudadanía uruguaya, pero dice que no está dispuesto a reconocer como válida alguna cláusula de la constitución uruguaya ¿lo aceptarán? Claro que no. Si no le gusta la constitución uruguaya, pues que busque su ciudadanía en otro país con cuya constitución esté de acuerdo... Uno que no quiere reconocer a la constitución uruguaya en su totalidad puede ser aceptado como residente extranjero pero no como ciudadano legal. El ciudadano naturalizado debe aceptar la constitución del país como autoridad máxima para que se le otorgue la ciudadanía. ¿Acaso alguien quiere sugerir que sea más fácil convertirse en judío que asumir una ciudadanía? ¿Acaso las leyes Divinas son mas negociables que las leyes humanas?
El Verdadero Problema
En realidad, el matrimonio mixto es un síntoma de un problema mucho más importante: la falta de educación judía adecuada.
¿Qué tipo de educación judía estamos dando a nuestros hijos? ¿Les estamos dando realmente las experiencias y herramientas para que puedan entender y valorar por qué y para qué son judíos?
También: ¿Qué pasa con nuestra propia educación judía? ¿Cuánto tiempo dedicamos nosotros, los padres, a nuestro propio desarrollo espiritual personal? ¿Cuál es la autoridad máxima en nuestra propia vida personal? Si yo hago solamente lo que me gusta o me conviene y no reconozco la obligación de acatar a una autoridad superior ¿cómo puedo pretender que mi hijo no haga lo mismo? Claro, que me va a decir: '¡Papá! ¡Tu haces lo que quieres, déjame hacer lo que yo quiero!' Si el padre no reconoce ninguna autoridad moral, ¿por qué pretende que el hijo le haga caso? ¿Sólo por el hecho que lo haya engendrado?
La prioridad máxima hoy en día debe ser la educación judía. No podemos conformarnos con el mínimo que reciben en las escuelas y liceos. Debemos exigir el máximo. ¿Acaso mandaríamos a nuestros hijos a un liceo en el cual, al salir, no sepan calcular el área de un círculo? ¿O que no sepan quién fue Napoleón? ¿Por qué nos conformamos con un sistema educativo del cual salen sin saber leer ni entender ni una página de la Biblia o del Talmud en su texto original o sin saber quiénes fueron y qué dijeron Rabi Akiva, Abaye, Rava, Rashi, Rambam y Rabi Iehuda Halevi?
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JHV: Haga Resplandecer su Rostro sobre ti, Tenga de ti Miserícordia; Alcé Sobre ti su Rostro, Y ponga en ti Paz. Num.6.24-26

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