Churchill emitió un documento conocido como el Libro Blanco en Junio de 1922 mediante el cual el gobierno británico estableció la prohibición a los judíos de establecerse en la Transjordania y la Organización Sionista aceptó esta decisión.
Con la intensificación del antisemitismo en Europa, la emigración hacia Palestina aumentó. Se cree que alrededor de sesenta y dos mil personas llegaron a Palestina en 1935. Un nuevo documento del Libro Blanco fue emitido en 1939. El gobierno británico decía que se admitiría a un máximo de 75.000 Inmigrantes judíos en los cinco años siguientes y después de ese tiempo, la administración británica sería sustituida por un gobierno independiente de Palestina con mayoría árabe.
Esa inmigración se producía ante la difícil situación que vivían los judíos a raíz de la posesión de Adolfo Hitier como nuevo canciller del Reich alemán. Este hombre creía en la existencia de una raza aria que era la responsable de la cultura humana, el arte y la ciencia.
Eliminar y destruir al hombre no nórdico es un destino que debía ser cumplido con sacrificio y disciplina pensaba Hitier. Esta doctrina se convirtió en el credo de la nación alemana y el primer acto de violencia contra los judíos se produjo en marzo de 1933 cuando bandas de soldados nazis asesinaron a médicos y abogados judíos. A esto se sumó el boicot a los negocios de judíos llevado a cabo el primero de abril del mismo año. Asimismo los alemanes despidieron aproximadamente a un millón de personas de este credo que hacían parte de la Administración pública.
A estas medidas se sumaron las agresiones verbales, acciones que atentaban contra las creencias como fue el caso de los cortes de barba y cabello obligados así como los ataques a sinagogas y cementerios que obligaron a muchos de ellos a abandonar sus hogares. La emigración se acentuó con las denominadas leyes de Nuremberg que fueron promulgadas en 1935 y que se definieron con exactitud quién debía ser considerado como judío de forma total o parcial, Estas disposiciones también aprobaban una serie de prohibiciones y hasta ordenaban ataques
Con la intensificación del antisemitismo en Europa, la emigración hacia Palestina aumentó. Se cree que alrededor de sesenta y dos mil personas llegaron a Palestina en 1935. Un nuevo documento del Libro Blanco fue emitido en 1939. El gobierno británico decía que se admitiría a un máximo de 75.000 Inmigrantes judíos en los cinco años siguientes y después de ese tiempo, la administración británica sería sustituida por un gobierno independiente de Palestina con mayoría árabe.
Esa inmigración se producía ante la difícil situación que vivían los judíos a raíz de la posesión de Adolfo Hitier como nuevo canciller del Reich alemán. Este hombre creía en la existencia de una raza aria que era la responsable de la cultura humana, el arte y la ciencia.
Eliminar y destruir al hombre no nórdico es un destino que debía ser cumplido con sacrificio y disciplina pensaba Hitier. Esta doctrina se convirtió en el credo de la nación alemana y el primer acto de violencia contra los judíos se produjo en marzo de 1933 cuando bandas de soldados nazis asesinaron a médicos y abogados judíos. A esto se sumó el boicot a los negocios de judíos llevado a cabo el primero de abril del mismo año. Asimismo los alemanes despidieron aproximadamente a un millón de personas de este credo que hacían parte de la Administración pública.
A estas medidas se sumaron las agresiones verbales, acciones que atentaban contra las creencias como fue el caso de los cortes de barba y cabello obligados así como los ataques a sinagogas y cementerios que obligaron a muchos de ellos a abandonar sus hogares. La emigración se acentuó con las denominadas leyes de Nuremberg que fueron promulgadas en 1935 y que se definieron con exactitud quién debía ser considerado como judío de forma total o parcial, Estas disposiciones también aprobaban una serie de prohibiciones y hasta ordenaban ataques
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