Fuentes teológicas en el cristianismo
El principio protestante es el Sola Scriptura de Lutero: la Biblia es la única fuente teológica; no hay otra verdad revelada fuera de la que se contiene en la Biblia. El Sola Fides que pone la salvación del creyente únicamente en su fe en Jesucristo, le obliga a acercarse sin intermediarios a la Biblia, única regla de fe, y resolver sólo a través de ella todos los problemas de fe. Tampoco hay una autoridad que le obligue: existe un sacerdocio universal.
En el otro extremo los católicos sostienen que hay algunas verdades reveladas aparte de aquellas que aparecen en la Biblia: la Sagrada Tradición. Jesucristo estableció una institución para, a través de su Magisterio, interpretar la verdad revelada (Sagradas Escritura y Tradición), ponerla al alcance de todos y en todas partes, que es la Iglesia Universal (católica, en griego). El acceso de los fieles no orientados a versiones que no sean la oficial y convenientemente anotada de la Biblia está desaconsejada, y en algunos momentos perseguida. El Concilio de Trento fijó la Vulgata (traducción al latín de San Jerónimo) como la versión canónica, y se restringieron las traducciones a lenguas modernas, como la de Lutero al alemán. Fray Luis de León (que además de religioso era profesor universitario) fue procesado por traducir y comentar el Cantar de los Cantares. Hasta el siglo XX no se relajaron esas prevenciones.
Esos son los dos puntos principales de controversia entre los católicos y los protestantes tradicionales (los protestantes liberales se permiten cuestionar críticamente las fuentes teológicas, lo que para los otros es cuestionar la revelación). Las otras diferencias se conectan con esos dos puntos o se siguen de ellos, de modo diferente en las diferentes ramas del protestantismo (luteranismo, calvinismo, anglicanismo, etc.)
No existen diferencias tan radicales entre los católicos y el cristianismo oriental u ortodoxo, ya que ambas partes admiten la institución de la Iglesia por Jesucristo, su Magisterio, su autoridad, su infalibilidad e indefectibilidad (en mayor o menor grado). Las diferencias tocantes a las fuentes teológicas y su tratamiento son respecto a los sujetos de la autoridad (el Papa es Vicario de Cristo e infalible para los católicos, y sólo obispo de Roma para los ortodoxos) y la unidad orgánica del cuerpo docente, aparte de cuestiones dogmáticas.
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