La fuente en que se basa este tema son los rollos o manuscritos hallados en Qumrán y, especialmente, aquellos que contienen lo que los esenios denominaban El Manual de Disciplina y el Himnario o Salmos de acción de gracias. La creencia de que por causa de la usurpación del cargo de Sumo Sacerdote en tiempos de los Macabeos el rito del templo era impuro e inválido, es la que da cabida a todas las posturas teológicas esenias. De acuerdo a ello, las siguientes son las convicciones propias de aquella comunidad.
Los esenios se creían parte de la verdadera Congregación de Israel, fieles al Pacto con Yahvé. Se consideraban los sucesores de los israelitas del Éxodo de los tiempos de Moisés, ya que los esenios fueron al desierto y allí se establecieron. Ellos creyeron que por medio de esa salida al desierto seguían ritualmente puros y que allí esperarían al Mesías prometido, que se manifestaría entre ellos debido precisamente a esa pureza de vida. Los esenios se denominaban a sí mismos como los justos escogidos, refiriéndose a la elección de Israel en el Monte Sinaí. Se conocían también como Hijos de Zadoc por asimilación a la familia de Zadoc, el fiel sacerdote del rey David (Samuel 8:17), considerándose a sí mismos como casta de sacerdotes de Ezequiel.
Con el paso del tiempo algunos esenios desistieron de la espera del Nuevo Pacto y se consideraron como verdaderos poseedores de la verdadera Ley o la Toráh. Pero otros esenios se volvieron a la fe por Jesús, el Mesías.
Los esenios y el cristianismo
El profundo estudio del contenido y del significado de los manuscritos hallados en el Mar Muerto y posteriormente en Nag-Hammadi ratifica en profundidad el estrecho vínculo que existía entre los esenios y los primitivos cristianos, aún cuando no podemos ni debemos confundir a estos últimos con los esenios autores de los manuscritos.
La corriente espiritual y el testimonio de vida de los esenios fueron una fuente del cristianismo primitivo y una preparación del camino de Jesús. La propia vida de Juan Bautista en las cercanías de Qumrán podría llegar a interpretarse como un elemento que preparó el camino para el mensaje de Cristo Jesús
Por la interpretación mesiánica de las Escrituras, los esenios creían que un Ungido o Mesías llegaría para liberar a Israel de sus aflicciones, y aún cuando nunca se ha podido demostrar explícita ni históricamente la pertenencia de Juan Bautista ni de Jesús a los esenios, la evidencia en el Nuevo Testamento indica una conexión ideológica muy cercana. Basta con decir que los Apóstoles esperaron hasta el último momento que Jesús se declarara el Mesías liberador de los opresores romanos, y no el Mesías que realmente resultó ser.
Una cosa sí está clara, y es que cada vez se hace más evidente la aportación de los esenios al cristianismo primitivo.
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