Olmert es criticado por las negociaciones mientras la ultraderecha abandona la coalición de su gobiernoJuan Miguel Muñoz y Luis Jiménez/El País
Siete años después de frustrarse la última tentativa y siete semanas después de la conferencia de Annapolis, los delegados israelíes y palestinos —encabezados por la ministra de Exteriores Tzipi Livni y por el veterano dirigente Ahmed Qureia— comenzaron en un hotel de Jerusalén las negociaciones sobre el conflicto: Jerusalén, asentamientos, refugiados palestinos, fronteras, seguridad y reparto del agua. Fueron solo 90 minutos de reunión.
Solo horas después de que los delegados palestinos e israelíes concluyeron el lunes pasado su primera sesión, el gobierno de Ehud Olmert asestó dos severos golpes al proceso recién iniciado. El Ejército de Israel mató a 19 palestinos, 16 milicianos y tres civiles en la ciudad de Gaza e hirió y detuvo a decenas de personas al tiempo que obreros y excavadoras iniciaban la construcción de 60 viviendas para judíos en Jerusalén Este, donde los palestinos pretenden ubicar la capital de su futuro Estado. El primer ministro palestino, Salam Fayad, arremetió con dureza: “Es una bofetada en la cara a los esfuerzos de George W. Bush por reanudar el proceso de paz para crear un Estado palestino”.
Lo había advertido ya Olmert. Las operaciones militares y la colonización de Jerusalén Este no se detendrán por el hecho de que el diálogo esté en marcha. El ataque, el más agresivo en muchos meses, con despliegue de helicópteros, tanques y fuerzas terrestres, fue descrito por los portavoces castrenses como una “operación rutinaria”. El presidente Mahmud Abás lo tildó de “masacre”. Y el brazo armado de Hamás no tardó en responder. Un francotirador mató a un joven trabajador ecuatoriano de 20 años empleado en un kibutz lindante con la franja y por la tarde lanzaron una andanada de cohetes Kasam que hirieron a cinco personas en Sderot.
El patrón se repite. Como sucedió el 12 de diciembre —fecha de la primera reunión post Annapolis entre Olmert y Abás— con el anuncio de construir 307 viviendas en la colonia de Har Homa, Israel avaló la edificación de 60 apartamentos en el barrio palestino de Ras al Amud, en Jerusalén Este, territorio ocupado aunque las autoridades israelíes pregonen que la mitad oriental de la ciudad tiene un estatus distinto al del resto de Cisjordania.
Avigdor Lieberman, viceprimer ministro y titular de Asuntos Estratégicos israelí, anunció que su partido, el ultranacionalista Israel Beiteinu (Israel es Nuestro Hogar), abandona la coalición gubernamental al no estar de acuerdo con las negociación de paz entre el Ejecutivo de Ehud Olmert y la Autoridad Nacional Palestina. El anuncio no fue una sorpresa. Lieberman, de 50 años y oriundo de Moldavia, ya le había anticipado al primer ministro que si aceptaba “mojarse” negociando los asuntos cruciales para resolver el conflicto con los palestinos, no dudaría en abandonarlo.Continuar...
Siete años después de frustrarse la última tentativa y siete semanas después de la conferencia de Annapolis, los delegados israelíes y palestinos —encabezados por la ministra de Exteriores Tzipi Livni y por el veterano dirigente Ahmed Qureia— comenzaron en un hotel de Jerusalén las negociaciones sobre el conflicto: Jerusalén, asentamientos, refugiados palestinos, fronteras, seguridad y reparto del agua. Fueron solo 90 minutos de reunión.
Solo horas después de que los delegados palestinos e israelíes concluyeron el lunes pasado su primera sesión, el gobierno de Ehud Olmert asestó dos severos golpes al proceso recién iniciado. El Ejército de Israel mató a 19 palestinos, 16 milicianos y tres civiles en la ciudad de Gaza e hirió y detuvo a decenas de personas al tiempo que obreros y excavadoras iniciaban la construcción de 60 viviendas para judíos en Jerusalén Este, donde los palestinos pretenden ubicar la capital de su futuro Estado. El primer ministro palestino, Salam Fayad, arremetió con dureza: “Es una bofetada en la cara a los esfuerzos de George W. Bush por reanudar el proceso de paz para crear un Estado palestino”.
Lo había advertido ya Olmert. Las operaciones militares y la colonización de Jerusalén Este no se detendrán por el hecho de que el diálogo esté en marcha. El ataque, el más agresivo en muchos meses, con despliegue de helicópteros, tanques y fuerzas terrestres, fue descrito por los portavoces castrenses como una “operación rutinaria”. El presidente Mahmud Abás lo tildó de “masacre”. Y el brazo armado de Hamás no tardó en responder. Un francotirador mató a un joven trabajador ecuatoriano de 20 años empleado en un kibutz lindante con la franja y por la tarde lanzaron una andanada de cohetes Kasam que hirieron a cinco personas en Sderot.
El patrón se repite. Como sucedió el 12 de diciembre —fecha de la primera reunión post Annapolis entre Olmert y Abás— con el anuncio de construir 307 viviendas en la colonia de Har Homa, Israel avaló la edificación de 60 apartamentos en el barrio palestino de Ras al Amud, en Jerusalén Este, territorio ocupado aunque las autoridades israelíes pregonen que la mitad oriental de la ciudad tiene un estatus distinto al del resto de Cisjordania.
Avigdor Lieberman, viceprimer ministro y titular de Asuntos Estratégicos israelí, anunció que su partido, el ultranacionalista Israel Beiteinu (Israel es Nuestro Hogar), abandona la coalición gubernamental al no estar de acuerdo con las negociación de paz entre el Ejecutivo de Ehud Olmert y la Autoridad Nacional Palestina. El anuncio no fue una sorpresa. Lieberman, de 50 años y oriundo de Moldavia, ya le había anticipado al primer ministro que si aceptaba “mojarse” negociando los asuntos cruciales para resolver el conflicto con los palestinos, no dudaría en abandonarlo.Continuar...
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