Bienvenido a QUMRÁN.Ser Judío no es pertenecer a una religión, es una misma forma de vida ante Di- y ante los demás...¡. . Los agravios que no se ventilan empeoran, y la supresión de identidad tribal y religiosa puede llevar a la violencia.. Somos una fuente de información con formato y estilo; Es evidente que, impresionantes números de personas mueren repetidamente cuando depositan su confianza en mentiras y mentirosos. Y casi siempre los mentirosos en el poder se encuentran en situaciones difíciles como consecuencia de su gran caso omiso de los hechos.....Laura Knight-Jadczyk

sábado, diciembre 03, 2005

Nehemías y Esdras Bajo el imperio persa




Bajo El Imperio Persa: Nehemías y Esdras

Del destino de la comunidad judía durante los setenta años siguientes a la terminación del templo conocemos verdaderamente demasiado poco. Solo lo pertinente a los incidentes, progresivamente revelados, de Esd. 7, 6-23, el escritor no evidencia nada más. Externamente de esto, sólo conocemos lo que se puede derivar de las memorias de Nehemías, ligeramente posteriores y de los libros proféticos de los contemporáneos como Abdias (probablemente a principios del siglo quinto, y Malaquías (ca. 450), terminados por los datos de la historia general y de la arqueología. Es indudable, sin embargo, que aunque la terminación del Templo había afianzado la supervivencia de la comunidad, su destino distaba mucho de ser seguro. Después del trastorno de las esperanzas puestas en Zorobabel, estaba bien claro o debía estarlo que nunca habría restablecimiento de la nación judía según la antigua escritura, ni siquiera en una forma modificada. El futuro de la comunidad debía situarse en otra dirección. Pero no estaba claro que dirección seria esta, y no se aclaró hasta que, algunas generaciones más tarde, la comunidad fue reconstituida bajo la dirección de Nehemías y Esdras. En el itinerario de la nación, lo más que se puede decir de ella es, que existió.



Nehemías y su obra. El tercer cuarto del siglo quinto vio una completa renovación de la comunidad judía, que aclaró su situación y la salvó de la disgregación colocándola en el camino que había de recorrer durante el resto del periodo biblico y, con algunas modificaciones, hasta nuestros día (véase judaísmo actual ). Esto se llevó a cabo en gran parte por el trabajo de dos hombres: Nehemías y Esdras. Aunque la esfera de sus esfuerzos se superpone, el primero dio a la comunidad su estatuto político y su reforma administrativa, mientras que el segundo reorganizó y reformó su vida espiritual.
Afinidades de las vidas de Esdras y Nehemías. El problema gira en torno a la fecha de llegada de Esdras a Jerusalén. Las fechas de la actividad de Nehemías son seguras, estando confirmadas, además, independientemente por las pruebas de los textos de Elefantina. Se extendió (Ne. 2,1) desde el año veinte de Artajerjes I (445) hasta (Ne. 13,6) algo después del año treinta y dos (443). Por lo que respecta a la vida de Esdras, no existe esta certeza. Los especialistas se dividen ampliamente en tres campos: los que aceptan la opinión, apoyada, al parecer, en los libros canónicos de Esdras y Nehemías, de que Esdras llegó (Esd. 7,7) en el año séptimo de Artajerjes I (458), es decir, unos trece años antes que Nehemías, y completó su obra ( Ne. Caps. 8 al 10) poco después de la llegada de este ultimo (algunos piensan que incluso antes); los que consideran el año séptimo como el año séptimo de Artajerjes II (398), y colocan la llegada de Esdras mucho después de haber desaparecido de escena Nehemías; y los que, creyendo que el año séptimo es un error de escriba en lugar de algún otro año (muy probablemente por treinta y siete) del reinado de Artajerjes I, colocan la llegada de Esdras después de la de Nehemías, pero antes de que hubiera terminado la actividad de éste.
La misión de Nehemías. La Biblia da la impresión de que Nehemías se puso en camino inmediatamente, acompañado por una escolta militar (Ne. 2,9). Josefo (Ant. XI, V,7), que sigue el texto de los LXX, cuya primera parte esta contenida en I Esdras, coloca su llegada solamente en el 440. Aunque es imposible lograr certeza, esto puede ser exacto. Si Nehemías fue primero en Babilonia y reunió a los judíos que habían de acompañarle y después, habiendo presentado sus credenciales al sátrapa de Abar-nahara, atendió a procurarse materiales de construcción antes de dirigirse a Jerusalén (como posiblemente hizo, dado que el trabajo se comenzó muy poco después de su llegada), la fecha no es irracional. En todo caso, lo mas tarde hacia el 440 estaba en Jerusalén y había tomado allí la dirección de los asuntos.
Reconstrucción de las murallas de Jerusalén. El problema más urgente que el nuevo gobernador tenia a su llegada era dar seguridad física a la comunidad. Por tanto, emprendió en seguida la reconstrucción de las murallas de la ciudad, actuando con rapidez y audacia para que sus planes no fueran desbaratados antes de empezar. Tres días después de su llegada hizo una inspección nocturna secreta a las murallas, para aquilatar la extensión de la obra con que tenía que enfrentarse; solo entonces notificó sus planes a los dirigentes judíos (Ne. 2, 11-18). Después, tan pronto como se pudo reunir un grupo de trabajo, comenzó la obra. La mano de obra fue reclutada, seguramente, por una leva de todo Judá (Ne. Cáp. 3), y las murallas fueron divididas en secciones, con un grupo particular como responsable de cada sección. Las obras progresaron rápidamente; a los cincuenta y dos días (Ne. 6,15) ya estaba levantada una especie de muralla. Es, desde luego, increíble que pudiera ser terminada tan rápidamente, y por obreros en su mayoría inexpertos, una muralla propiamente dicha. Es casi seguro que Josefo (Ant. XI, V,8) esté en los cierto al afirmar que la obra de total reforzamiento, almenas, puertas y revestimientos exigió dos años y cuatro meses (hasta diciembre del 437 según sus fechas).
¡Nehemías tenia muchos enemigos por todas partes!. Estos emplearon un arsenal completo de ardides para frutar los planes de Nehemías. Al principio probaron la burla con la esperanza de socavar la moral (Ne. 2,19ss; 4, 1-3). Al no hacer esto, incitaron a buen seguro de modo no oficial y pretendiendo ignorar por completo el asunto a bandas de árabes, ammonitas y filisteas (4, 7-12) a que hiciesen incursiones en Judá. Jerusalén fue hostigada y las ciudades circunvecinas atemorizadas; según Josefo (Ant. XV, V, 8) no pocos judíos perdieron la vida. Nehemías respondió dividiendo a sus gentes en dos grupos, uno de los cuales permanecía sobre las armas mientras el otro trabajaba. Reunió también a los judíos de las regiones cercanas dentro de Jerusalén, para protegerlos y para robustecer las defensas de la ciudad. Viendo que no conseguían nada en ninguna parte, los enemigos de Nehemías intentaron entonces hacerle salir de la ciudad, aparentemente para una entrevista, pero en realidad con la intención de asesinarle. Nehemías no era tan tonto. Ellos entonces le amenazaron con acusarle de sedición ante los persas, también en lo cual les hizo frente y siguió adelante su obra. Pero, desgraciadamente, no todos los enemigos de Nehemías estaban fuera de los muros; dentro había una quinta columna. Estando emparentados Tobias y su hijo con las familias principales de Jerusalén, tenían amigos que los mantenían al corriente de todo lo que hacia Nehemías y, a su vez, enviaban cartas a éste intentando debilitar su moral.
Nehemías demostró ser moralmente superior a sus enemigos. Su valor y riqueza de recursos superó todos los obstáculos, incluso el desaliento de sus seguidores (Ne. 4,10), y pudo concluir la obra. Entonces, viendo que la ciudad tenia aun pocos habitantes, y conociendo que las murallas no podrían ser defendidas si no se disponía de hombres preparó, por suertes, un contingente de pueblo para ser trasladado dentro; cierto numero, con todo, se habían ofrecido voluntarios. Las murallas fueron mas tarde dedicadas en solemne ceremonia. Se había ganado la primera batalla y la seguridad externa quedaba asegurada.
Administración de Nehemías: su primer periodo. Poco es lo que conocemos de la administración de la provincia bajo Nehemías. Era una provincia pequeña, que contaba escasamente con 50.000 habitantes, concentrados a lo largo de la línea montañosa desde el norte de Bet-sur hasta los alrededores de Betel. Nehemías la encontró ya dividida en distritos con fines administrativos y es probable que mantuviera este sistema, ya que lo empleó como base de su leva para construir las murallas (Ne. Cáp. 3). A causa de los fuertes impuestos y de las estaciones pobres, la provincia sufría duras estrecheces económicas. Los avaros aprovechaban la oportunidad para apoderarse de los pobres y disponer de ellos, a causa de sus deudas. Nehemías, encolerizado por estos abusos, actuó con su decisión característica. Llamando ante si a los transgresores, hizo una enardecida apelación a sus conciencias y a su condición de judíos y exigió después su promesa de abandonar la usura y restituir. Para mayor firmeza, les tomó juramente solemne ante Yahvéh y ante la asamblea del pueblo. El mismo Nehemías dio ejemplo renunciando a las retribuciones ordinarias de gobernador, no adquiriendo ninguna propiedad y tomando únicamente los tributos necesarios para mantener su posición.
Atendidas todas estas pruebas, Nehemías fue un gobernador justo y capaz. Su lealtad al rey estaba fuera de duda. Si, como Sanbal.lat acusaba (Ne. 6, 6 ss), había alguien en Jerusalén que estaba predicando la rebelión, podemos asegurar que Nehemías dio poco crédito a tal rumor. Sin embargo la firmeza realmente intransigencia de sus convicciones, sus brusquedades, su falta de tacto y su temperamento violento, le acarrearon, sin duda, enemigos, a pesar de sus virtudes. Judío crecido en el exilio en la estricta tradición, se enfrentó particularmente con aquellos, muchos de ellos de familias principales, que eran negligentes en sus practicas religiosas y que, en muchos casos, estaban emparentados con los pueblos vecinos. Algunos de éstos se habían declarado ya enemigos de él, como hemos visto. Dado que es completamente imposible fechar con precisión los incidentes narrados en Ne. Cáp. 13, no podemos decir con exactitud cuándo comenzó Nehemías a tomar medidas positivas. Pero ciertamente estaba al tanto de la situación y pronto debió advertir que se hacia necesaria una reforma religiosa de tal magnitud que un seglar como él no podía llevar a cabo, atendido, sobre todo, que la laxitud religiosa alcanzaba hasta la misma familia del sumo sacerdote.
Segundo periodo de Nehemías: sus medidas de reforma. Nehemías permaneció en su cargo durante doce años, después de lo cual regresó a la corte persa (Ne. 13, 6). Probablemente, habiendo ya acabado su primer permiso de ausencia, no pudo obtener una prórroga ulterior. Pero muy pronto persuadió al rey para que le designase de nuevo, ya que al poco tiempo (probablemente no más de un año o dos desde su partida), le encontramos de nuevo en Jerusalén. Cabe preguntarse, aunque esto no sea más que una plausible teoría, si acaso no consultaría durante su ausencia con los principales judíos de Babilonia y trazaría planes en la corte persa para poner en orden los asuntos religiosos de Judá.
Cuando Nehemías volvió, se encontró con una situación pero que mala. El partido más tolerante había hecho progresos en su ausencia. En particular, Elyasib que apenas puede ser otro que el mismo sumo sacerdote había llegado incluso a instalar a Tobías, el enemigo de Nehemías, en una habitación del Templo, propiamente reservada para el uso cúltico. Al saber esto, Nehemías encolerizado, mandó arrojar a la calle los enseres de Tobías y purificar la habitación de su impureza para restituirla a su función propia. Por este tiempo, si es que no había comenzado a hacerlo antes, Nehemías tomó vigorosas medidas contara la laxitud religiosa predominante. Viendo que los levitas, a los que no se pagaba su parte, habían abandonado el Templo para trabajar, se preocupó de que fueran recogidos los diezmos y nombró tesoreros honrados para administrarlos. También se preocupó de que fuera asegurado el suministro de leña para el altar. Para impedir que se siguiera celebrando en sábado los negocios, como hasta entonces, ordenó que durante ese día se cerraran todas las puertas de la ciudad; y como los mercaderes comenzaron entonces a establecer sus mercados fuera de las murallas los amenazó con arrestarlos y arrojarlos. Al descubrir niños de matrimonios mixtos que ni siquiera hablaban hebreo, montó en una ardiente cólera y habiendo maldecido, acometido y arrancado los cabellos de los transgresores que tuvo a mano, los hizo jurar a todos que no volverían a emparentar con extranjeros en el futuro. Cuando se encontró con que un nieto del sumo sacerdote Elyasib se había casado nada menos que con la hija de Sanbal.lat, le expulsó del país.
Esdras En Jerusalén
Quizá mientras se tomaban estas medidas llegó Esdras a Jerusalén. Aunque los esfuerzos de Nehemías no eran sistemáticos, sino mas bien adoptados ad hoc para hacer frente a las situaciones según iban surgiendo, demostraban que Nehemías era un defensor de la más estricta pureza religiosa. Había estado, por tanto, enteramente en la misma línea que Esdras había venido a trazar, si es que no fue él mismo quien intervino para que viniera. Como veremos, apoyó la reforma de Esdras y la confirmó con su firma oficial. No sabemos cuánto duró su misión después de esto, pero es probable que acabara al cabo de unos pocos años, quizá por el mismo tiempo en que murió su protector Artajerjes I (424). De todas formas, hacia el 411 había ocupado su puesto un persa llamado Bagoas, como veremos.
Naturaleza de la misión de Esdras. La tarea encomendada a Esdras, de la que estamos informados por el documento arameo (Esd. 7, 12-26), cuya autenticidad no puede ponerse en duda, era completamente distinta de la de Nehemías. Concernía solamente a materias religiosas. Esdras vino provisto de una copia de la ley, junto con un rescripto del rey garantizándole amplios poderes para hacerla cumplir. Concretamente (vv. 25 ss.), estaba facultado para enseñar la ley a los judíos que vivían en la satrapía de Abar-nahara y para establecer un sistema administrativo con el fin de observar si era obedecido. La autoridad de Esdras era, de este modo, al mismo tiempo más amplia y más concreta que la de Nehemías. No era un gobernador civil, sino un hombre a quien se le había confiado la misión especifica de regularizar las practicas religiosas de los judíos; le concernían los asuntos seculares sólo en la medida en que la ley sagrada se rozaba con la secular (¡lo cual en la práctica era inevitable¡). Por otra parte, su autoridad no estaba restringida a Judá, sino que se extendía a todos los judíos que vivían en Abar-nahara (de hecho la mayor parte en Palestina). Esto no significa que Esdras pudiera obligar a obedecer su ley a todo el pueblo de descendencia israelita. Obligar de este modo habría sido completamente contrario a la práctica persa. Más bien significa que todos los que pretendían fidelidad a la comunidad del culto de Jerusalén (es decir, todos los que se llamaban judíos) tendrían que ordenar sus asuntos personales en conformidad con la ley traída por Esdras. Esto estaba refrendado por el decreto real: para un judío, desobedecer esta ley era desobedecer también “la ley del rey” . Además de esto, se le había concebido a Esdras el derecho a recibir contribuciones de los judíos babilonios para el mantenimiento del culto del Templo, y de participar hasta un límite establecido los tesoros reales y provinciales para sus ulteriores necesidades. Al mismo tiempo, el personal encargado del culto fue eximido por completo de tributos.
Esdras llegó a Jerusalén probablemente en o hacia el 428. Según sus memorias personales (Esd. 7, 29-8, 36), no vino solo sino que, de acuerdo con el permiso que le había sido dado, iba al frente de una considerable compañía, reunida con este fin en Babilonia. Aunque el camino era peligroso. Esdras no quiso pedir escolta militar para que no pareciera que le faltaba confianza en Dios. La caravana partió en abril, después de ayunar y orar; cuatro meses más tarde llegó felizmente a Jerusalén.
Comienzo de la reforma de Esdras.
Dado que es posible que la narración del cronista no siga un orden cronológico, no podemos precisar con exactitud cuándo dio Esdras los primeros pasos que se narran de él. Pero supuesto que su comisión era instruir al pueblo en la ley y regular sus asuntos religiosos según ella (Esd. 7, 25 ss.), es de esperar que presentara la ley en público tan pronto como lo fue posible. Probablemente lo hizo así. Si, como parece, la narración de Ne. Cáp. 8 sigue cronológicamente al relato de la llegada de Esdras, esto se llevó a efecto dos meses más tarde, con ocasión de la fiesta de las tiendas. Desde una plataforma de madera levantada con este fin , en una de las plazas públicas, Esdras leyó la ley desde la mañana hasta la noche. Para asegurarse de que el pueblo la entendía, él y sus acompañantes dieron una versión aramea del texto hebreo, sección por sección, añadiendo probablemente algunas aclaraciones. De tal manera se conmovió el pueblo, que cayó abatido y llorando. Sólo con dificultad pudo Esdras contenerlos, recordando la alegría del día. Al día siguiente, después de una instrucción privada a los principales del pueblo sobre las exigencias de la ley, fue celebrada la fiesta de las tiendas, con posteriores lecturas de la ley en cada uno de los días.
Pero a pesar del entusiasmo inicial, la obra reformadora de Esdras no se iba a realizar tan fácilmente. Seguían existiendo los abusos que tanto habían disgustado a Nehemías, particularmente los matrimonios mixtos, siendo muchos los ciudadanos principales lo mismo clérigos que laicos, e incluso miembros de la familia del sumo sacerdote (Esd. 10, 18; Ne. 13, 28), que estaban profundamente implicados. Algo más de dos meses más tarde, en diciembre, Esdras se vio obligado a tomar una decisión drástica (Esd. Caps. 9 y 10). No es probable que se hubiera ignorado todo este tiempo la situación. En realidad, lo probable es que la conociera ya antes de su llegada, al menos de un modo general y ciertamente la conoció después. Posiblemente confió en que las medidas adoptadas por Nehemías, algunas de las cuales habían sido decretadas quizá durante este intervalo, mas la lectura de la ley, bastarían. También es posible que no tengamos noticia de medidas preliminares tomadas por él mismo. Aun así, penosamente irritado como estaba, Esdras eligió el camino de la persuasión moral. Con grandes muestras de emoción lloró y confesó el pecado de la congregación ante Yahvéh hasta que el pueblo mismo, conmovido, en su conciencia, reconocidas sus transgresiones contra la ley (Esd. 10, 15), sugirió voluntariamente un pacto para divorciarse de sus mujeres extranjeras y juró ayudar a Esdras en toda iniciativa que él sugiriese.
Después, mientras Esdras continuaba sus ayunos y oraciones, los principales y ancianos ordenaron a todo el pueblo presentarse en Jerusalén en el espacio de tres días, bajo pena de ostracismo y confiscación de bienes (Esd. 10, 6-8). Esdras poseía este poder; pero sólo lo empleó a través de los jefes del pueblo, a los que ahora se atrajo por completo. Esto produjo sus efectos. Se reunió una gran multitud y, a pesar de un fuerte aguacero, permaneció dócilmente al descubierto para recibir la reprensión de Esdras. Con muy poca oposición, estuvieron de acuerdo en cumplir lo que Esdras había dispuesto, pidiendo solamente un cierto plazo, ay que la inclemencia del tiempo, más la magnitud de la tarea de investigar los casos, impedía comenzar el asunto de inmediato (Esd. 10, 915). La investigación de los casos, llevada a cabo por una comisión designada por Esdras, comenzó casi en seguida; tres meses más tarde (¿marzo 427?) había terminado su trabajo. Todos los matrimonios mixtos fueron disueltos.
Culminación de la reforma de Esdras. reconstitución de la comunidad sobre la base de la ley. De acuerdo con la reconstrucción aquí adoptada, el cenit de la actividad de Esdras se produjo sólo unas semanas más tarde, con los sucesos narrados en Neh. Caps. 9 y 10. Concluido el asunto de los matrimonios mixtos, el pueblo se congregó para la solemne confesión del pecado, después de lo cual se comprometieron por pacto a vivir según la Ley. Concretamente, se obligaron a no casarse más con extranjeros, a abstenerse de trabajar en sábado, y cada siete años, dejar en barbecho la tierra y no exigir las deudas. También se comprometieron a un impuesto anual para el mantenimiento del santuario y a cuidar de que fueran presentados con regularidad, según las exigencias de la Ley,la leña para el altar, los primeros frutos y los diezmos.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Su comentario es importante. Gracias

Share

Más visto

Halel.Roberto Fonseca Murillo presenta una visión del contexto histórico de las sagradas escrituras y el Israel Bíblico. .

Bienvenido al Contexto del Judío y El Judaísmo Halel QUMRÁN :"La Historia es una sola que se entré teje con la economía , cultura, creencias y política y Di- la tiene el hueco de su Mano como la describe El Profeta Daniel ..y tú eres uno de sus dedos ..!
El judío es probablemente una creación del exilio, y aparece en la historia en tiempo de la restauración. Para Josefo :"Este es el nombre con el cual fueron llamados desde el día que subieron de Babilonia"(Antig.II:5) Ocupo su antigua tierra prometida, pero "el Judaísmo creció como una cosa nueva en viejo suelo ". El nombre de Judío es una modificación del antiguo nombre tribal "Judá", transliterado a través del griego al español. Se aplica a aquellos que regresaron de Babilonia en la restauración.
JHV: Haga Resplandecer su Rostro sobre ti, Tenga de ti Miserícordia; Alcé Sobre ti su Rostro, Y ponga en ti Paz. Num.6.24-26

.

ENLACES PARA AMPLIAR LA VISIÓN TANTO DE ISRAEL COMO DEL JUDAÍSMO

Imágenes de Jerusalén

Add to iGoogle

Temas

Música de Israel

TV en Inglès desde Israel

war Israel

Videos Bíblicos Hebreos

Israel en Español

Enseñanza TVTorah

Radio

Enlaces o Links

Judios en el mundo

INNTV

Conocer Israel

Noticias y Links

Lesson

Links sitios Judaísmo
Páginas visitadas periodo
Free counter and web stats


¡Bendiciones...!Volver inicio

.

.
! Gracias..¡ Salir del sitio